lunes, 14 de mayo de 2012

LA CARA AMABLE DE LAS COSAS.


                                     LA CARA AMABLE DE LAS COSAS.


Todas las coas de la vida tienen su cara amable. Puede que sea solo un aforismo pero es absolutamente cierto, hasta las personas que nos son aparentemente desagradables o hasta repulsivas tienen su cara amable.
Hay un ejemplo claro en “El Jorobado de Notre Dame”, en las películas en las que el protagonista es ese hombre contrahecho y por lo tanto, nada atractivo del que se dicen tantas cosas en Paris, después cuando ves el curso de los acontecimientos del filme, todo el mundo lo ve como un ser agradable, hasta humano y simpático, esperas con cierto anhelo que aparezca para ver su comportamiento no su fealdad.
Como se ve pues, hasta el jorobado tiene su encanto, muy al contrario de su mentor, que siendo un clérigo termina manifestando que clase de persona es, muriendo aplastado contra el suelo desde uno de los almenares del templo.
Esa es una cuestión que se puede traslapar a nuestro día, cualquiera de nosotros que somos personas “normales”, podemos llegar a ser desagradables por insensibles, carentes de las gracias que se esperan de nosotros, con la consiguiente consecuencia de llegar a ser también repulsivos. El problema sin embargo está a menudo en el hecho de que se nos prejuzga, se sacan conclusiones por dimes y diretes, somos juzgados sin la menor oportunidad de defendernos.
Eso se puede ilustrar de nuevo con uno de los mayores depredadores de la sabana africana, las hienas, podemos ver la gracia de un guepardo para cazar y no nos inmutamos, a los leones o leopardos subiendo a sus presas a los árboles, pero cuando se nos enseña a las hienas… entonces arrugamos la nariz, a esa bestias no las admiramos, nos dan asco. Sin embargo tienen sus cubiles, donde dejan a sus crías al cuidado de una guardiana que está allí fielmente hasta que regresan los demás para alimentar a los más pequeños.
Todas las criaturas tienen su cara amable, los humanos también, ¿porqué no esforzarnos un poco, en tratar de ver las virtudes que sin duda tienen, con una mente objetiva?. Se lo debemos a nuestros congéneres, y en consecuencia a toda la raza humana de la que formamos parte.
Podemos en determinadas ocasiones, ser o más bien tener una cara amable para unos, y grosero o mal educado para otros. Ese es un inconveniente, que nadie puede cambiar, salvo los que nos ven así o en su defecto, nosotros mismos, que corregimos conductas con tal de ser más atractivos  -aquí no se trata de ir más o menos bien peinados o hacer payasadas con el fin de lograrlo-.
Como escribo al principio en el tema, todo tiene dos caras, salvo en carnaval, donde la chirigota, la fiesta y posiblemente el alcohol, despisten a aquellos que se acercan a nosotros. Pero la vida no es un carnaval eterno, deberíamos preocuparnos de poner todos los medios a nuestro alcance, para lograr ese único objetivo, que los demás vean siempre la cara amable de cada uno de nosotros.


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