viernes, 26 de septiembre de 2014

ACOMPAÑADO EN CASA



                                        ACOMPAÑADO EN CASA




Cuando era un crío mis padres me llevaron al cine con mi hermano pequeño a ver “Solo en casa”, disfruté como un becerro mamando de la vaca, se me caía la baba de ver las travesuras que hacía el chaval aquel estando solo, haciéndole frente a los dos ladrones pringados que querían entrar a robar.

¡Me acuerdo más de aquella película ahora…! mi casa está llena de gente, un hermano de mi madre se ha venido a vivir con nosotros, Calixto se ha traído consigo a mi prima de mi misma edad, Adela, una cachonda de las de no te menees, no digo que sea mala, pero tío, ve un hombre que le haga gracia, tenga la edad que tenga, y se lanza a tumba cerrada, ¡hay que ver cómo es esta chica…!, a veces se ha pasado dos o tres días sin aparecer por casa, y llega tan fresca ella como si acabara de salir a buscar el pan o tabaco, porque fuma, y cómo fuma la tía.
Su madre está en la cárcel por tráfico de drogas, le han caído cinco años, ya veremos los que cumple, hoy con el tema de que las cárceles están llenas de gente, y no hay presupuesto para mantener a tanto delincuente, ya veremos. El piso lo han perdido, se lo ha quedado el banco, un año sin pagar es mucho tiempo por mucho que les hayan ayudado a renegociar la hipoteca.

Mi padre está con una depresión encima que no hay manera que se recupere, es uno de los que le tocó pringar con el ERE de Coca Cola, a la puta calle y sin un duro. ¡Y quería ser enlace sindical de UGT en su día…! mi madre  “Ni se te ocurra ¿vale?, que luego todas las hostias te las vas a llevar tú, tonto, más que tonto”. Creo que tenía razón mi madre, si llega en las circunstancias de cierre de la empresa, a ser enlace sindical, le hubieran caído leches por todas partes. Está en tratamiento siquiátrico y todo no creas, lo que pasa, según dice mi madre, es que estas enfermedades son muy complejas, hay gente que las supera sin problemas y a los cuatro días ya están como una rosa en abril, y otros cómo mi padre, que les cuesta un huevo salir del bache. Ha perdido las ganas de comer y todo, está espiritual el pobre.

Menos mal que entre mi madre y yo, que trabajo en la Wolswaguen, de mecánico, cobrando poco, de momento soy aprendiz pero bueno… ya se sabe, todos los comienzos son malos. Mi madre limpia casas con un par de amigas que se distribuyen las faenas de varias señoras, poco a poco, tenemos para subsistir y pagar el alquiler. Esa es otra, mi madre nunca fue de ser propietarios de nada, doscientos euros más los gastos de comunidad, eso es lo que se paga. ¿Quién paga una hipoteca de este precio hoy día?, nadie, eso es lo que nos salva. Y es un piso grande no creas, tres habitaciones, dos de ellas dobles, y una individual que se ha adaptado para que de momento tenga la habitación mi prima. Calla que una vez me llamó para que viera unos vaqueros que se había comprado, y no tuve cojones de abrir la puerta.
-Entra de lado que no se puede abrir más la puerta primo, ¿Qué te parece?
-Que eres una guarra tía, ¡pero si esta habitación es una leonera, que digo una leonera, si los leones viven mejor que tú aquí dentro! ¿No te da vergüenza de tenerlo todo así, ya sabes que ropa es la limpia y cual la sucia?
-Sí, claro, oye que no soy tonta, es verdad que está un poco mezclado todo, pero sé exactamente que está limpio y que sucio.
-Bueno vale, oye que te están como un guante los vaqueros, chulos de verdad.

Me salí de allí con tal de que no se me revolvieran las tripas, no he visto jamás en mi vida una cosa igual, tangas colgados del cabezal de la cama, sujetadores en el otro lado… prendas que le sirven de manta encima de la cama…, una locura, en serio. Alguna vez me he preguntado, de dónde saca el dinero para comprar tanta historia de moda, perfumes caros, complementos, relojes de última moda… O para el culo, o lo roba, antecedentes tiene alguno, según le he escuchado a mi tío Calixto hablando con mi madre en la cocina, de las dos cosas, de robar y prostituirse.
¡Con lo bien que estábamos antes de que llegaran ellos…! pero mi madre no tiene corazón para negarle nada a nadie, y menos de la familia, al fin y al cabo, estas cosas le pueden pasar a cualquiera. Pues además de todo, mi hermano Abel de dieciséis años, ahora resulta que fuma marihuana, se la regala mi prima Adela, de momento, después ya veremos haber que tiene que hacer para conseguirla. ¡Me cago en la leche, no quiero ni pensarlo!

