lunes, 14 de julio de 2014

CORAZÓN AUTÉNTICO


                                            CORAZÓN AUTÉNTICO


Así es ella, sufridora y siempre presta a llegar adonde otros no llegan. Es amante sin saber muy bien porqué    Me habrán parido así,  -dice- no se decir más. La veo trabajar, y lo hace poniendo los seis sentidos, a pesar de saberse, que tenemos cinco. Es… diferente, es diversa y muy apreciada dentro del entorno donde se mueve, ni siquiera piensa en vacaciones propias, piensa en las de los demás, su corazón se alegra, cuando ve a los otros brincar de alegría.
Adoro estas reacciones suyas, van más allá, de todas las expectativas esperadas de una persona común y corriente. De común no tiene nada, de corriente menos aun, siempre desespera con los desesperados, ríe con los que lo hacen de corazón, y sobre todo, atiende, se fija en aquellos que pudieran lastimarla, la vida le ha dado muchos palos, desde cuando era joven hasta ahora, va medio quebrada por cardenales eternos, que lleva como marcados a  fuego,  sin haberlos pedido.
Corre como una gacela para todo, piensa que es malbaratar el tiempo hacer las cosas despacio, tiene un corazón auténtico. No es de piedra, de esos que acompasadamente, bombean pasando de los demás, no sabe hacer las cosas así, ¡cómo no voy a quererla, de que forma se puede ignorar un corazón valioso como este suyo!
De todos los que conozco, es el más puro, el más auténtico, el más digno y el más gozoso aunque parezca que debiera ser de otro modo. ¡Tendríais que escuchar su voz cuando me llama por teléfono…! se me olvidan por un momento, todos los males que pueda estar padeciendo, se deja arrullar como un gatito pequeño, y casi, casi, se para mi corazón cuando la escucho. Rezo a mis dioses para que no me falte nunca, pido sinceramente, que sea ella la que me entierre, no podría soportar lo contrario, no podría.
Reparte su amor a todos los suyos, entre los que me encuentro yo, afortunadamente. Y cuando lo hace se ensancha, crece, como lo hace su corazón casi virgen, sí, no es joven, han pasado muchas lunas sobre su cabeza, pero aun así es joven, joven con la fuerza necesaria para verla, como si fuera una vida recién llegada al mundo, mezcla de saber popular y vida, mucha vida. Te engancha, todo en ella resplandece como si fuera un alma divina, que hereda las cualidades de diosas perdidas en el tiempo. Las diosas por serlo gritan y exigen, ella no es así, no soporta gritos, se achanta cuando escucha voces fuera de tono, los digiere como puede y sigue su camino.
Es auténtica, alma que roza la perfección, que se divierte viviendo su momento, a su manera. Piensa mucho, eso es de personas sabias, de humanos que saben que, por otros caminos, no se saca nada bueno, salvo amargarse los momentos de vida. ¡A sus hijos los quiere con toda el alma, de que manera…! Son la sangre vital que corre por sus venas, sin ellos no podría seguir viva, ese corazón suyo, se detendría al instante, hay que recordar en este instante que hablamos de un corazón auténtico, no un corazón cualquiera.
Le gusta la conversación, disfrutar de los buenos momentos que la vida le regala, y si es al lado de sus hijos y nietos…, entonces su corazón se acelera, para multiplicar ese cariño especial que siente por tan maravillosa compañía.
Llega a casa y me regala su compañía, las sombras que ha menudo se convierten en una tela de araña, alrededor de mi mente, comienzan a desaparecer, empiezo a distinguir los colores, el latido de su extraordinario corazón llega a dolerme, se me hace imposible tenerla pegada a mí.
No merezco tanto como me da, sosiego, paz y alegría. Demasiadas cosas para digerir en una sola sentada. Se me olvidan las caras de los suyos, pero la de ella no, la llevo dentro de mi alma, tengo algunas fotos de ella, cada día las repaso, cada día las venero, lo mismo que si fuera mi ángel guardián, no sé que pasará mañana, pero lo que es hoy, que es lo que a mí más me importa, la llevo dentro de mí porque ella así lo quiere.
Yo no te olvido cariño, siempre estaré cerca de ti,  -me dice- siempre recordaré aquella primera vez, aquel encuentro casual, que nos condenó a estar juntos.  Le contesto, que por mi parte espere lo mismo, no tengo a nadie más a quién querer, con quién sentirme más a gusto que a su lado. Así pasamos nuestro tiempo, cada cual con su vida pero juntos siempre. La acaricio a diario, con esos sentidos ciegos que todos tenemos, que no son manos auténticas, ni ojos donde mirar, pero esos sentidos, medio atrofiados por la distancia se crecen cuando la huelo, ¡está tan cerca de mi…!
Estas palabras son por lo tanto, una oda a un corazón auténtico, llegada de un corazón agradecido siempre, de un hombre que la envidia, porque solo desearía, tener un trocito pequeño, dentro de mi pecho, de su corazón auténtico.


                                                             -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-



No hay comentarios:

Publicar un comentario