martes, 9 de septiembre de 2014

PUTO CRAC.



                                                      UN PUTO CRAC




Ringring  ringring  ringring  ringring, es el móvil de Joan…, mira la pantalla, aparece una frase de una fiel admiradora que solo dice “Un puto crac” ¡Se queda algo consternado!, coño, ¿y eso?

Se pone a darle vueltas al tarro y mira tú por donde, quién le contesta a un par de escritos que le ha colgado, es su sobrina, he, que nadie crea que es una mujer poco culta ni tonta, tendrá sus cosas como todo el mundo, pero de tonta no tiene ni un pelo.
Pues mira, voy a dedicarle una especie de mensaje cifrado tú, entre ella y yo desde bien jovencita, ha habido mucho feeling (me cago…, ahora no sé si se escribe así esto de buena conexión en inglés), pero qué más da, si ella lo va a comprender perfectamente.

¡Ya están llamando al timbre…! joder siempre tienen que interrumpir cuando está en racha de escribir. Menos mal que tengo pantallita en el piso para ver quién llama, pero como no le abra a este se tira toda la tarde apoyado en el pulsador, como no tiene otra cosa que hacer que andorrear por ahí y gorrear a los amigos. ¡Pobrecillo bien mirado… si está cómo yo más o menos!, somos de esos según lo que los catalanes llaman cuando a uno lo ven por ahí escribiendo y dibujando por la calle: “Els y falte un bull com les guises”, que soy catalán, y todavía no sé bien que significa.

-Hola Alberto, ¿qué quieres nen?
-Nada ¿qué haces?
-Oye te he dicho mil veces, que si no quieres nada, no me toques los huevecillos que tengo cosas que hacer…
-Déjame subir anda…

Sube y cómo siempre que viene a casa, es para contarme sus miserias, conste que yo no le cuento a nadie las mías, ¿pa qué si nadie te soluciona nada?
-Estoy harto Joan, esta tía me marea y me torea cómo quiere, ya no puedo más.
-Pues si vienes buscando un sicario que te resuelva el tema, has llamao en mala puerta.
-No hombre, a esta le doy puerta cuando quiera.
-Ya, lo que tú digas. Eso será después de que acabe de sacarte los cuatro cuartos que te quedan ¿no?
-¡Qué no soy un tonto de baba oyes!
-Ni yo tampoco, y mira… ¿Ya has vendido la casita de Albiñana?
-Sí, porque no quería ir, decía que estaba demasiado lejos y como además necesitaba dinero para arreglarse la boca pues… se lo di a ella.
-¿Toda la pasta para la boca?
-Pues oye que casi estuvo a punto de pedirme más porque no le llegaba.
-¿Qué se hacho la boca de platino y diamantes de cuarenta quilates?
-No home, no, pero los dentistas son muy caros.
-Alberto, lo siento, definitivamente me ganas a “gilipollas del siglo”.
-Va tío ahora vete, tengo que escribir una cosa.
-¿De qué va? Dime.
-Que te vayas joder, mañana estate en casa del Dani y hablamos ¿vale?

Ahuuuuuuummmmmmmm, tengo que hacer respiraciones largas, pausadas, vaciar la mente del mal karma que tiene Alberto, desde que sale con la colombiana.

A lo que iba… mi sobrina es un tesoro raro, de estos que si alguien se encontrara en el profundo océano no tocaría, desdoraría todo su entorno si alguien la sacara de ahí. Ahora, que está a punto de casarse de nuevo,  lo mismo que yo no te creas, que ya van dos bodas y la segunda cagada fue lo mismo que la primera-.
Pero a ella es imposible que le pase eso, la razón es muy sencilla, el novio, sabe exactamente lo que lleva de la mano cuando pasean juntos o trabajan, es un tío con un par de bemoles, sabe atarse bien los machos en lo que al amor se refiere.

Hoy he soñado con ellos, a él no he podido verlo con mucha claridad en el sueño, la luz que despide los ojos de mi amada sobrina, lo iluminaban todo, el registro donde entraban a casarse, se transformaba de pronto en una gran catedral de roca de cristal, y de las columnas que la componían, salían sonidos, jamás oídos por seres humanos.
No exagero, cuando escribo, estas palabras que de alguna forma, debo terminar.


                                      
                             Saber crecer es saber vivir, si no amamos,
                             ya estamos medio muertos, por eso la vida
                             exige como cualquier piedra del camino, que
                             con el paso del tiempo se desgasta, ser
                             repuesta por otra más fuerte, la vida debe ser
                             larga y la piedra de repuesto fuerte.
                             Las avenidas de agua, los torrentes, se llevan
                             a las más débiles, pero si el amor arraiga, no
                             hay inundación que no sepa resistir, y tú
                             puedes.
                             Quiere, besa, acaricia, vive, ama, no hay
                             formularios escritos que nos digan que hacer
                             ni cómo hacerlo.
                             La vida de toda persona es plena, cuando
                             uno siempre está, pase lo que pase, en la
                             línea de salida.

 
Conversar, comunicarse, esa es una de las claves del triunfo del amor en la vida de cualquiera. Ella lo hace como nadie, y aunque pocas sean sus palabras, dice las justas, ¿para qué usar métodos obsoletos, teóricos, que solo son opiniones de determinados personajes? Los ruidos y movimientos, recorridos de la vida, nos llevan hasta un final que todos desean sea el mejor. “Los primeros cuarenta años de la vida de todo hombre, nos dan el bosquejo; el resto del tiempo, la consecuencia”.



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