sábado, 31 de octubre de 2015

YA NO ESTRECHO NINGUNA MANO

                                                    YA NO ESTRECHO NINGUNA MANO

Me hubiera gustado seguir haciéndolo durante toda la vida. El hecho de dar la mano es en sí un gesto de buena voluntad, un sencillo saludo, nada más que eso. Hay una diferencia sustancial en dar la mano de ese modo y dar la mano en el sentido de establecer una voluntad de llegar a ser amigo de esa persona, el deseo de saber más acerca de la vida de esta persona.
Cuando llegas a dar la mano en el aspecto de llegar a un plano de intimidad con esa persona o personas, pongamos el caso de una familia, vamos mal. Pueden darse dos casos, el primero, que se establezca  un núcleo de amistad inquebrantable, o por el contrario, que esa profunda amistad, nos conduzca a saber demasiadas cosas de los amigos, y en un momento determinado, termines inmiscuyéndote en sus asuntos sin quererlo.
No vale la pena ir por ahí dando la mano a cualquiera, mi propia experiencia me ha enseñado a ser, no desconfiado, más bien cauto. Es el modo más auténtico de manifestar que uno ama a los demás, el estrechar las manos no es más que un simple detalle de educación, de que hay buen rollo entre personas. Más allá de eso, todo son compromisos emocionales y sentimentales, que nos pueden llevar al más profundo de los fracasos.
Llegué a tener en un tiempo muchos amigos, algunos de ellos eran solo personas apreciadas a las que valía la pena darles la mano y pasar de largo. Otros en cambio, eran personas en las que llegué a confiar, que compartíamos confidencias, que nos apreciábamos profundamente, y de la noche a la mañana… todo terminó, sin saber muy bien cómo, ni por qué.
Ya no estrecho más manos, salvo para saludar a quién aprecie el significado de ese gesto. No puedo permitirme lujos excesivos en este ámbito. Antes soportaba con relativa estoicidad los desaires, ahora mi mente y en consecuencia mí cuerpo, me piden tranquilidad, seguir siendo quién soy, pero con condiciones que yo mismo me he impuesto.
Alguien puede llegar a pensar que soy un tío demasiado serio, creo que eso no es cierto, porque a personas que veo a diario, no ande estrechándole la mano, no significa que no los aprecie, o que sea un antipático. Hago lo que puedo por la gente, especialmente por aquellos que son de alguna forma, míos. Con el tiempo aprendes a no desperdiciar el tiempo, a verlo desde un punto de vista personal, algo tuyo, que tienes que explotar tú, a tu modo.
Estrecharé manos en momentos concretos, lo demás, es como ver pasar una pequeña nube que pasa sin pena ni gloria por el cielo sin dejar rastro alguno de su importancia.


