miércoles, 9 de mayo de 2012

DE MAYOR... QUIERO SER MENTIROSO.

                   DE MAYOR… QUIERO SER MENTIROSO.

Esas son cosas que les preguntan a los pequeños en el colegio,  · Y tú, Marcelino, ¿qué quieres ser de mayor? ·  Marcelino deja a todos boquiabiertos y contesta  · Yo quiero ser mentiroso · , vaya con Marcelino, todos se ríen del oficio que quiere llevar a cabo. Bien mirado, el hecho que lo exprese es bueno, no porque haya dicho eso, es más bien por el convencimiento con que lo ha dicho.
Marcelino se enfurruña, su cara es una mueca, pone los brazos sobre el pecho, baja la cabeza, mira a todo el mundo de la clase por el rabillo del ojo, piensa… · ¿A sí?, ya veréis como lo consigo. ·  Es pequeño, pero ¿de dónde habrá sacado esa idea? , la maestra no hace ni caso, sigue con más deseos que los demás hacen, pasa por alto esta tremenda tontería que acaba de soltar Marcelino, toca una música infantil, es la hora del patio, todos corren a coger sus bocadillos y pastelillos, salen en tropel al patio y comienzan a disputarse el balón de futbol.
El se aleja un poco del grupo de su clase, una niña se le acerca,  · Marcelino, ¿quieres venir a ver los restos del incendio del comedor? ·  ·No, para qué, si fui yo quien le pego fuego a la cocina. ·  La niña no le hace caso y sale corriendo hacia donde están los que sí están dispuestos a hacerlo, solo tienen que pasar por debajo de una cinta de plástico que ha colocado la policía, una vez dentro del recinto rebuscan entre todos, utensilios que hace un mes se hacían servir para hacer potajes y caldos, encuentran cubiertos calcinados, y platos, casi todos ellos calcinados o medio fundidos.
De pronto, se oye un silbato, salen corriendo como alma que lleva el diablo, una de las monitoras se ha dado cuenta de que faltaban unos cuantos niños, los ha visto allí y les da una bronca.  ·  Ahí no os tenéis que acercar, os podéis hacer daño, hay cosas que cortan y pinchan, si os hicierais una herida se os podría infectar, traviesos. ·  Menos mal que los estaba vigilando, se podrían haber hecho daño, en eso lleva toda la razón la monitora.
Vuelve a sonar la música, es hora de entrar a clase, Marcelino entra acongojado,  · ¿Qué te pasa ahora? ·  ·Que un niño mayor me ha quitado el almuerzo… ·  ·¿Quién ha sido? ·  · No lo sé, ha venido por detrás y me lo ha arrancado de las manos. ·  ·Bueno, ven conmigo que te daré otro. ·  Así consigue almorzar dos veces, y hasta puede elegir entre el surtido que sale de la máquina.
Si sigue así, este chaval será un prodigio, será capaz de engañar hasta a su sombra con el fin de que vaya por otro lado. Con solo diez años, ya es capaz de hacer estos amagos con éxito, cuando tenga veinte, será un maestro.
Por la tarde toca clase de ordenadores e Internet, en esto es muy aplicado porque en su casa, su hermana mayor no le deja tocar su portátil, es por eso que en clase se aplica a aprender todo lo que puede referente al tema. Ya hace dos años que tienen ordenadores en la escuela, un  filántropo de la ciudad, hizo donación de cincuenta de ellos, para los diferentes colegios de la zona. Aprobaron un acuerdo con una compañía, que les daba, veinte megas auténticos de velocidad, de su clase, Marcelino va a la cabeza de todos, ¡como maneja el suyo!, casi nadie se da cuenta, pero él dale que dale a las teclas, y sin equivocarse.
En el curso del año siguiente, necesitaba gafas, sus padres las pagaban a plazos, ya ves, con una hermana de quince años que no paraba en casa ni en clase, tenían un problema de no te menees, la niña gasta lo que nadie se puede imaginar, pero la madre la justifica diciendo que tiene que aprovechar la vida. Tres veces ha ido a la farmacia a buscar la píldora del día después, pero para su hija no para ella, y de vestir ni te cuento, lencería, zapatos, minis y vaqueros por un tubo.
