viernes, 11 de julio de 2014

NO SÉ PORQUÉ.


                                                NO SÉ PORQUÉ


Amo la vida y todo lo que ella encierra, salvo el dinero, ese no me hace falta para apreciar lo que me rodea. Tengo a gente que me quiere, que me llaman y me preguntan que es de mi vida, ¿eso no es nada…? Personas que me respetan y que demuestran su aprecio, saludándome por la calle cuando paseo, visito tiendas y en todas ellas, las y los vendedores saludan afectuosamente, me doy cuenta que no a todos dan el mismo trato, se debe, según he observado, que muchos clientes, miran y compran, con absoluta indiferencia hacia las personas que están allí para atenderlos.
Por el contrario, a mi me gusta saludar primero, hablar con ellas y decirles lo que busco, que me orienten, en lugar de andar de acá para allá sin propósito alguno. Voy en busca del tiempo perdido, de este tiempo en el que la gente no se habla siquiera, no se comunica, y así pierden el aprecio, de todo cuanto les rodea.
No sé muy bien porqué, pero me hace falta ser algo más feliz, sin ponerme metas concretas, evaluándome diariamente, día a día, como si hiciera un examen de colegio. Tengo tiempo para pensar eso es cierto, sin embargo, creo que por mucho que uno trabaje, por horas que pase fuera de casa, el cerebro sigue activo, más o menos, depende de las capacidades de cada cual claro, pero lo que es tiempo, tenemos todos.
Desde que era muy joven, mi padre siempre me decía   Antes de dormirte tete, piensa en lo bueno que has hecho ese día, en lo que has dejado de hacer, y proponerte para el día siguiente, que determinadas cosas, no vuelvan a ocurrir.  Mi madre era del mismo parecer, la experiencia y el sufrimiento, así como las alegrías que les dio la vida, los unificó en este criterio.
Y es verdad, desde entonces que tengo esta costumbre, puede que para algunos cansina y fútil, pero que a mí, siempre me ha ayudado, a que sin saber porqué, siempre trate de seguir progresando. No es fácil, requiere esfuerzo, y hasta más de una vez desengaños de uno mismo, tan bien quieres hacer las cosas, que a veces te descontrolas y te conviertes en algo innecesario.
Es algo parecido a entrar en un gran cedazo, que moviéndolo deja pasar las partes desechables y va quedando lo bueno, lo más buscado. Pues bien, hay que ser sinceros, a veces he pasado como tierra sucia por entre medio de lo desechable, que le vamos a hacer… así es la vida, y aun así no hay que cansarse de volver a ser tierra removida, posiblemente un día, uno que no espero con ansiedad desmedida, me vuelva a vista del buscador, piedra fina, apreciada, requerida para cualquier labor.
Sin saber muy bien porqué, me siento necesario, en ocasiones, me he descalificado a mí mismo, he pensado…   Bueno, si no soy nada, no soy nadie para muchos, para la mayoría de personas que me rodean…  Falso, estoy equivocado, resulta que sin saber como ni porqué, a fuerza de tratar con las personas, aunque sea de paso, cuando te paras a hablar con ellas, del tiempo, por decir algo, estableces una conversación como si ya hiciera tiempo que has tratado con ella. Ahora mismo, no podría contestar a quién preguntara el porqué de este fenómeno social, pero sucede, creo que a todo el mundo, en una medida u otra.
¿Qué es una sinrazón…? puede, pero pasa. Puede que cuente también, el carácter de la persona, sí, definitivamente cuenta, soy extrovertido pero tímido, cuando trato de explicar esto a alguien, se ríe de mí, vale, para él la perra gorda, como decía mi abuela  -refiriéndose a las monedas antiguas-. Pero me conozco, soy tímido por naturaleza, puede parecer un contrasentido, no sé, quizá mi sobrina que es sicóloga, me podría dar explicación, me gustaría. Pero como la conozco casi igual que la madre que la parió, que es mi hermana pequeña, a lo mejor, me daba una versión light del examen que me hiciera, me quiere mucho y eso, quieras que no, de forma los planteamientos de las personas y cosas.
No sé porqué, pero así soy feliz oye, y eso es lo que importa puñetas. Que bastante dura es la vida, para que ahora uno se ponga a aprender el idioma de otros. ¡Que ya me está bien así…!     ¡Hombre pero podrías amoldarte más a otros!, amóldate tú a mí, les digo yo. Yo te saludaré siempre, estés o no de buen humor, ahora bien, si me niegas el saludo porque estás cabreado o por no comprenderte a ti mismo, allá tú, ahí termina mi obligación. A buscar a otra persona que aprecie, que le de los buenos días, es así, ¡pero que no me fastidien mi sistema tú… que yo voy de legal por la vida, con errores ya lo he dicho antes, y lo subrayo si quieres.
Mi vida es mía, y luego, de los demás, si quieren. Pero condiciones ninguna que no sea razonable para mí, ¿soy un ególatra por eso? vale.  Pero por lo demás, como canta Sabina en una de sus canciones, lo que tengas que decirme, dímelo en la calle.


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