jueves, 4 de septiembre de 2014

GORDO Y BAJITO



                                 GORDO Y BAJITO





Es difícil reparar en una persona de estas características cuando vas por la calle, más que difícil es inútil, ¿con qué propósito lo haría uno? ¿Qué descubriría con eso? Nada, nada destacable quiero decir, tipos así pasan desapercibidos a cada instante por nuestro lado. Yo sin ir más lejos soy de esos, y a decir verdad, me gusta.
La razón, la que yo mismo me cuento claro, porque ya me gustaría a mí medir metro ochenta, con ochenta y cinco kilitos de peso, y una buena cabellera, además de tener una figura bien conservada y atlética.

Sería la leche vamos…, pero que le va uno a hacer, si un sinfín de circunstancias difíciles de explicar, me tienen sujeto a quién soy, no puedo hacer nada de nada, nene te ha tocado ser así  -me digo yo- y punto. Aunque luego, cuando comienzas a mirar en tú entorno, me doy cuenta que no tengo desventaja alguna sobre esos “supermachos”. Hay cantidad de ellos, que viven de gente como yo, ¿Qué cómo es eso?, siéntate en la terraza de un bar por ejemplo, y escucha las conversaciones que tienen.

De futbolistas, de carreras, de motoristas profesionales, de mujeres, de todas estas cosas, saben un montón, son los que compran partidos de fútbol para ver en televisión, los que se dejan jornales en máquinas tragaperras, que pocas veces verás hablar de asuntos serios, salvo del hecho que no encuentran trabajo.
Yo no quiero ser de esos, me revuelve las entrañas oírlos hablar de estas memeces y no se paren a pensar un poco en asuntos más serios. Que quieres que te diga, soy así.
En ocasiones, cuando estoy tomándome un café con leche, se acerca a hablar alguno, por pura costumbre de vernos en el mismo lugar, de coincidir con ellos. ¿De qué hablamos?, yo de nada en especial, dejo que hablen ellos, “el buen conversador es el mejor oidor”.

Que si ha habido un accidente en el que han muerto no sé cuántos… han pillado a una banda de salteadores que entraba en casas vacías en la otra punta del pueblo… que un presidente de la comunidad autónoma donde vivimos en un corrupto de mierda, nos ha estado robando millones a todos a través de los años…, llega un momento que se para y me mira para ver que respondo, le sonrío y callo. Bueno… ¿y tú que piensas de todo esto?   Pues que sí, que es verdad que el mundo está jodido, y nosotros al vivir en él, pues también.   ¿Solo eso?  Sí, que quieres que te diga, ya he leído las noticias y esos asuntos los estaremos oyendo a diario.

Se ha dado la vuelta y busca otro interlocutor, alguien con quién discutir sobre esos temas. Por esa parte a mí no me encuentra nadie, prefiero leer, escribir, reflexionar, y de manera desapasionada, sacar mis propias conclusiones. Creo que en parte, esto se debe, a que tengo unas rutinas fijas imperturbables, voy a piñón fijo como las bicis antiguas, o las holandesas que van sin frenos, y dejan de correr cuando dejas de pedalear, le das a las bielas hacia atrás un poco, y frenan del todo.
Creo que soy un poco así, y oye, no me va tan mal, cuando me canse de ir a este ritmo que llevo ahora, cambiaré de pedaleo, de manera de ser, no sé si lo podré conseguir, pero al menos lo intentaré.

Lo que nunca voy a intentar siquiera, es intentar ser más resultón, más guay como se suele decir. Eso no sirve para nada, es más bien un estorbo, esto que os voy a decir ahora se me ha ocurrido a voz de pronto. Un día escuchaba una entrevista que le hacían al mejor jugador del mundo, de fútbol. Me partía la caja yo solo ¡pero si no tiene ni puñetera idea de hablar este menda!, no, no tiene conversación, dialogo, sabía reír a duras penas, y creo que ya sé por qué, por hacer anuncios en televisión, ya está, me dije a mi mismo. Una de las únicas cosas que debe hacer de maravilla, es darle patadas a un balón de futbol, por eso le deben pagar esta cantidad de millones.

Encima unas cuantas señoras que había sentadas en una mesa decían…   Pues yo me lo tiraría ahora mismo, que quieres que te diga chica.
¿Dónde hemos llegado…? no hay criterio, no hay moralidad, estando sus maridos allí delante…, y ellos se reían, encima.
Que no, que es mejor ser la sombra de un edificio que tener estos pareceres, ¿triviales estos comentarios?, puede ser, pero no dejan de ser degradantes.

Ya sé que con todo, no voy a crecer y más a estas alturas, valga la redundancia, pero mira, bajito, calvo y gordito, ese es mi sino, y lo acepto, no solo porque es lo que me ha tocado ser, estoy contento en conjunto de ser así.




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