sábado, 20 de septiembre de 2014

COMPETENCIAS



                                                    COMPETENCIAS




-¡Pero oiga… es imposible que me diga ahora que tengo que ir a coger número a la ventanilla número cuatro… anteayer, me pidieron que rellenase los impresos y los presentara aquí… es que esto es demencial!
-Lo siento señor, ahora estos papeles los lleva otro departamento, vaya a la número cuatro y quéjese allí, haga el favor de no entorpecer la cola.
-¿Sabe usted cuanto tiempo llevo aquí hoy esperando a que me toque número?
-No, lo ignoro, pero de cualquier forma, no puedo hace nada por usted, a la número cuatro… vaya usted allí y presente su queja.

Y eso que es para pagar una contribución, que si fuera para que la cobraran, ya le habrían enviado a los mossos de escuadra. Casi mejor que se vaya a casa y luego, mañana venga más temprano y con los nervios más reposados.

-¿Qué tal, ya está arreglado todo?
-Me cago en sus muertos, no he solucionado nada. Se conoce que han hecho una restructuración de lo que sea allí dentro del ayuntamiento, y no hay dios que se entienda.
-Así que no has podido pagar la contribución.
-Pues no ya ves, no aguantaba más allí dentro, me asfixiaba chica, necesitaba aire fresco. Volveré mañana más temprano, a ver qué pasa…
-Vale, llama a Perico y dile que mañana no sabes a la hora que vas a poder entrar a trabajar, por si acaso.
-Encima eso… si ni siquiera me ha dado vacaciones este año, solo semana y media. ¡Mientras me las pague antes que acabe el año…!

Con bronca incluida por parte del jefe del taller mecánico, taller que antes era suyo y que le vendió a su amigo por falta de capital, deudas y cosas de esas que casi siempre hay en los negocios mal llevados, vuelve al día siguiente al ayuntamiento.

Una hora de reloj l ha tocado esperar hoy, ha llegado en cuanto han abierto la puerta del edificio. Parece las rebajas del Corte Inglés tío, que locura, la gente ha tomado la entrada por asalto, se le han colado lo menos veinte, no venía preparado para esa avalancha, la verdad, pero que se le va a hacer… paciencia, no va a meterse ahora en una pelea… no es el caso. A pagar y se acabó el pastel, luego los que vengan detrás que se maten si quieren.

-¡Señoras y señores, presten atención por favor  -dice un municipal desde la punta del pasillo-, los que tengan como fecha límite para pagar el IBI con fecha de hoy, vengan conmigo por favor!

Él va detrás de unos cuantos más como un corderito, lleva pistola tú, por menos hay gente que se le ha girado la borla y se ha liado a tiros. Pasan a una sala grande con todo de sillas de madera plegables alineadas, son para las fiestas locales, para las verbenas y esas cosas que los ayuntamientos, para esconder gastos personales, siempre se inventan.

-No se les ocurra coger estas sillas, que va a venir la brigada a cargarlas en un camión dentro de un momento. Denme a mí el recibo que recibieron.

Joder el suyo va el último, ha sido un poco lento, dos señoras se han caído de morros al suelo por ser las primeras, una, sin querer, eso sí, le ha pisado el cuello a la otra, se le han roto las gafas a la pobre señora y la han levantado del suelo con la cabeza mirando de lado, se le ha jodido una cervical, oye pero la mujer ha aguantado allí medio derecha, seguro que luego la tendrán que llevar a urgencias.
Todos salen con un careto que es un poema, Hermenegildo piensa que a lo mejor les han dado cuatro hostias dentro de aquella oficina solitaria, medio escondida, apartada de todos los demás departamentos…, oye una cosa rara. Cuando le toca a él entrar a pagar lo comprende todo; le han impuesto una sanción de cien euros por retrasarse tanto tiempo, claro en cuanto ha preguntado el porqué de aquel robo a mano armada, le han dicho que vaya a quejarse al departamento de impuestos, la ventanilla que visitó la primera vez.

Tarda una hora en llegar al taller, ¡y eso que está a quince minutos del ayuntamiento!, pero las piernas le pesan, como si llevara botas de plomo como las que usan los buzos. Trabaja lo que le queda de jornada, sin ganas ni acierto, que los dos coches que ha reparado no arrancan.
-Hermenegildo ponte las pilas tío, que don Tomás ha llamado que  tiene el coche en la rampa del garaje y se le ha parado allí en medio… anda coge la moto y ve a ver qué pasa, llévate la caja de herramientas, por si acaso es una chorrada.
Se pone a llover y con ganas, no lleva chubasquero, solo el mono de trabajo y el casco, lo lleva desatado, es de esos de montar a caballo que no están homologados. Se para en el semáforo de la estación, los niños aprietan la tecla para cruzar por tocar los cojones, arranca está verde, en ese momento estornuda y el casco se va a hacer puñetas, el coche que viene detrás lo deja hecho unos ciscos.
A la salida del polígono donde va, está la policía municipal, esos sí que van bien protegidos, lo ven sin casco y lo paran ¿cómo no?

-Buenas tardes señor, ¿me enseña su documentación?
-Pues verá, no la llevo encima, vengo a casa de un cliente del taller para arrancar su coche.
-Ya veo, ya, ¿sabe usted que es obligatorio llevar casco para conducir en moto?
-Claro… ¡no lo voy a saber…! lo que pasa es que me he parado en el semáforo de la estación que estaba rojo, he estornudado y se me ha caído porque se ha puesto verde para los vehículos y he tenido que arrancar, no me quedaba otro remedio…
-Me parece bien todo lo que me cuenta, pero… lo tengo que sancionar, lo siento.
-Oiga señor agente, mire cómo voy, tengo que llegar a casa de este cliente, hoy he tenido un día aciago, ya me han puesto una multa esta mañana que tengo que recurrir por ir a pagar un impuesto el último día… si me mete otro puro estoy arreglado oiga.
-¡No puede seguir con la moto sin casco y sin documentación! ¿Qué no lo entiende?
-Ah ¡encima esto, pues verá mejor me llevan a prisión. Le voy a dar un motivo.
-Cual…
-Es usted un hijo de puta, y me cago en todos sus muertos pasados y futuros.
-He Sancho sal del coche y trae las esposas, que a este listillo nos lo llevamos al calabozo. Te vas a cagar en los pantalones, mal nacido.

Al otro día sale bajo fianza, el dueño del taller la ha pagado, y la multa de tráfico también.
-¡Me tienes contento Hermenegildo…!
-Pues tú a mí ni te lo imaginas. Es tú responsabilidad hacer lo que has hecho, ni más ni menos, a ver si aprendes a cumplir con la gente que te alimenta, tirando del negocio, he, que si no quieres que vuelva al taller me voy hoy mismo, sin problemas.

La gente viene a reparar chorradas y que se lo haga Hermenegildo, quieren oír de viva voz lo que le pasó el día anterior, cuando se tropezó con los municipales. Le dan tantas propinas que ya pagado la sanción de cien euros del ayuntamiento, y a su mujer le han mandado flores y todo, ¿te das cuenta?




                                                      -.-.-.-.-.-.-.-.-
















No hay comentarios:

Publicar un comentario