SELECCIÓN NATURAL
¡Que para ver la selección natural no hay que irse al
Serengueti hombre, que no! No sé porque, siempre se relaciona la selección
natural con las bestias, con su supervivencia, con los años que viven en
determinado entorno.
¿Por qué no nos hacen a nosotros, los humanos, los mismos
estudios que a los monos de la Amazonía, por ejemplo? A lo mejor es, porque más
de cuatro, nos veríamos retratados en ellos, en los monos aulladores, o los
gorilas de montaña de Ruanda.
¡Que somos muy chulos, eso es lo que pasa!, desde hace no sé
cuantas décadas que están enseñando a los chimpancés a contar, a distinguir los
colores, a resolver partidas de ajedrez, con tal de que les den el plátano que
les han prometido. Bueno, hasta aquí no sé si han llegado, pero al tiempo…
Los humanos somos así de guais, vamos por la vida de
sobrados, pero nadie investiga sobre los grandes enigmas humanos que a diario
suceden en nuestro entorno.
Un ejemplo…, conozco a un chaval, -digo chaval porque comparado conmigo es un
crío-, ¡que es feo el jodio…, pero feo, feo, lo que se dice en el hospital donde
nació, es que lo pusieron en la lavandería, a ver si así podían evitar verlo,
la gente que venía a ver a los recién nacidos. ¡No podían dar esa mala imagen
con aquel crío hombre, está claro…! Pues oye, ha crecido, feo eso sí, cuando
eres feo, eres feo hasta que la espichas, te pueden poner coloretes, te pueden
hacer rellenos, pero milagros no hacen los de las funerarias.
Camina un poco girado, los fórceps y eso de cuando nació,
se conoce que venía más liao que la pata
de un romano con el cordón ambesical, ¿se dice así no?, bueno da lo mismo. La
cuestión es que el chico va de lado, como si fuera vigilando a todos los que le
siguen. Voy a la ferretería a comprar un par de cosas… y delante de mí iba él,
cogido de la mano de un pibonazo que cortaba el hipo, por curiosidad los
adelanté, que para mí eso ya es andar deprisa, siempre voy medio zombi, gracias
al pastillamen que me da el médico. Los saludé, Javi me contestó, la chica toda
azorada levantó la vista y también dijo buenos días.
¡Mira, por poco me da un jamacuco oyes…! que chica, en ese
momento, no puedes evitar hacer comparaciones mentales, se establecen
determinados rangos en la sociedad moderna que son estereotipos de lo
inevitable, la vista, no la razón, solo los ojos. Mira, tengo una sobrina, que
a guapa nadie le gana, alta simpática, rubia, con unos ojazos que deshace el
sol si lo mira, y su novio -dentro de
poco se casan-, es ¿cómo te diría yo?, un buen chaval, enrrollao, con buen
oficio y mejores amigos supongo, porque la verdad sea dicha, no lo conozco
mucho. Pero conociendo a mi sobrina, imagino que además es un tío guapo, que a
veces no es solo cuestión de guapura el tema, algunos que se saben feos, dicen
de los demás, que son interesantes.
Pues algo parecido es esta chica que es la novia de Javi,
con todo su…, por detrás tiene… y lo más interesante, vista por detrás y por
delante, da la impresión de ser la modelo que hubiera querido tener Miguel
Ángel en su día, o Modigliani para pintarla, o Da Vinci, ese artista ve a
Angelita por la calle, y tira a la Gioconda a la basura, fijo.
La selección natural creo que está concebida para ridiculizarnos,
he mirado varias veces en Internet el desarrollo del hombre hasta que se
convirtió en hombre… y ¿te lo puedes creer…? Nunca paso, comparándome he, del “Homo
Erectus”. De manera que ya me dirás qué coño hacemos con la evolución, ¡me han
engañado hostias…!, que mala leche.
A mí, ahora que tengo tiempo para observar a la gente, hago
dibujos, hago gráficos para ilustrar como vamos, ¡que no me salen las cuentas
tú! O es que soy muy mal matemático, que nunca ha sido mi fuerte, o a alguien
le interesa que sigamos pensando que estamos progresando. ¿Sabes que pienso
yo?, una mierda como un piano, para todos estos pseudocientíficos, que exponen
sus teorías cómo lo definitivo en el desarrollo de la selección natural de las
especies.
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