GORDO Y BAJITO
Es difícil reparar en una
persona de estas características cuando vas por la calle, más que difícil es
inútil, ¿con qué propósito lo haría uno? ¿Qué descubriría con eso? Nada, nada
destacable quiero decir, tipos así pasan desapercibidos a cada instante por
nuestro lado. Yo sin ir más lejos soy de esos, y a decir verdad, me gusta.
La razón, la que yo mismo me
cuento claro, porque ya me gustaría a mí medir metro ochenta, con ochenta y
cinco kilitos de peso, y una buena cabellera, además de tener una figura bien conservada
y atlética.
Sería la leche vamos…, pero que
le va uno a hacer, si un sinfín de circunstancias difíciles de explicar, me tienen
sujeto a quién soy, no puedo hacer nada de nada, nene te ha tocado ser así -me digo yo- y punto. Aunque luego, cuando
comienzas a mirar en tú entorno, me doy cuenta que no tengo desventaja alguna
sobre esos “supermachos”. Hay cantidad de ellos, que viven de gente como yo, ¿Qué
cómo es eso?, siéntate en la terraza de un bar por ejemplo, y escucha las
conversaciones que tienen.
De futbolistas, de carreras, de
motoristas profesionales, de mujeres, de todas estas cosas, saben un montón,
son los que compran partidos de fútbol para ver en televisión, los que se dejan
jornales en máquinas tragaperras, que pocas veces verás hablar de asuntos
serios, salvo del hecho que no encuentran trabajo.
Yo no quiero ser de esos, me
revuelve las entrañas oírlos hablar de estas memeces y no se paren a pensar un
poco en asuntos más serios. Que quieres que te diga, soy así.
En ocasiones, cuando estoy
tomándome un café con leche, se acerca a hablar alguno, por pura costumbre de
vernos en el mismo lugar, de coincidir con ellos. ¿De qué hablamos?, yo de nada
en especial, dejo que hablen ellos, “el buen conversador es el mejor oidor”.
Que si ha habido un accidente
en el que han muerto no sé cuántos… han pillado a una banda de salteadores que
entraba en casas vacías en la otra punta del pueblo… que un presidente de la
comunidad autónoma donde vivimos en un corrupto de mierda, nos ha estado
robando millones a todos a través de los años…, llega un momento que se para y
me mira para ver que respondo, le sonrío y callo. Bueno… ¿y tú que piensas de
todo esto? Pues que sí, que es verdad
que el mundo está jodido, y nosotros al vivir en él, pues también. ¿Solo eso?
Sí, que quieres que te diga, ya he leído las noticias y esos asuntos los
estaremos oyendo a diario.
Se ha dado la vuelta y busca
otro interlocutor, alguien con quién discutir sobre esos temas. Por esa parte a
mí no me encuentra nadie, prefiero leer, escribir, reflexionar, y de manera
desapasionada, sacar mis propias conclusiones. Creo que en parte, esto se debe,
a que tengo unas rutinas fijas imperturbables, voy a piñón fijo como las bicis
antiguas, o las holandesas que van sin frenos, y dejan de correr cuando dejas
de pedalear, le das a las bielas hacia atrás un poco, y frenan del todo.
Creo que soy un poco así, y
oye, no me va tan mal, cuando me canse de ir a este ritmo que llevo ahora, cambiaré
de pedaleo, de manera de ser, no sé si lo podré conseguir, pero al menos lo
intentaré.
Lo que nunca voy a intentar
siquiera, es intentar ser más resultón, más guay como se suele decir. Eso no
sirve para nada, es más bien un estorbo, esto que os voy a decir ahora se me ha
ocurrido a voz de pronto. Un día escuchaba una entrevista que le hacían al
mejor jugador del mundo, de fútbol. Me partía la caja yo solo ¡pero si no tiene
ni puñetera idea de hablar este menda!, no, no tiene conversación, dialogo,
sabía reír a duras penas, y creo que ya sé por qué, por hacer anuncios en
televisión, ya está, me dije a mi mismo. Una de las únicas cosas que debe hacer
de maravilla, es darle patadas a un balón de futbol, por eso le deben pagar
esta cantidad de millones.
Encima unas cuantas señoras que
había sentadas en una mesa decían… Pues
yo me lo tiraría ahora mismo, que quieres que te diga chica.
¿Dónde hemos llegado…? no hay
criterio, no hay moralidad, estando sus maridos allí delante…, y ellos se reían,
encima.
Que no, que es mejor ser la
sombra de un edificio que tener estos pareceres, ¿triviales estos comentarios?,
puede ser, pero no dejan de ser degradantes.
Ya sé que con todo, no voy a
crecer y más a estas alturas, valga la redundancia, pero mira, bajito, calvo y
gordito, ese es mi sino, y lo acepto, no solo porque es lo que me ha tocado ser,
estoy contento en conjunto de ser así.
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