jueves, 4 de septiembre de 2014

ÁNGELES SINIESTROS



                                               ÁNGELES SINIESTROS





-Ángeles de la guardia… y una mierda.
-Pero hombre, estás vivo por lo menos, imagínate si caes un par de metros más abajo del barranco.
-Pues no sé qué quieres que te diga oye, por lo menos estaría en el cielo. De todas formas, si caigo por ese barranco, no me habría enterado de nada. Me cago en la leche, ¡que daño tengo!

Iban en moto un grupo de cuatro, Carlos iba en mitad del grupo, y un desesperado que iba detrás de él, solo por tocarle lo que no suena, se puso a hacerle luces y tocarle el claxon. ¿Qué que pasó?, pues se pasó de frenada en una curva, y se fue a hacer puñetas…, bueno la cosa no fue exactamente así, el problema es que con los nervios, frenó con la rueda de atrás en lugar de con la de delante, ¿Qué quieres…?.

Los ángeles de la guarda pueden ayudarte, pero lo que no hacen, es levantarte de la carretera antes de que te des el porrazo, ¡solo faltaría eso? Entonces no serían ángeles sino dioses, y oye, dioses sobran en este mundo tan pequeño, cuenta que solo en la India tienen más de trescientas mil divinidades, no sé si tienen ángeles protectores, pero dioses con cabezas de elefante, serpiente, mono o rata, tienen por todas partes, fiestas para los dioses cien mil y una.

-Yo quiero irme a mi casa tío  -decía suplicante-
-Que no puedes irte todavía tozudo, que tienes escayoladas hasta las pestañas.
-¿De verdad…?, no jodas que también me las he roto.
-No hombre es un decir, pero estás hecho unos ciscos, pero no te apures, a partir de ahora van a dejarte hecho un Robocob.
-¡Mira, me cago en tú estampa mamón!
-Conmigo no la tomes Carlos, si he de serte sincero lo que no se puede hacer nunca, es salir de ruta con gente experimentada, primero tienes que hacer tus pinitos como motorista, rodar por la ciudad, aprender a coger las curvas, acelerar cuando ves una recta segura… Pero claro tú no, yo voy con vosotros donde sea, pues mira ya tienes la primera experiencia que contar, y no va a ser la única te lo advierto.

Ha querido hacer el símbolo del motero con los dos dedos de la mano derecha enyesada, ya sabes, el pulgar y el meñique levantados con el resto de los dedos bajados sobre la palma de la mano, pero que va, ni eso ha podido hacer, ni sacando la lengua un palmo para lograrlo.

-Tres semanas meando y cagando en una cuña, ¡qué vergüenza hostia! Las enfermeras levantándome de lado en pelotas para cambiarme la cama cada día, tocándome las pelotas para lavarme, no quiero ni pensarlo.
-Pero bueno ya estás en casa, eso es lo que importa. Que llevas una coraza para la espalda, date con un canto en los dientes, piensa en el ángel de la guardia tío, ahí estaban. El collarín de plástico para que se te suelden las vértebras, bien está si bien acaba.
-Oye Joaquín… ¿por qué no te vas un poco a la mierda anda? Lo tuyo no es dar ánimos a la gente, prefiero a los ángeles siniestros a un par de amigos como tú.
-Oye a mí con desprecios nada ¿vale? ¿Quién ha estado visitándote casi cada día en el hospital, he dime?
-Vale y te lo agradezco, pero es que jodes más que alientas a la gente…, que puedo estar tocado del accidente pero no soy imbécil.

Esta conversación se lleva a cabo en casa de Carlos, Joaquín ha venido acompañado por otro motero que iba con ellos este día.

-Tú sabes quién era el cabrón que me metía prisa detrás?
-No, ¿por qué lo preguntas?
-Porque cuando lo vea le voy a decir cuatro cosas bien dichas, maldito hijo de su madre…

El compañero de Joaquín, que está justo detrás de este, le hace un gesto inconfundible a Carlos sin pensar en las consecuencias, con el dedo señala a su amigo Joaquín.
-Me cago en todo…  -coge una de las muletas de acero que le han dejado en el hospital y se la lanza a su amigo Joaquín, no le da tiempo a esquivarla y le da en todo el troncho, le ha abierto la cabeza-  ¡Hay lo siento amigo mío, tú ángel de la guardia me ha dejado dicho que hoy se iba a Roma a rezarle al Papa!




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