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GATO VIEJO

                                                                       GATO VIEJO

Mira chico, yo ya soy gato viejo, no creas que nadie me la pega así como así ¿entiendes? Eso que se lo digas a un pardillo de estos que van por la vida perdidos, pues vale, ¿pero a mí… de qué moreno? Mira vale más la pena que desaparezcas de mi vista antes de que arranque las tripas.
El chaval se ganaba unos eurillos, vendiendo cordones de oro solo en apariencia, sería algún baño que le daba algún espabilado de la vida a trenzados de cobre, digo yo, te colgabas aquello y parecías todo un señor, lo mismo que los pilucos que llevaba en ambos brazos, y que decía que eran Rolex auténticos, a trescientos euros. Terminaba vendiéndolos por sesenta o setenta, esa era su vida, el trapicheo del que vivía. Cuando se acercaba la hora de volver a su casa, los artículos que vendía casi los regalaba, eso lo hacía sino quería que su padre, lo corriera a palos con la vara de avellano ya abierta de la punta, de tanto trajín que llevaba en las costillas de Blas.
¡Cómo no traigas mañana trescientos euros limpios de polvo y paja… te vas a enterar hijo puta!
Con la resonancia de esas amenazas se levantaba cada mañana, eso y las carreras que hacía delante de la policía cuando lo veían. Blas tenía la ventaja de que corría como un gamo, saltaba entre las cancelas de las torres de apartamentos, se escabullía entre la gente, era genial, y todo esto sin perder ninguna mercancía, ¡eso tenía un mérito…! En verano las cosas le iban mejor, el turismo y el hecho que no estaba en ninguna parada de mercadillo, le concedían cierta ventaja sobre los vigilantes.
Su padre es un borracho de los de tomo y lomo, la madre no puede más que estar en casa, cuidando de su hija de doce años afectada de una dolencia cerebral, no es que sea retrasada del todo, entiende lo que oye a su alrededor, sonríe cuando la acarician, sabe dar besos y hasta en cierto sentido, dibuja, a su manera, las cosas que se le pide que haga, árboles, casas, animales…
Cumplidos los diecisiete años desapareció, nadie sabía dónde estaba. La madre no lo lloró, creo que entendía que ya no tenía edad para seguir recibiendo varazos de su padre, este lo maldecía de día en día, aunque eso no hizo que Blas volviera a su casa. Tuvo que salir a buscar trabajo, y eso lo llevó a la cárcel. La policía andaba tras una red de ladrones de cobre, tardaron casi un año en reunir pruebas para dar caza a la banda que se dedicaba a robar, lo sentenciaron a pasar dos años en la cárcel de Cuatre Camins, aunque los últimos seis meses los pasó en la enfermería, lo habían apuñalado tres veces, una de ellas le sacaron parte de los intestinos, eso le pasó por chivato.
Mientras tanto, la madre, recibía de manos de una vecina, un sobre con algo de dinero para pagar el alquiler y pequeñas compras que Blas le hacía llegar por medio de Olga, la amiga de su madre.
“Madre no te apures por mí, estoy trabajando en un restaurante, no te digo donde porque no quiero comprometerte, mi padre se podría enterar y las cosas se podrían poner más difíciles para ti, te quiero mucho madre, a Adela bésala de mi parte. No te preocupes por nada, mientras siga trabajando no te faltará nada. Un beso y un abrazo grande de parte de tú hijo Blas”

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A VER SI NOS PONEMOS DE ACUERDDO...

                                                 A VER SI NOS PONEMOS DE ACUERDO…

Tú por la razón que sea te habías cansado de mí, no vale la pena entrar en motivos y razones, casi siempre las razones, son irracionales.    Bueno… ¿pero me pasarás algo no?   Si claro, lo que pueda hasta que te repongas un poco, al fin de cuentas estamos todavía casados, para mí eso cuenta no creas. Ahora, también te digo una cosa, te pasaré lo que pueda, si es la misma cantidad que te paso ahora, la mitad de mi pensión, te lo pasaré, pero solo hasta que pueda.
Me fui a vivir lejos, muy lejos, dentro de la península claro, manteníamos contacto telefónico casi a diario, yo le preguntaba cómo se encontraba y ella hacía lo propio conmigo. Como sea que las circunstancias en mi caso, cambiaron sensiblemente en lo referente a lo económico, dejé de pasarle la cantidad de dinero que ella creyó que era vitalicia.   Oye, ¿cómo es que me has pasado este mes solo seiscientos euros?, no quedamos en eso ¿vale?, si no me piensas pasar lo que acordamos de palabra al principio, tendré que pensar en denunciarte.
¡Toma castaña…! Ahora de golpe y porrazo, amenazas, menos mal que no tengo hijos con ella que si no se me cae el pelo…
A ver si nos ponemos de acuerdo… ¿no fue decisión tuya que yo marchara de casa en favor de tus hijos? Acepto mi parte de culpa, si en algo los ofendí les pido perdón, es más, en su día lo hice, de cualquier modo posible, no respondieron a mis llamadas, quise pedirles la razón del porqué dejaron de venir por casa, la respuesta fue… nada. Como si hubieran pensado todos a una… ¡Si estás majara que te encierren! Eso es lo que hice, encerrarme en mí mismo, quiero decir que me puse a pensar en mí, al fin y al cabo, no hice nada para merecer que me tuviera que ir de mi casa, de modo que date con un canto en los dientes, solo me llevé de la casa mi ropa y mis zapatos.
¿Qué quieres divorciarte…? pues nos divorciamos, ya ves, en los últimos años, creo que…, bueno no vale la pena contar las ocasiones en las que yacimos juntos en nuestra cama. Perder hemos perdido los dos, ganado también, en tranquilidad, en que ahora todos tus hijos y nietos vienen a tu casa y cuidan de ti. ¿Tendré yo también el derecho de cuidarme y de que estén por mí? La diferencia es que ahora, donde vivo, dependo de terceras personas que son buenos amigos, a, y una asistenta ala que he dado de alta en la Seguridad Social y que me hace determinados trabajos que ya no puedo hacer solo, limpiar, arreglarme la ropa, cocinarme determinados platos, etc, etc,
¿Tan difícil de  entender es esto? El que estés en inferioridad de condiciones económicamente hablando no significa que tenga que sustentarte. Esto no es un arreglo, que quede claro. Espero de todo corazón, que no tomes estas palabras como un desaire contra tus denuncias, en el fondo estuve mucho tiempo esperando con una pequeña llama encendida en mi corazón, esperando que se prendiera nuevamente un fuego, siendo que las cosas han tomado este cariz, te deseo lo mejor, eso sí, quedarás gravada en mi recuerdo como con fuego, ese que nos incendió un día y que para ser precisos, pienso que en tu interior todavía se mantiene encendido de alguna forma.


