sábado, 26 de mayo de 2012

ESTO ES INÚTIL, NO LO HAGAS.

                   
                                          ESTO ES INUTIL, NO LO HAGAS.


¡Mi deliciosa niña…! , cree que así va a lograr llamar su atención, hasta el punto que, como me dijo ayer noche, va a ser el único objetivo de su vida.
-Va a tener que verme, y va  a tener que escucharme, vendrá a mí de nuevo, lo verás mamá.
Pobrecilla, le digo que no lo haga, que se lo quite de la cabeza, hay muchos otros chicos que la merecen, que espere, que no se sienta herida por eso, que lo que hacemos en la vida, le importa a nuestra vida, a nosotros. Pero está desesperada, ¡estaba tan ilusionada con él…! , pero por lo visto no hay forma de convencerla.
-Si cree esta pelandusca que me lo puede quitar así como así, lo lleva claro, a mí, no me conoce esa golfa.
No es cuestión de que sea una golfa mujer, le digo, pero nada. Se le ha metido entre ceja y ceja que ella es la culpable de esta situación. Esa chica no tiene la culpa le digo, pero me sale con argumentos que no son lógicos, que no son propios de una chica de su edad. Temo que vaya a hacer el ridículo, un ridículo espantoso, y eso ¡me duele tanto…! .
Va a echar todo el cariño que ha invertido en él, por la borda, y creo que ella lo sabe, entonces ¿por qué quiere hacer esto?. A mí no puede engañarme, yo creo que en fondo, está mal aconsejada por las dos amigas que tiene y que siempre salen juntas a todas partes. Le he dicho mil y una vez, que no dependa tanto de ellas que trate de ser ella misma, que vale mucho, la tendríais que ver cuando tae las notas del instituto, ella no les da importancia, pero todas las notas las saca con excelentes.
Estoy contenta por ello, con la de amigas que tengo que no hacen más que quejarse de sus hijas.  ·  He tenido que ir a la farmacia, a buscar para mi hija “la píldora del día después”, esta chica lleva de cabeza a todos los chicos del instituto, claro como es tan guapa y tan resultona…· Y lo dice toda orgullosa ella, ¡qué lástima! , mi hija no es así, me consta, siempre, desde los catorce años ha ido con el mismo chico, alguna que otra vez hemos discutido, me preocupo por ella, el año pasado en el viaje de estudios, me pidió dinero para ir a Asturias. Yo le dije que no tenía, que ella sabía que desde que su padre se fue de casa, trabajo de noche y de día para poder mantenernos.
Al final se salió con la suya, estuvo dos semanas enteras dándome la lata, al final cedí pero discutiendo, después, cuando volvió me daba las gracias y me trajo una muñeca típica de allí, preciosa, le debería costar lo suyo, luego pensé que al ir con su novio, a lo mejor entre los dos juntaron el dinero para comprarla.
Pero sigo pensando que esas dos amigas, que a menudo trae a casa, la llevan a mal traer. Lo ve en mi cara cuando le digo después, que hay ciertas conversaciones, que unas chicas que visitan una casa ajena, no deberían tener, que tendrían que comedirse un poco.
-Mamá, ¿pero tú sabes en el siglo que vives?.
Es lo que me contesta, a mí no me gustan porque van siempre demasiado extremadas, parece que vayan pidiendo guerra a los chicos, eso salta a la vista. Y mira tú por dónde, estas chicas son sus consejeras ahora. Va a dar un mal paso, seguro, y esa inquietud la llevo encima cada minuto de mi vida. Hay que ver cómo, con el paso de los años, las prioridades de los padres van cambiando en relación a los hijos.  Cuando son pequeños, siempre dan motivos para que andes preocupado por ellos, cuando ya son mayorcitos, necesitan guía y protección, cuando son adolescentes, ya son capaces de decidir y tomar iniciativas al margen de los padres, pero no se deja de sufrir por ellos, pero esta vez empiezas a tener las manos atadas, les salen las plumas remeras y quieren volar del nido, sin saber a qué peligros se enfrentan.
Ese viernes por la noche, le hacen una llamada al móvil, son sus amigas que la pasan a buscar, sale de la habitación disfrazada como una mona, le digo · ¿Pero dónde vas así vestida?. ·
-Me voy de marcha, anda dame veinte euros, los necesito para esa noche. Vaaa… mamá, no seas mala anda, ya te los devolveré.
· Pero… ¿cómo vas a devolvérmelos si no trabajas?, ya sabes cómo vamos cariño, necesitamos ese dinero…
-¿Y qué quieres, que me baje las bragas y los consiga de cualquier otro modo?.
Me he quedado de una pieza, esta no es mi hija pensaba, despierta Ana, me decía a mí misma, esto es un mal sueño, no puede estar pasándome a mí. Pero sí que me pasaba, y tanto que sí. como un autómata, he abierto el monedero y le he dado el dinero.
-Gracias mamaíta, eres la mejor madre del mundo, ¡cuánto te quiero…!.
No sé a qué hora ha vuelto, me dormí gracias a una aspirina, entre el cansancio de la semana y el palo del viernes, me quedaría anestesiada, creo yo. Cuando eran la una, he entrado en su habitación, ella estaba medio desnuda, solo tapada con la ropa de cama a medias, a su lado, alguien estaba con ella.
He preparado la comida, luego me he puesto a limpiar la cocina en compañía de la radio, escucho Cadena Dial porque dan música todo el día. A las cuatro, aparece mi hija en la cocina.
-Tengo un hambre del demonio, me comería un toro por los cuernos, ¿qué has hecho para comer mamá?.   · Un guiso de ternera, está sobre la cocina, caliéntalo un poco.  ·
Mientras oigo en el baño, que se pone en marcha la ducha.  · ¿Quién está contigo hija?.  ·
-Es Aurora, una chica conocida que encontramos en la disco, no tenía quién la llevara a casa y la he invitado a la nuestra.
·  Pero… si hay otra habitación, le podrías haber dicho que durmiera en la otra cama, siempre la tengo parada.  ·
-Ya, pero es que, ¿sabes?, hemos dormido juntas porque he decidido que los hombres no traen más que problemas, las mujeres nos entendemos mejor entre nosotras.
·  ¿Qué quieres decir con esto?, no me dirás que te has cambiado de acera…  ·
-¿Por qué no?, al fin y al cabo, como pelearme con la otra golfa no va a traerme ninguna consecuencia buena, me quedo con Aurora, está enamorada de mí, y yo de ella, lo he descubierto esta noche.


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