jueves, 10 de mayo de 2012

NO PUEDO DECÍRTELO AHORA.


                    NO PUEDO DECÍRTELO AHORA…


Un secreto es un secreto, no se puede contar, es una confidencia, quién traiciona este principio debe de ser denunciado, por quién sea, y sea lo importante o no que sea. Después de eso, cabe esperar que los demás, no depositen la confianza en esa persona lo mismo que al principio.
Es una cuestión moral y ética, la persona que hace esta confidencia tiene todo el derecho de enfadarse y hasta depende de lo que sea, dejar de hablar con el implicado. Sin embargo hay toda una serie de circunstancias que pueden llegar a ser atenuantes, no digo que justifiquen al parlanchín, pero sí, que hay que considerar.
En una ocasión, una persona, no vale la pena decir si es hombre o mujer, mostró con su comportamiento que estaba de capa caída, esa expresión se oye a menudo cuando uno se encuentra en circunstancias penosas. Yo le dije  · ¿Qué te pasa, te puedo ayudar? · Me contestó de modo un tanto misterioso  · No puedo decírtelo ahora · Le pregunté que porque, y solo se llevó el índice a los labios, indicando silencio.
Fue entonces cuando me quedé más intrigado aun, que demonios estaba pasando, ese día transcurrió con normalidad, pero en mi cabeza empezaron a forjarse mil circunstancias diferentes, en relación a él, claro, me precio de conocerlo bastante bien. Al día siguiente y sin que me hubiera olvidado del tema, traté de observarlo en el trabajo, parece mentira pero ya no lo veía con los mismos ojos.
¿Me estaba obsesionando, o era solo que mi cabeza no podía discernir bien?, dejé correr el asunto, pero ¡estaba tan intrigado…! , al final del día, cuando salimos del trabajo, lo cogí por el hombro, se quedó un poco parado, era la primera vez que lo hacía. Me miró de lado, y me dijo  · Oye, ¿qué quieres?. ·  · Nada hombre, es solo que te invito a tomar una cerveza, ¿te parece bien?  ·  Parecía que no estaba de humor, de manera que lo dejé correr, pero algo había que lo preocupaba, y quería saber que era.
Siempre pasa lo mismo, cuanto más misterio, más curiosos nos volvemos; es como al que le dicen que no se acerque a determinado agujero, ¡hay peligro!, pero cual, no tienes que saber más que hay peligro, pues bien, más asomamos la nariz, hasta el punto de poner en peligro nuestra vida si nos caemos dentro.
Y al día siguiente… con todo este misterio, que no dejaba dormir bien, resolví que no podía pasar más tiempo sin saber, de modo que sin ambages, y haciendo alusión a mi estado de ánimo, cuando nos cambiamos en las taquillas de la fábricas, adopté un sistema como el de los camaleones, salí de allí alicaído y con la cabeza abatida, como si me hubiera pasado algo gordo.
Este amigo me miraba por el rabillo del ojo, hasta el encargado se acercó hasta mi puesto e intercambiamos unas palabras que él no pudo oír, salí de la cadena de montaje y me consoló. Después del descanso correspondiente para el desayuno, yo estaba en la zona de descanso desde hacía diez minutos, se acercó a mí  · ¿Qué te pasa hombre? , me tienes preocupado ·  · Nada, cosas de casa, son asuntos difíciles de explicar.  ·  · Claro, comprendo, pues mira tú por  donde ya somos dos, siempre hay motivos por los que estar preocupados, ¡hay tantas cosas en la vida que nos afectan…! , fíjate tú, yo estoy destrozado porque se me ha muerto el gato, doce años hacía que lo teníamos en casa, su muerte ha causado un trastorno sin precedentes. Me habría gustado que vieras las caras de mis hijos, pobrecillos, pero lo peor de todo, es que dormía conmigo, siempre lo veías acercarse a mí, frotando su cabecita contra mi falda, mientras veía la tele, no se movía de mi lado, ¡qué pena oye ha sido una pérdida irreparable! ·  Me cogió un ataque de rabia, ¡mira que tanto misterio por un gato! , perdí horas de sueño por un asunto nimio, por un gato, aunque evidentemente él perdió más que un gato, eso seguro, entonces me puse a reflexionar sobre ello, no tenía ningún derecho a dudar de su pena.
Ves tú a saber las circunstancias bajo las cuales murió el gato, el efecto que causó en el resto de la familia, como se sentiría cuando recogió el gato del suelo de su casa, lo puso en algún tipo de envoltorio para enterrarlo. Hasta me imaginé a toda la familia rezando por el alma del animal, todos alrededor del cuerpecito de aquel gato, pero ¿por qué tanto misterio, por qué tanta desolación? , porque había muerto un ser querido, punto, no había más, no era criticable, no conocía nada acerca de las circunstancias que llevaron a que el gato muriera.
Quizás, no pudo decírmelo en su momento, porque estaba guardando duelo por su gato, todo es respetable, todo cabe en el ánimo de las personas cuando sucede una cosa así, de manera que le di el pésame, me lo agradeció. Desde entonces, no he dudado jamás de los sentimientos de las personas, cuando hay un acontecimiento que los supere, se deben respetar, desde el corazón.
Imagínate que le hubiera contestado  · Va, ¿por un gato te pones así? , si es un animal hombre…  ·  Hubiera tenido todo el derecho de enviarme a hacer puñetas o algo peor, eso habría sido lo justo, por eso mismo me paré a pensar en cómo y de qué manera, este acontecimiento habría alterado la vida de aquella familia.
A  partir de entonces, a todos los conocidos y amigos que les ha sucedido algo que ha causado un revuelo en su vida, los he tratado de comprender, sin sacar conclusiones, sin establecer prejuicios, al fin y al cabo, el tiempo corre a favor o en contra de todos, porque es invariable y por tanto justo.


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