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viernes, 30 de octubre de 2015

SIN DOBLECES

                                                                  SIN DOBLECES

Ya desde muy joven, era contestona e inconformista, razones no le faltaban, nacida de un matrimonio arreglado por parte de su madre, quién perdió la oportunidad de casarse con un hombre guapo y rico, se tuvo que conformar con un buen hombre que adoraba a su hija. Pero la desgracia de la posguerra se cebó en aquellos que emigraban a tierras de oportunidades, como eran las grandes ciudades, en desarrollo constante. El padre de aquella niña creció en un ambiente de pobreza, con una mujer que no lo amaba, compartiendo casa, piso más bien, rústico y mal construido, compartido con sus tíos, a quienes le debían techo y cama.
Un desastre agravado por las continuas discusiones entre ellos y las ausencias a Francia de la madre y la hija, dejando solo a aquel buen hombre, conduciendo tranvías, doblando turnos, haciendo todo lo que buenamente podía, para echar adelante a sus dos amores, especialmente a su hija. De modo que la niña creció con muchas carencias, su madre comenzó a tener celos de ella, su padre le brindaba toda su atención habida cuenta que su mujer no lo quería. En Francia tenía al resto de la familia, ellos eran su apoyo, tanto su madre como su hermana, algo menor que ella. En ocasiones, la familia francesa venía España para visitarlos y pasar cortas vacaciones con ellos, eso animaba mucho a esa muchacha que crecía sin que nadie se diera cuenta, con catorce años ya era toda una mujer, yo tuve el privilegio de conocerla y os puedo asegurar, que su carácter estaba marcado por un considerable orgullo, al principio sano, luego como nos pasa a muchos, dejamos de ver las diferencias entre orgullo y principios.
Lógico, conoces los entresijos de las personas, cuando son criadas de esa forma, entre la radicalidad de su madre, y el excesivo paternalismo que tenía, cuando estaba junto a su padre. El asunto acabó mal, se separaron sin razón aparente, más bien sin razón alguna, la madre acusó a su marido de ser un perdido, que le ponía los cuernos con la primera que pillaba, todo esto fue una trama organizada, para deshacerse de él. Sin casa y poco después sin trabajo a causa de la bebida que fue su auténtica perdición, gracias a otros “amigos” que le dijeron el camino que debía tomar, terminó sus días, muerto en el barrio chino, en el portal de una calle de mala reputación, a causa del alcoholismo, cubierto por sus propios excrementos, y sin abrigo alguno en mitad del invierno.
Ese suceso que yo viví de cerca con ella, porque ya estábamos casados, hizo que pensara, en las consecuencias que podía tener la manera de cómo había sido criada. Tardé muy poco en ver que estaba descontrolada en algunos temas de los que no es momento de hablar, hace poco más de un mes que ha muerto. A pesar de estar divorciados desde hace años, siempre la he tratado de justificar, y creo que justamente, no muchas personas, hubieran podido superar algunos de los hándicaps que ella trató de saltar, como un pura sangre que defrauda a su jinete, cuando con las manos o los pies, derriba una valla que está más allá de sus límites.
Siempre actuó sin dobleces, haciéndose valer como era, ni más que otros, pero tampoco menos que nadie. Equivocada o no, su vida ha sido una vida plena, habrá quien diga, que podía haber hecho mejor esto, o aquello, pero eso no importa demasiado en la vida, siempre, si se sigue vivo, se pueden rectificar conductas y rectificar actitudes que no han sido beneficiosas para unos cuantos.
No es de extrañar pues que la encuentre a faltar por lo mucho que me dio y lo poco que pidió dentro de este hermético carácter suyo. Adiós querida amiga del alma, adiós.

