lunes, 7 de julio de 2014

QUE NO ME HAGAS MÁS FOTOS.


                                       NO ME HAGAS FOTOS


¡Que manía puñetas…!, si de mí dependiera volveríamos   -en según que aspectos-, a la edad de piedra. Pero amigo mío, cuando se comienza algo, los genios no paran de hacerlo mejor, de evolucionarlo.
En este caso concreto, me refiero a los móviles, celulares, según los americanos. Pueda que acierten mejor con esta palabra, pero el caso es, que molestan un montón, Vale, ayudar también ayudan, como los teléfonos fijos, los de toda la vida, ¡que también han cambiado mucho! ahora te los puedes llevar a la cocina o al baño, luego, cuando la batería está baja, los pones sobre una peana conectada a la red eléctrica y en un plis plas, ya está de nuevo dispuesto para todo el día.
Al principio los móviles eran auténticas maletas, y molaban mucho, la gente se quedaba embobada mirando a los jupies, caminaban por la calle hablando desde el auricular, hasta ligaban un montón algunos con el aparato. Pero ahora… son la leche, todo el mundo lleva móviles consigo, se envían mensajes por un sistema llamado whatsapp, puñetas con el dichoso sistema, y eso que supuestamente, el que recibe el mensaje tendría que contestarte rápido, para eso se ha inventado, para simplificar los SMS, los mensajes antiguos vamos.
Juanita mi mujer, lleva uno de estos de la manzana mordida, el logo quiero decir. Ahora mismo no me acuerdo de la marca, pero el caso es, que tiene en su álbum de fotos, del móvil quiero decir, un millón de fotos mías, no tenemos hijos así que se pasa el día haciéndome fotos y enseñándoselas a las amigas. ¡Que me ha fotografiado en pelotas saliendo del baño sin saberlo yo…! ¿lo puedes creer…? Luego, se las enseña a las amigas, o las manda por bluetooth, ¡habrase visto!
Todo esto parece un mal sueño, me contesta cuando me he enterado por un par de amigas suyas que van salidas, que me han hecho unos comentarios,    Que importancia le das a las cosas, si esto lo hace todo el mundo cariño…    ¿El que, a ti también te mandan fotos de tíos en bolas?    Pues sí, alguna tengo, las quieres ver.   Verlas yo, de qué.
Así son hoy día las cosas, hace un par de días, paseando por una calle céntrica de mi ciudad, caminaba un menda grande como un armario, manoseando el aparato ese, el móvil. Debía de ser importante lo que estaba conversando con alguien en otra parte, no levantaba la vista de la pantallita, mira, me atropelló como si fuera el Talgo oye, ni se paró, caminando, se volvió sin dejar de mirar el cachivache, y me dijo, perdone vale.
Estuve a punto de pedirle perdón yo, por haberme tirado al suelo, ni se inmutó, y mucho menos ayudarme a levantarme. ¿Esto es una fiebre loca o qué? Salgo al balcón de mi casa un día, y por la acera, venía una muchacha a toda leche con el cacharro, dale que te dale a las teclas, hablando con alguien fijo, porque no miraba otra cosa, que no fuera la pantallita de marras. Justo pegando a mi balcón, tengo una farola, pues se pegó un leñazo contra ella, que se dejó los morros pegados allí, ¡que vibró y todo la farola! Seguro que pensaría después de la leche que se dio,   Ya le vale al ayuntamiento poner precisamente aquí una farola.
Da lo mismo, aunque la hubieran puesto en Calatayud alguno se la pegaría también allí. A mí lo que me sabe mal, es que mi parienta ande todo el día sacando fotos, mira, si se las saca a otros pues vale, pero a mi… ya está bien oye, hace unos días, acabábamos de cenar y me suelta    Mira que par de fotos más guapas te he sacado…    ¡Haber…! pero tú te has vuelto loca o qué. Nada, que estábamos en la playa, y se ve que un momento que salía del agua, entraba una chica con las tetas al aire, esto no es raro verlo en las playas, antes sí, la gente se escandalizaba pero ahora ya no. Como sacaría la foto con el puñetero móvil, que daba la impresión que nos estábamos morreando aquella chica y yo, que si, que parecía que la cogía y todo, por la cintura.
Es que tengo un programa en el móvil, que puede hacer de todo, te puedo deformar el cuerpo, hacer que pongas caras raras, ja,ja,ja, que risa.    Pues fíjate, yo me troncho. Ahora, después de esto, ya le he dicho,    Como me hagas una sola foto más, sea del tipo que sea, cojo el móvil y lo estampo contra la pared, ya vale, leches.    ¡Huy como se pone el machote…!    Y menos coñas, que depende de cómo me de, salís los dos juntos por la terraza a la calle.     ¿Y con qué quieres que me distraiga sino?     Pues mira, haz punto de cruz, plancha la ropa, ¡yo que sé…! pero haz algo de provecho, cose los botones de las camisas que se me caen, en lugar de comprar otras nuevas, por ejemplo.
Mucha foto, mucho cachondeo con el aparatito de los huevos, y un montón de cosas sin hacer en casa. Y eso, como me haga una solo foto más, se la mando por correo a su madre.


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