martes, 2 de septiembre de 2014

CAMA VOLADORA.



                                                                CAMA VOLADORA




Me pareció imposible que pudiéramos hacer que el mundo temblara en esta cama nuestra, pero no estábamos soñando, el mundo se movía, cuando sujeté su mano por temor de que fuera a saltar de la cama, noté además que nos mecíamos, como cuando éramos pequeños, y nuestras madres nos acunaban en aquellos pequeños cubículos sin patas.

Quizás hubiera sido mejor conservar aquellas camas, ahora que ya somos mayores deberían ser más grandes claro está, pero que en lugar de pisar de forma tan frágil sobre cuatro puntos concretos, que tuvieran grandes balancines a manera de pies, uno en el cabezal y otro en los pies, ¡me gustaría mucho dormir en una cama así, que en ocasiones diera la impresión de volar…! Ella preocupada por si acaso ha sido un terremoto el que ha movido la cama, yo pensando en mi antigua cuna, cómoda, hecha de forma, que con un par de buenos empujones, me mantuviera balanceándome un buen rato.

El cerebro rebotando dentro del casco de mi cabeza, ilusionado, disperso, sin obligación alguna a tener que imaginar, todo lo que sucede a mí alrededor. Si alguien me hubiera preguntado le habría contestado…   “pero ¿qué me estás diciendo, acaso eso va conmigo?, mejor pregunta a alguien que duerma en una cama con patas, al parecer ellos están más capacitados que yo mismo para darte la respuesta que tú esperas”. Como si uno no tuviera ya suficientes inquietudes para conseguir el mejor equilibrio posible… ¡vamos hombre! Quizás me hubiera dicho… pues duerme como todo el mundo, en una cama normal.

Vamos a ver si nos entendemos… ¿qué es una cama normal para ti?   Pues un lugar de reposo, en el que te pasas buena parte de tú vida, para reponer las fuerzas necesarias, y poder ser productivo al día siguiente.   ¡Ahora lo entiendo…! ¿Me estás llamando parásito de la sociedad, porque duermo en una cama sin patas, con balancines?    Hombre no sé qué decirte… pero yo no he visto una cama así en mi vida.

Mira,  -le dije-, asómate un momento. Se arrodilló conmigo en el suelo, le hice ver unas cuñas que estaban forradas de caucho, dispuestas debajo de los balancines, hacían que la cama, quedará absolutamente firme sobre el suelo.   ¡Carajo…!    Exclamó.   ¿Qué te parece…?     Pues ahora que lo veo… no sé qué decirte, la verdad.    Este invento te lo he enseñado, para que sepas que sé cómo se debería dormir.    ¿Y eso que significa?   Que nosotros dormimos cómo nos place, nos ayuda a dormir de diferente forma el tener un balancín bajo el metálico, cuando nos cansemos de dormir así, pondremos las cuñas y se acabó.

Nuestro amigo se ha marchado de casa extrañado, no se ha despedido, es posible que el motivo sea la imposibilidad de comprobar por sí mismo cómo se duerme en una cama de este diseño. Al poco, unos vecinos de una casa cercana a la nuestra se han interesado por ver como es la cama. Yo solo les he dicho…    Tenéis que pensar en cómo debe ser una cama voladora o soñadora según se vea. Han insistido en verla, pero nos les hemos dejado entrar en la habitación, ese es un lugar secreto, donde se esconde la intimidad de la gente.



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