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LA MADRUGADA

                                                                 LA MADRUGADA

Sale durante la madrugada, busca algo que no encuentra, sabor de ciudad, pasan a su lado taxis vacíos con la luz verde encendida, piensan que es probable que ande buscando a uno de ellos para ir a algún lugar concreto, incluso cuando los semáforos se ponen verdes para los vehículos, pasan por su lado en primera, con la esperanza de que pare a uno de ellos y les pida que los lleve a un lugar en concreto. Mirando hacia adelante con las manos metidas en los bolsillos de su cazadora de cuero, sigue su camino con la vista fija en algún lugar que todavía esté abierto.
Pasa delante de determinados bares que todavía quedan abiertos, no hay apenas clientes, algún que otro despistado consume en un vaso de tubo un combinado, un par de parejas, hablan animadamente mientras el camarero o el dueño, quién sabe, barre de forma rutinaria y tranquila, el local. Finalmente entra en un local que está más alejado de aquel barrio, no tiene prisa alguna, nadie lo espera en su casa, vive solo, eso le permite deambular por las calles, a la hora que le apetezca. Parece que sea un lugar de moda, allí sí que hay clientes, no es que no se pueda caminar por el local, pero se ve animado, se escuchan risas, conversaciones, parece que para aquellos clientes el tiempo se ha detenido a las doce de la mañana.
Sin saber por qué, sonríe, el ambiente de aquel lugar se presta a estar alegre, no sabe muy bien la razón, pero el caso es que se ve animado a pedir un whisky escocés seco y doble. La chica que le sirve la copa, coloca un salvamanteles de la misma marca de la bebida que ha escogido y encima coloca su vaso ancho con el licor, justo al lado deja una bandeja con el importe de la consumición. Dani contempla a la chica, que le pregunta si desea una tapa para la copa.  ¿Tienes alguna cosa que vaya bien con esto?, señalando el vaso.   Ahora mismo vengo señor… le trae tres pequeños pastelillos de hojaldre salados, con diferentes rellenos, sobrasada, frankfurt, y un tercero de paté de atún.
Ha valido la pena haber salido esta noche, piensa para sí Dani, de no haberlo hecho me habría perdido este acontecimiento. Puede que alguien piense en este asunto con frialdad, el caso es que cuando estás viviendo solo, una oportunidad así es valiosa, sirve para comunicarte con el resto de la gente. De pronto alguien, un hombre alza la voz… están invitados todos a la próxima copa de parte los novios ¡Viva los novios…! Todos jalean a la vez… ¡Viva…!
La camarera se acerca a Dani y le pregunta que tomará después del whisky.   Lo mismo gracias.  Por nada, para eso estoy aquí, para servir, si quieres puedo hacer por manera de hacerte llegar un trozo del pastel de los novios, le guiña un ojo.   Pues bien, te lo agradeceré, por cierto ¿Dónde están los novios?   Son aquellos dos chicos que están junto al arco de la derecha, al fondo del local. Dani se levanta y va directamente hacia ellos, les estrecha la mano y los felicita personalmente, también les da las gracias por la deferencia de la invitación.   ¡Acuérdate de nosotros si te casas un día de estos…! ¿Vale? Uno de ellos le acerca una tarjeta de visita, es arquitecto al parecer.   No tengo novia por el momento, pero os tomo la palabra.   Quién sabe… a lo mejor te sale novio, esa es una de esas cosas que uno no puede escoger amigo.
Dani salió del local casi a las cinco de la mañana, le chocó respirar el aire de la mañana, el sol comenzaba a despuntar por el oeste y hacia él se fue caminando…


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jueves, 29 de octubre de 2015

