AL PRINCIPIO…
¿Quién sabe como éramos al principio?. Antropólogos y paleontólogos, arqueólogos de todo el mundo, han hecho de la búsqueda del principio del hombre su objetivo. Desentierran civilizaciones enteras, con el fin de hallar respuestas a mil y una preguntas acerca del principio del hombre, para estos hombres de ciencias, el principio de las cosas, que incluye por supuesto a ser humano, es una prioridad.
Viajan de un lado a otro de la Tierra, con el único fin de encontrar restos que les confirme lo que ellos de antemano, ya han escrito. Paleólogos que les acompañan, interpretan que se escribió en la Estela Moabita, como era el tipo de escritura cuneiforme que emplearon, para poder datar los acontecimientos.
Extraño; realmente extraño, visto que otros, a menudo colegas o conocidos, están empeñados en proyectos de hallar vida en otros planetas. Emplean para ello, cientos de miles de millones, en preparar naves espaciales, incluso llegan a pisar otras estrellas y satélites de forma literal o por medio de máquinas, y sacan muestras de minerales y polvo de sus superficies, todo en aras de la ciencia, esa que nos permitirá en el futuro habitar en esos lugares remotos.
¿Curioso no?. Mientras aquí, nadie de ellos, se preocupa en hacer de nuestro lugar de residencia, un lugar más seguro, un lugar más feliz.
Mientras, la pregunta de quiénes éramos al principio, pasa a un segundo término; de cualquier modo hay muchas otras cosas que se guardan en el más profundo secreto. Máquinas de aniquilación masiva, soldados mecanizados, robots que hacen las cosas mejor que los propios creadores, bombas horribles que nos llevan a pensar a menudo, si los humanos estamos volviéndonos locos.
Para muchos estas afirmaciones están fuera de lugar, para otros son medidas absolutamente necesarias, porque la esfera en la que nos desenvolvemos, está cargada de peligros inminentes que pueden echar a perder nuestra civilización. ¡Qué gran paradoja esta!, hay que ver cuántas cosas a la vez podemos hacer los humanos, amarnos y odiarnos sin prejuicios y mientras… ver de dónde venimos, y hacernos una película mental de hacia dónde vamos.
Pues bien señores políticos, que sepan ustedes que la cosa anda muy mal. Seguro que a ustedes no les importa, pero a nosotros, que estamos manteniendo estos y otros muchos gastos fruto de sus meteduras de pata, ni nos va ni nos viene todas esas azarosas búsquedas de lo antiguo. Lo que prima para nosotros es el presente, ya no digo ni el futuro, porque la gente languidece y muere por culpa de su desidia.
No tomen esto como una amenaza, tómenlo como una percepción que se hace cada vez más patente, si quieren verlo así, es como una pataleta a la que tenemos derecho porque somos como ustedes, sin tanta demagogia ni estudios por supuesto, de eso ya se encargan sus asesores y consejeros, si es que ven que se salen de las indicaciones marcadas por la racionalización y el buen hacer.
Las momias de Egipto, fantástico, como vivían, como se desenvolvían dentro de su ambiente social y político… etc etc. Se supone que estos estudiosos de civilizaciones antiguas lo hacen con algún fin pedagógico, pues no señor siempre es lo mismo, por lo menos desde mi perspectiva. Entonces alguien hace un libro que dice “El libro definitivo sobre los egipcios”, vas lo compras y es más de lo mismo. ¿Pero si esto ya lo leí en el primer libro que escribió -fulanito de tal-, así es, no te esfuerces en entender el porqué, sencillamente es así y punto.
De manera que para mí, las políticas actuales, las búsquedas de arcas perdidas y otros trastos, son repetición de la historia, ni más ni menos. En otras palabras, estamos, como al principio.
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