GRACIAS POR TODO.
¿Cómo os puedo agradecer todo lo que estáis haciendo por mi?. Me atendéis y cuidáis, solo falta que entre todos me acunéis y me cantéis una nana. ¡Estoy tan agradecido!, tú, esposa mía, que respiras mi aliento para saber si es el que debo de tener a cada minuto de mi vida, vosotros mis hijos, que me traéis tantas bendiciones, tantas esperanzas que ya creía perdidas, a mi nieto que desde que lo tuve en mis brazos a los pocos días de vida, hizo que el corazón se me ensanchara, que afloraran en mí, nuevos sentimientos que jamás había tenido.
Os estoy inmensamente agradecido, a lo largo de estos años, me habéis enseñado que el amor tiene muchas variantes, variantes que desconocía a pesar de saber teóricamente, que el amor en teoría tiene unas connotaciones difíciles de explicar.
Todos vosotros, incluyendo a mis hijos políticos, me habéis ayudado y me ayudáis todavía, en esa andadura hacia esa meta que es la vida de verdad. A veces me estrecháis entre vuestros brazos y siento escalofríos de gozo, otras veces, cuando hago algo indeseado y me lo decís pienso… · Que hijos que tengo, como me quieren, si no fuera así, no me dirían nada, huirían de mi, se avergonzarían del padre que tienen. No puedo imaginar que hagan algo parecido a esto, es más, es imposible, no se pueden romper estos lazos. ·
Desavenencias, hemos tenido muchas, pero todas, desde las más grande a la más pequeña, las hemos discutido, hablado, peleado por nuestras razones. Lo más sorprendente, es que a menudo esto, lo hemos hecho sentados a la mesa comiendo, ¡fíjate si es hermoso!.
Mi pequeña, que ha estado enferma durante mucho tiempo y de forma seria, ha sido mi isla de paz, he llorado con ella cuando sus lágrimas han sido de pena, y todavía con más fuerza cuando han sido de alegría. Tiene un espíritu fuerte, como el de su madre, valerosa, no le da miedo nada. Y que a nadie se le ocurra tocar a nadie de su familia… porque entonces, sale el dragón que lleva dentro y arrasa con sus lenguas de fuego, todo lo que le rodea. Su compañera es como una isla de paz cuando llega a casa, ¿qué si discuten dices…?, claro, malo si no fuera así, pero son como un anillo que cabe en el mismo dedo, con eso está todo dicho.
El mediano gigantón, lo digo porque es grande lo mismo que su corazón, alto y guapo, motero de los de las Harley Davidson, pocas personas debe haber como él, pacífico aunque su aspecto haga pensar lo contrario, amante de su mujer como pocos, dedicado a su trabajo y sobre todo leal, ¡cuánto debo agradecerle!, a menudo mi mente no puede exaltar todas las cualidades de todos ellos, pero los quiero con toda el alma, forman parte de mi ser. A veces dice mi hija política, su pareja, que es un irresponsable, que todo se lo deja a ella, que si no fuera porque es quién mueve papeles y habla con quien debe hablar, todo se quedaría por hacer, puede que tenga razón en algunas cosas. Pero lo importante es que tiene muchas cualidades, y yo se las veo, igual que ella. Les acompaña mi nieto, es lo mejor de la vida, cariñoso e inteligente, desenvuelto y educado, no se puede pedir más de un niño de siete años, además -no puedo olvidarme de esto- guapísimo. Que nos quiere con locura, eso también debo agradecérselo a sus padres. Su mujer es una delicia de mujer, desafortunadamente no se encuentra todo lo bien que desearía, pero es una mujer de lujo. Muy inteligente, afable, con muy buenas maneras, bonita y hermosa, más por dentro que por fuera, que también lo es un rato largo. ¡Cuántas veces nos ha servido de apoyo en todas las circunstancias!, merece todo lo bueno de la vida.
Mi hijo mayor, tiene aspecto de sabio. Alguien puede pensar que exagero, pero no es así, digo que es sabio, porque sabe escuchar, y “un buen escuchador es el mejor conversador”, no es simplemente un oidor, no sabe serlo, escucha que es diferente, esto lo capacita para ponderar con muy buena medida las cosas, los asuntos en general que tienen que ver con familia, trabajo, amistades. Sabe muy bien que del núcleo de la familia derivan los otros aspectos. Adora a su madre, sabe que ella ha hecho lo indecible por la crianza de los tres, y eso lo adorna con perspectiva, ante las cosas de la vida. Como los otros dos, es un trabajador infatigable, tiene un criterio del hogar muy marcado, y lo defiende con su vida si fuere necesario. Aunque él de por sí es serio y callado, su mujer es un cascabel que cualquiera desearía llevar colgado siempre al cuello, transmite su alegría hasta los muertos -con todos los respetos por ellos-, cabe en cualquier ambiente, desliza su figura con tal finura que te parece estar viendo en vivo, el cuento de Las Mil y Una Noches.
¡Como ansío su presencia en nuestra casa! Que saben que es la de todos ellos. No he podido evitar escribir estas líneas que salen de mi corazón, con el único propósito de decirles, gracias por todo. Ansío vivir lo más posible, con el único fin de poder seguir diciéndoles que los quiero con toda mi alma.
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