ESCRIBO DE PARTE DE UN AMIGO

                                                   ESCRIBO DE PARTE DE UN AMIGO

Quiero advertirlo antes de que comencéis a leer este escrito, no vayáis a pensar que me he vuelto loco, aunque un poco locos lo estamos todos, esa es la verdad.
Pues eso, un amigo me dice un día de estos atrás, que si escribiría lo que él piensa sobre la paleontología, él dice simplemente sobre los dinosaurios, le  dije que sí, que viniera a mi casa y que colgaría en mi blog lo que él pensaba, sobre el tema del jurásico y esos períodos oscuros de la prehistoria.
Nos sentamos delante del  ordenador con dos tazas de café,  no sé hasta que punto lo que pensaba,  prometía, pero le dije que escribiría y así lo hice. Que nadie me haga responsable de lo que a continuación leeréis, no es cosa mía, soy un mero vehículo de Tomás que es quién marca los compases de estas paridas mentales.
Mira, me dice al principio, la ciencia miente más que respira, se inventa muchas cosas, desde que vi de estreno la película de Parque Jurásico, la primera parte, me di cuenta, de que nos estaban contando un cuento, a mí no por supuesto, ¡pero a mis hijos… me los llevé a casa cagadicos de miedo! Oye papá corre un poco más cuando entres en el camino a casa, no vaya a ser que nos salga algún velociraptor y se nos coma, como al de la película que estaba en el wáter cagando. Eso no se hace hombre… los niños ni cenaron esa noche, quisieron dormir todos juntos apretaditos unos a otros. Me tuve que levantar un par de veces para calmarlos, soñaban con aquellas bestias horribles que vieron en la película.
Para calmarlos un poco, y convencerlos de que esos animales eran especies extinguidas, me los llevé el domingo al Museo de Arte Natural. Mirad bien niños, todo lo que vimos en el cine, es producto de los fósiles que a lo largo de los años se han ido encontrando. Se quedaron boquiabiertos cuando vieron al Diplodocus, Apatosaurus, Allosaurus, Compsognathus, y aunque os parezca mentira, les decía su padre mientras les leía los letreros indicativos, todos estos animales se desarrollaron en el mar, sí, como lo oís.
No me digas que esto es lógico…  Pasó que los peces, que entonces los había como ahora, grandes y pequeños, comenzaron a desarrollar patas en lugar de aletas natatorias, bueno por lo menos eso es lo que dice ahí, de la misma forma que el hombre que entonces era como los monos de hoy, comenzaron a enderezarse y llegar a ser seres humanos, los dibujos desde el mono hasta el hombre, reflejaban esta dinámica. Mira, que me perdonen los científicos, pero no hay dios que lo crea, sino es así… ¿por qué los monos a través de los siglos no se van transformando en humanos? Tiempo han tenido, digo yo.
Inventos de los científicos… no me cabe en la cabeza otra cosa. Lo que no han sabido de cierto, se lo han inventado, como algunos cráneos de presuntos humanoides. Allí mismo en el museo, se ven cráneos, que han sido trucados poniendo trozos de yeso y añadiéndolos a los trozos vitales de los cráneos para convencer a los neófitos en la materia.   Si señores, así eran nuestros antecesores, algunas piezas imposibles de recomponer, las hemos sustituido por esas otras partes de yeso, así es como el hombre llegó a ser antes.
Hombre eso es muy atrevido, no me hagas escribir estas cosas… ¿está seguro de querer exponer las cosas de este modo?   Que sí tío, así mismo, como te lo digo.   Vale pero que conste que más de cuatro te tomarán por loco.   Que me demuestren lo contrario esos presuntos científicos, entonces si tengo que cambiar de opinión, oye, cambio y no se hable más del asunto. ¿Sabes que creo? Que venimos de otra galaxia, que nos desprendimos de alguna civilización desconocida, y que somos lo que somos, gracias a los extraterrestres.
Vale, pero eso no lo voy a expresar como una idea tuya, el caso es que lo he pensado muchas veces, ¡con la de secretos que se están desvelando ahora gracias a expedientes llamados X…!   ¿Lo ves…? Tú en el fondo no estás convencido del todo, de que los humanos seamos fruto de la evolución. Me vale con haber sembrado la duda en un amigo como tú, ahora solo faltaría que fuéramos abducidos por seres extraterrestres, ¿molaría no?  