En el taller donde trabajo, don Luis el dueño, del concesionario, está haciendo construir un altillo en la nave, he oído decir que quiere poner un vigilante, va a ser como un pequeño apartamento de veinte metros cuadrados, un pequeño baño con ducha, una salita con cocina eléctrica y un radiador también eléctrico para el invierno.
Los trabajadores quieren ir por la tarde a sus casas, es lo normal. Para mí, es una oportunidad, sofá cama con una tele de plasma que me puedo comprar, de esas de pocas pulgadas… Llamo a su despacho y me da permiso para entrar, he estudiado lo que tengo que decirle sin mencionar nada de mi casa, eso es punto y aparte.

-Mire usted don Luis, que he pensado que si busca usted a alguien para que vigile de noche la nave, que sepa que yo me ofrezco, me interesaría, no sé si me pagaría un poco más por ese trabajo, pero que sepa que ya tiene a alguien dispuesto a hacer de guarda, no le temo a estar solo. Sabe también que no soy ningún crío, quiero decir que sé que hacer en una situación de alarma si alguien quisiera entrar, es más, estoy segurísimo que estando yo aquí, a nadie se le ocurriría venir aquí ni a robar ni a nada. No tengo novia, no se me ha pasado por la cabeza traer aquí a nadie, a ninguna chica quiero decir.

Padre e hijo se han mirado el uno al otro, el hijo de don Luis lleva el almacén, hace el inventario de las piezas que faltan las que hay que pedir y esas cosas.
-Vale ve para casa y mañana te digo una cosa u otra, he de pensarlo.
No he dicho nada en casa porque quiero que lo vean cómo una extensión de mi trabajo, una promoción en el taller en el caso que me digan que sí. Tengo incertidumbres, no es que esté lejos de casa, voy y vengo en bicicleta, nada a cinco minutos de casa tengo el taller, nuestra nave es la primera del polígono, pilla la esquina de la isleta que lleva a la gasolinera, al polígono y al pueblo, ya más ciudad que pueblo, se ha construido mucha vivienda nueva y las familias no dejan de venir a trabajar y vivir aquí, es mucho más barato que la ciudad y la gente siempre buscamos cambios de aires.

-¡Felipe entra al despacho por favor!, se escucha por el altavoz de la nave.
-Usted dirá don Luis.
-De acuerdo, vas a estar tres meses a prueba en esta nueva función de guarda, pero ten clara una cosa, que si hay algún incidente que nos perjudique por tu culpa, te vas de aquí, no solo de guarda, del taller también.
-Me parece bien, es justo, yo también lo haría así si fuera el dueño.

Don Luis se ha reído a carcajadas.
-¿He dicho algo gracioso jefe?
-¡Que huevos tienes hijo! Bueno mira, a final de este mes ya estará todo terminado, te podrás venir el día uno, así comenzaremos el mes completo. Cobrarás doscientos euros más, ¿te parece bien?
-Hombre como parecerme, me parecería mejor que fueran doscientos cincuenta, es una responsabilidad grande, piense que haré mis rondas cada noche…
-¡Qué coño!, que sean trescientos y así llegamos a los mil brutos, ni un chavo más.
-Ve, usted sí que mira las cosas desde un punto de vista objetivo. Bueno quedamos así, vuelvo al trabajo que estoy sangrando los frenos con Francisco. Ha y gracias por tenerme en cuenta.

¡Al fin solo en casa…! un día de fiesta a la semana, pero al fin y al cabo lejos de problemas que no son míos. Podré ayudar más a mis padres, al fin y al cabo es lo más importante, a ver si mi padre supera este bache por el que está pasando. Mi madre va a ser quién más lo sienta, antes de marchar debo advertirle sobre Abel, el putón de mi prima Adela lo va a pervertir y solo tiene dieciséis años…




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