Su tío que vive con ellos, (hermano de su madre), está siempre metido en problemas, trapichea con drogas, y más de una vez lo han tenido que ir a sacar de la cárcel, tiene un expediente que ni El Lute, el padre de Marcelino siempre le dice   · De mayor procura no ser como ellos, si no echarás tú vida por la borda. ·  Un verano, su hermana se fue de vacaciones a Ibiza, si la hubierais visto, quince días antes ya estaba comprando cosas para las vacaciones.  · No hija ya basta, no tenemos más dinero, que quieres que te diga, ¿qué quieres, que nos quedemos sin comer nosotros, porque tú te vas de vacaciones?. ·   · Pues pedir un crédito al banco, a mí que me cuentas. ·
Total, que cuando se fue, dejo el ordenador, entonces Marcelino que ya tenía creada una cuenta en Internet, se entrenaba cada día un par o tres de horas, para ir refinando su plan. No debemos olvidar, que su mayor deseo era ser un mentiroso de oficio, no un ladrón, o un asesino, solo mentiroso, lejos de pensar que el ser mentiroso nunca ha sido un oficio, Marcelino creía firmemente que se podía vivir de ello. Al cabo de unos cuantos años, no muchos, todos sus íntimos se darían cuenta de cómo se podía hacer eso, y además, utilizando la última tecnología, los ordenadores.
Su hermana volvió pletórica, había hecho decenas de amigos, algunos pasaron por casa y hasta pasaron varios días allí. Lógicamente dormían con su hermana, eso significaba, que Marcelino, se pasaba varias horas cada noche sin poder dormir, los ruidos a otro lado del tabique que separaba las dos habitaciones, no cesaban. Marcelino tenía un sistema para aplacar esos ruidos, ponía en marcha su radio despertador en mitad del fregado, eso obligaba a descentrar a la pareja de turno, y oír a su hermana desde la habitación contigua dándole voces para que la apagara.  · Perdona tata, es que este reloj está como una cabra, tendrán que comprarme otro. ·  Era suficiente, todo se calmaba, por lo menos se hacía el silencio, y Marcelino podía dormir tranquilo.
Fue en el instituto, donde Marcelino lanzó el negocio, convenció a sus padres para que le compraran un ordenador que un amigo vendía, estaban en apuros económicos y como ya tenían en casa un fijo, podían prescindir de él. Como fuera que a él, casi nunca le habían comprado nada en comparación con su hermana, su padre le consiguió el dinero, ciento ochenta y cinco euros, incluido el ratón.  · No digas nada a mamá de esto, queda entre tú y yo, si te pregunta… ·  · No te apures, le diré que un amigo me lo ha prestado y punto. ·
Este fue su despegue para el negocio que se llevaba entre manos, creó una WEP, en la que se anunciaba, como empresa de mentiras para hombres y mujeres que querían engañar a sus parejas, en esa WEP, previo pago con tarjeta, les sugería formas de cómo hacerlo, planes estratégicamente elaborados, para que no fueran pillados.
Parece mentira, pero en poco más de cinco días comenzaron a verse demandas de este servicio, y eso que parecía que solo un idiota, hubiera podido pretender hacer negocio con la mentira. El catálogo de mentiras y planes lo tuvo que ir ampliando a medida que la gente entraba en la WEP, ¡y como entraban! , parecía mentira, nunca mejor dicho, tuvo que recurrir a mapas y lugares específicos, para poder dar pistas fiables a los clientes, de ese modo se estableció como una auténtica empresa, jamás nadie imaginó que alguien, pudiera vivir de la mentira.
Pronto, lo que le dijo a su señorita cuando era más joven, se hizo realidad. Lo curioso del asunto  es, que entonces se dio cuenta de cuanta gente quería mentir, y los motivos por los que lo hacía. En definitiva, eran más mentirosos, que él mismo.
Se hizo rico, mintiendo por los demás.


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