sábado, 5 de julio de 2014

EL RECIBIDOR.


                                           EL RECIBIDOR


Espléndido, cautivador, entre moderno y clásico, acogedor, práctico, con todo lo necesario para hacer agradable las visitas a aquella casa. ¡Y que casa…! aquella mansión es un trozo de paraíso, de secreto por descubrir por veces que sea visitada. Siempre depara sorpresas, siempre, aquel recibidor, ha sido entre la gente de sociedad lo más comentado, especialmente por las mujeres, que son las que más entienden de estos temas.
¿Qué porqué?, ¡hombre no se había visto un recibidor así en ningún sitio…! es fácil deducir pues, que la gente respondiera en masa a las invitaciones de los dueños. Todos, bueno, todas mejor dicho, venían a ver el recibidor, los hombres, llevados en ocasiones a la fuerza por sus respectivas mujeres, les decían al salir de las cenas o meriendas, que ellos no veían la razón para acudir tan ha menudo a la mansión.
Va, tú no entiendes de estas cosas, de manera que no opines.  Se calla, puede que sea verdad que no entienda.
Después de la vista repetida de tres o cuatro mujeres a la casa, se entendió el porqué de esta especie de alboroto. Los maridos de las señoras al principio piensan que se trata del señor Cosme, el dueño de aquel pequeño imperio condensado entre las paredes de la mansión, con su correspondiente jardín, su laberinto de setos, que te mantiene entrampado allí dentro más de dos horas, si no conoces la salida.
Más de dos señoras se han dejado entrampar allí dentro tres horas, y algunas hasta más y todo. ¡Con aquel recibidor quién se va a resistir! El recibidor mide metro noventa, con un marcado acento francés, elegante y atento, a todas las señoras les besa la mano con delicadeza, una sonrisa y sus penetrantes ojos azul mar, las recibe con extremada amabilidad. Eso si que es un recibidor y no estos rancios muebles, aunque sean medievales, ni las armaduras de acero con las picas en ristre.
Y es que, donde haya un buen recibidor como dios manda, que se quite todo lo demás, aunque sea encima de las baldosas de mármol, se pueden hacer recibimientos de categoría.


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