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miércoles, 28 de octubre de 2015

CAPARAZÓN DE TORTUGA

                                                           CAPARAZÓN DE TORTUGA

Ella va arrastrando su pesada carga sin pensar que con el tiempo va creciendo, que se va reforzando y en consecuencia, cada vez se mueve con mayor dificultad. Pero la tortuga, que es en definitiva al animal a quién nos referimos, con ese caparazón, que no deja de ser una coraza más fuerte de lo que comúnmente se cree, no tiene apenas depredadores. Sus placas o escamas, según la opinión de diferentes científicos, van creciendo progresivamente, eso las hace más lentas con el tiempo menos vulnerables a los ataques de grandes mamíferos como los leones.
Nosotros los seres humanos, no tenemos caparazón, pero eso es solo en apariencia, con el paso de los años, nos hacemos más duros, y como quiera que sea que hayamos pasado por experiencias de un calado extremo, ni te cuento. Eso es bueno en determinados ámbitos, pero en contrapartida, es posible también, que seamos más recelosos, conforme crece nuestra coraza huimos de los problemas, de las situaciones comprometidas. Igual que las tortugas, cuando vemos a una manada de ñus que llegan galopando en busca de pastos frescos, nos paramos a verlas pasar, con cabeza y patas, recogidas dentro de nuestra coraza.
Siempre hay involuciones dentro de las familias, y en determinados momentos, nuestra mente podría colapsarse y hacer o decir, algo fuera de tono. Nos retraemos y dejamos mientras tanto, que nuestra coraza se vaya reforzando, fortaleciendo hasta que podamos tomar una decisión sensata. Esto no significa que pasemos de los problemas, hay quién sabe reaccionar mejor ante determinadas acciones, otros somos un poco más lerdos en asimilar los acontecimientos.
Mejor es pues, dejar que un poco más de tiempo usado en reflexionar, nos ayude a decidir, que hacer y cómo hacerlo, pero eso no significa que olvidemos lo que ha pasado y nos ausentemos del asunto. Así pasa el tiempo… dejando que el este sea nuestro aliado, mientras que por otra parte, las escamas de nuestra coraza se haga más fuerte. No se puede olvidar que, dejar un problema para mañana, puede ser un problema sin solución, de manera que hay que seguir andando, poco a poco pero siempre adelante.
Este animal, aparentemente inútil y poco considerado como es la tortuga, tiene en este aspecto, muchas cosas que enseñarnos.


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DA LO MISMO SER HOMBRE QUE MUJER

                                             DA LO MISMO SER HOMBRE QUE MUJER

Se tienen unos celos terribles, se dicen cosas de las que muchas veces se arrepienten, se aman con locura. Sí, ese es el caso de hombres y mujeres que son heterosexuales, u homosexuales, lesbianas que se entienden y están dispuestas a sacrificios extremos, enfrentándose a situaciones difíciles de entender. Otros en cambio, son admitidos en determinados círculos de la sociedad como seres normales
Y el caso es que bien mirado, no se diferencian en nada del resto de la gente, no llevan ninguna marca identificativa que los distinga del resto de la gente, puede que determinados gestos, frecuentemente identificados por otros u otras como ellos, los haga distintos, pero nada más. No son mejores ni peores que nadie, solo tienen diferencia de pareceres, respecto a gustos amatorios.
Es cierto que algunos son promiscuos y no quieren compromisos de clase alguna, quizás es porque se conozcan bien así mismos, son sinceros en ese asunto tan llevado y traído como puede ser el sexo, para unos algo que no es imprescindible, y para otros y otras, necesidad imperiosa de practicarlo a la menor oportunidad. Por eso, no es más mujer una casada que una lesbiana, ni es más hombre un homosexual que un heterosexual, todos sin excepción somos seres humanos, con inquietudes y conformismos, con exigencias que a veces se llevan en secreto, que para que no sean descubiertas por los maridos o las mujeres con quiénes están casados, están engañándose a sí mismos.
Para estos últimos solo cabe una expresión que los califica de forma cabal… Hipócritas recalcitrantes. Pierden la categoría de ser solo hombres o mujeres. Reconozco que frecuentemente, es difícil aceptar que un hijo tenga esta tendencia para los padres, pero si están decididos a ser como son, no hay nada que los haga cambiar, lo propio es apoyarlos, ayudarlos sin más, es lo que les piden a los padres, el resto… el tiempo dirá.

