jueves, 25 de septiembre de 2014

GIMNASIA.


                                                   GIMNASIA



¡Que cuerpos señor…! entré en el gimnasio y aluciné. Con mi bolsa Adidas, mis toallas, mis cacharros, bueno, desodorantes, una colonia, gel de baño y esas cosas.

-¡Hola bienvenido!, ¿tú eres…?
-Bienvenido.
-Vale bienvenido, ¿cómo te llamas?
-Te lo he dicho, Bienvenido, parece un chiste malo ¿no?, de verdad que me llamo Bienvenido, mira la lista llamé anteayer, hablé con Mercedes la encargada.
-¡Ha sí ya lo veo!, disculpa eres el primero con este nombre, no te he entendido al principio.
-Ya veo, ya. Bueno, ¿necesito un trainer o alguien que me vea, antes de comenzar?
-No, ya has estado en otros gimnasios por lo que veo, estás cuadrado, solo dime tú edad.
-Verás no me malinterpretes, pero soy un poco presumido, no me gusta decir los años que tengo, pero vale, más de cuarenta y menos de cuarenta y siete.
-Ja,ja,ja que simpático que eres.
Mercedes personalmente a mí no me gusta mucho, es guapa eso sí, no sé si a base de liftings, no lo parece es una chavala joven, tipo Pamela Anderson, con las tetas de plástico, botox en los labios, eso es evidente, puede que el culo también lo lleve reparado, oye, que a lo mejor me equivoco pero no creo, le rebota mucho cuando camina, tiene el aspecto de haberse quitado una costilla para estrechar cintura, por lo demás… perfecta.
-Ven que te presento a Dani el monitor que tendrás, en función de cómo vea que te desenvuelves en los aparatos te recomendará lo que más te convenga.
-Ha vale, ves eso es interesante, al gimnasio donde iba antes, no tenía monitor y claro, vas a tú bola y terminas por estar un poco despistado.

Oye tú, que tío ese Dani, guapo que te cagas, metro noventa casi, mulato clarito, habla español perfecto, de la escultura que lo acompaña ni te cuento. Lo encontramos al lado de un grupo de focas en sus correspondientes cintas de andar, eso sí, todas con sus chandals de tactel que se podrán escurrir cuando salgan de este ejercicio, ¡que es el primero que hacen…! luego, hacen spinning o como coño se llame esto de la bici delante de un espejo, una chavalita joven que es el modelo a seguir les hace pedalear hasta la extenuación, después  estiramientos y cuando acaban del gimnasio, se van a la cafetería de enfrente a endiñarse un café con leche y pastas surtidas, ¡tócate los huevos!.
El gimnasio funciona a tope,  ¡con estas clientas, cualquiera…! ya les interesa que esté la cafetería enfrente, ya, se aseguran la clientela. También hay hombres que son así, los menos para ser justos, hay otros que van al gimnasio, a ligar si pueden, a estos, los que trabajan en el gimnasio, los ven venir desde lejos. Tipos un poco más jóvenes que yo, de treinta y cinco a cuarenta años, sacando pecho y algunos con faja, se compran colonias caras, y a la familia, los tienen a sobres de Avecrem por la noche, ¡anda que ya les vale!

A mí no me interesa nada de eso, me interesa hacer un poco de gimnasia, practicar yoga y perfeccionarlo un poco, tengo pocos problemas, estoy solo y eso quieras que no, jode, me refugio en la lectura y paseos por la naturaleza, a veces me paso el día fuera, y cuando es verano, cargo la mochila con el saco de dormir y me voy a algún lugar un poco remoto para disfrutar de estas cosas que tanto me gustan. Solo duermo una noche al raso, si la economía me lo permite, una vez al año, paso tres o cuatro noches en un albergue rural y luego bajo montaña abajo hasta donde he dejado el coche aparcado.
Cambio el chip y me encamino a la ciudad de nuevo, no se puede pedir más. Hace un año que voy al gimnasio, me han tomado confianza, Mercedes la encargada, hace tiempo que me tutea, me ha propuesto hace unos meses, que me encargue de algunas señoras de estas, que van allí a quemar grasas y decirlas que están muy guapas. Yo que miento poco, y resulta que por puro esparcimiento, miento como un bellaco, a estas buenas señoras, no hay quién las libre de esas mollas que regala su cuerpo por todas partes, les digo que eso es un buen síntoma, que el trabajo que hacen en el gimnasio hace que se manifiesten, que insistan, que dentro de poco desaparecerán, ¡se lo creen oye!

Este fin de semana me voy con dos de ellas de excursión, caminaremos media hora en ligera pendiente, les diré que esto no lo podrían haber hecho antes sin ir al gimnasio. Voy a pedir comisión a la dueña por hacerle estos favores. Luego por la tarde me las llevo a casa, Pilar se queda a pasar la noche conmigo, pero sin compromisos ni hostias, que no estoy para cargas, luego por la mañana la invito a desayunar en la cafetería a la que voy siempre, insisto en que coma una flauta de pan de cereales con pavo frio, lo mismo que yo. Después del café nos despedimos hasta la tarde, me pasa el tiempo mejor desde que practico esta actividad del gimnasio, ahora me cobran solo, precio de jubileta sin matrícula ni nada.
Rocío me ha regalado hoy un uniforme de empleado.   
-No quiero que te sientas como uno de nosotros, no estás obligado a nada, es un regalo.
-Anda que no sabes nada… la gente si me ve con estas prendas me preguntará como a uno de vosotros…
-Pues tú me los envías a mí y ya está hombre…

Y eso… ahí me tienes ayudando a las gordas y a las flacas. A ver si alguien me coge el relevo, la verdad es que después de cuatro palabras con ellas, yo voy a lo mío, eso sí, tengo todo el gimnasio para mí, nadie me pone pegas, y hasta he conseguido sin pedir nada a nadie que no me cobren, ¿se puede pedir más?



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