ASÍ SE HACE EL HOMBRE.
Sin divagaciones, sin totalitarismos, sin fronteras morales que le obliguen a ir en pos de los demás.
El hombre es aquel, que es consecuente, que sabe discutir, que sabe enfrentarse a las realidades, que no huye en mitad de la batalla, para eso se ha hacho soldado de la vida.
No admite ser reconducido por nada ni por nadie, camina y basta. Camina, siguiendo los criterios de su propia conciencia, no le preocupan las consecuencias. Ha explicado antes de eso, las razones que lo llevan a este camino.
Siente los miedos de su entorno, pero solo porque eso es humano, no es un ser divino, como hombre es temeroso, lo cierto es que ha vivido las consecuencias de ser temerario, ahora, cuando comprende a través de su andadura, que muchos de los golpes que ha recibido, han sido consecuencia directa de actos irreflexivos que lo degradan, retrocede, deja el campo de batalla, pero solo, para volver a atacar con más fuerza.
No deja las cosas a medias, antes sí, cuando era un chiquillo, cuando jugaba con caballos de cartón, o a hundir barcos en mitad de un océano de papel. “Agua…, tocado, ¡tocado y hundido!.” Esas eran sus batallas, ahora las cosas cambian, cuando cabalga, no lo hace sobre ningún caballo ficticio, no hunde barcos sobre marcas en un papel.
El hombre no es intemporal, depende del tiempo, este le dicta, el cuando, el como es cosa suya, porque se hace así mismo, sin ataduras, y si el tiempo lo azota como el mar a un barco en mitad de una tormenta, lo asume, porque para eso es un hombre, y sabe además, que debe atenerse a las consecuencias.
Hay quien dice que nuestro tiempo, es diferente a cualquier otro vivido por la humanidad, ¡faltaría más!. También mañana viviremos de modo diferente a como lo estamos haciendo hoy, los hombres somos volubles, se nos moldea, nos adaptamos a las situaciones del mismo modo que el papel mojado se adapta a un molde.
Así es el hombre, pero ¿es así como debe serlo?, bueno, ahí entra en juego otro factor que lo determina, los intereses creados a nuestro alrededor. Con quién vivimos, que se espera de nosotros al margen de nuestras convicciones, que piensan de nosotros los amigos, que esperan que hagamos.
Que me disculpen aquellos que lo ven de otro modo, eso no es ser un hombre. El hombre argumenta, habla, saca conclusiones, pero al fin y al cabo, todos andamos en el mismo fin, todos anhelamos lo mismo, la supervivencia, para que esta raza no desaparezca.
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