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EL DÍA DEL INCENDIO

                                                             EL DÍA DEL INCENDIO

No hubo ningún anuncio de prensa que hablara del acontecimiento, nada, ni una palabra, ni un breve cometario de algún afamado periodista. Posiblemente fuera porque, el incendio no había tenido resonancia alguna en la ciudad, ¡pasan tantas cosas en las ciudades, que nadie pensó en aquel incendio!
A pesar de todo, lo cierto es que fue importante, lo suficientemente intenso, para que la vida de las personas envueltas en él, fueran afectadas de por vida por lo sucedido. No fue un incendio por fuego literal, no se quemó casa alguna, no se tuvo que derribar edificio alguno, solo fue un simple paseo por las callas de la ciudad lo que causó ese incendio.
Cuando él le dijo a ella…  Estoy enamorado de ti, no puedo evitar la atracción que siento cada vez que te veo, siento que mi corazón, me golpea de forma anormal, me estremezco, es como si las vigas de todo mi cuerpo crujieran a causa del fuego. Ella me mira de reojo, se sonroja, no sabe que decir, lo noto en su forma de caminar y de moverse a mi lado, finalmente se para al paso de un semáforo que se ha puesto rojo para los peatones. Todavía con la cabeza gacha, y el bolso sujeto con ambas manos delante de la falda, levanta poco a poco la vista…   Tú también me gustas, me gustaría sin embargo, que si esta relación fuera a más, quiero decir que si nos prometiéramos, fuera con un fin serio. Deseo desde hace tiempo tener hijos, pero dentro del matrimonio, si quieres podemos pasar un tiempo de noviazgo, luego decidimos.
No puede negarse a esta propuesta, su cariño hacia ella es puro, no quiere contrariarla, después de hablar ella, acepta, está seguro que esa pequeña llama, irá creciendo dentro de cada uno de ellos hasta convertirse en un gran incendio. Pasará desapercibido para la mayoría, pero es suficientemente importante para ellos.
De destrucción nada, ese incendio les procura construir un nuevo edificio, sólido, con buenos fundamentos, con grandes perspectivas de futuro, una nueva familia llena de alegrías, de buenos momentos y de otros menos buenos, pero queriéndose siempre. En el futuro podía pasar cualquier cosa, en cambio, esos momentos de ternura extrema, de sinceridad mutua, hizo que ese amor prosperara hasta el punto de que muchos de los vecinos, quisieran que sus casas se hubieran incendiado de ese modo.


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domingo, 25 de octubre de 2015

ENFERMOS

                                                                    ENFERMOS

Todo está enfermo, la Tierra está enferma, ¿cómo no vamos a estarlo nosotros? Pero enfermos de verdad, no solo enfermos físicamente, enfermos del corazón roto, emociones que se han muerto en nuestro interior, cuando hablamos de enfermedad con alguien, y le preguntamos que tal se encuentra lo normal es que nos contesten…   Me encuentro de coña, estoy muy bien.  Mientes como un bellaco, estamos todos jodidos, por una depresión, por el estrés que nos tiene con los nervios a flor de piel.
Que sí, que puede que haya excepciones, vale, pero que no diga que está bien del todo, es mentira, ¿por qué?, porque en un mundo enfermo la gente está enferma. Otra cosa es que no transmitamos nuestros males, que no queramos contagiar a los nuestros y para eso guardemos silencio, coño mira… eso estaría bien, no hablar tanto, al fin y al cabo cuando más abre la boca, más mierda suelta a veces.
¡Cuidado, que ahora se me ocurre, que muy frecuentemente los que hablan, son los que tienen más que callar! Es un poco como el évola, según donde lo sueltas la gente se infecta, ¡hombre en la  selva no, allí puedes soltar gritos como el de Tarzán y todo se queda como antes! Pero en una reunión de amigos… hasta los puedes infectar de la gripe aviar sin enterarse nadie, ni tú mismo.
Ahora hablando en serio, las enfermedades de este mundo son tantas y tan mortales, que ya no nos inmutamos, estamos inmunizados ante el dolor ajeno porque nosotros también estamos fututs. Y ahí tienes a esos grandísimos imbéciles jugando con los cohetes, los avioncitos estatrosféricos y los satélites.  No, es queremos saber si se puede vivir en la luna, o, hay un satélite que lanzamos hace seis años que ha descubierto que en Marte en un tiempo había agua, hemos visto bahías secas.
¿Serán memos los tíos…? Nos hemos cargado la Tierra, ahora vamos a ver que más nos podemos comer con patatas, hombre si pudiera ser Marte sería la leche, así les daríamos por el culo a los rusos. Luego te quieren hacer creer que entre las superpotencias las cosas están bien… ¡una mierda para ellos! Mucho darse la manita delante las mesas de negociación y mucha sonrisa, y por debajo se dan unas patadas en los huevos, que se cagan a pedal.
Por la noche en el hotel donde se reúnen para cenar y descansar, tienen reuniones secretas.  Oye ¿tú cuantos Kalashnicovs les puedes vender a la guerrilla Mozambiqueña? Es que si alguien se entera que se los vendemos nosotros, se nos verá el plumero, a minas antipersonas que vosotros las hacéis muy bien y a buen precio.  ¡Hostia que chavalas me has traído!  Sí ha sido para cerrar el trato, la pasta te la enviaremos por los canales habituales, vía Panamá. Venga va, hecho, pero me tienes que dar a las tías estas, nosotros nos ocupamos de los papeles, para que se vengan conmigo, considéralo un regalo de un amigo ¿no?  Bueno va… llévatelas.
¿Está enfermo el mundo o no? Pues eso, lo mejor es no ir al médico, al fin de cuentas, hasta estos matasanos se forran a cuenta nuestra los que estamos enfermos.


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                                                           LOS DÍAS CONTADOS

A unos les dicen que tienen los días contados, que están en las últimas, nada, dos semanas a más tardar. A otros en plena campaña electoral, les dicen que en poco más de seis meses van a tener un empleo digno y bien remunerado. A los que no entran dentro de estas previsiones lógicas, no les dicen nada, no tienen opinión, no tienen voz ni voto, están habitando en el limbo, un limbo lleno de incertidumbres y malos presagios, los que no saben hacer nada, son como las polillas que se deben exterminar, ¿para quienes son valiosas estas personas, si son parásitos de una sociedad que ni pregunta que les pasa?
La sorpresa llega, cuando los que condenan a esta gente, se ven sorprendidos por alguna enfermedad que los extermina, que los fulmina. Hay quién no quiere darse cuenta, de que tenemos los días contados todos los seres humanos, los que fuman porque fuman y van por la vida de la mano del cáncer; otros tantos porque no pueden pasar sin la copichuela del día, o las birras, cubatas y demás.
¡Oye que se ha muerto de golpe fulanito de tal…!    No jodas, si llevaba una vida de lo más saludable, siempre con su agua mineral y era vegetariano…   Entonces los vegetales que comía estaban contaminados, fijo. De eso nada, que todos llevamos una especie de fecha de caducidad que no somos capaces de ver, igual la llevamos entre las cachas del culo y no la vemos. Conste que lo que voy a decir está refrendado por algunos prestigiosos médicos…   Las personas que tienen una mayor actividad sexual duran más, la actividad sexual estimula el corazón, el cerebro se regenera mejor que en las personas que andan por ahí haciéndose solitarios.
Vale… pero también la palman, es un modo de hablar jocosamente de la muerte, que no es más que un retrato de lo que en realidad somos, si vas por la calle y no ves tu sombra… es que la has palmado. Lo tengo comprobado, un día de verano que caía un Lorenzo de mucho cuidado, me encuentro con un conocido…   ¡Hombre Pepe… dame un abrazo hombre!   Una mierda, hace lo menos tres años que he ido a tu entierro y ahora me sales por peteneras. No tienes sombra figura, ¿no te das cuenta?   Ya, pero me hacía ilusión de que alguien conocido me echara de menos.   Sí yo me acuerdo a menudo de ti, pero joder, no vayas por ahí pegando estos sustos a la gente… que cualquier día de estos vas a matar a alguien, anda vuelve de dónde has salido que te van a echar de menos.
Vistas así las cosas, los días los podemos tener contados o no, no se sabe, a lo mejor crees que estás muerto, y lo que pasa es que estás soñando, que eres un parado sin derecho a prestación social, vamos, lo que se dice, un pobre pringao, o como decía al principio… una polilla a la hay que eliminar, porque hay muchos ratos a los que alimentar y mantener bien engominados.


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                                                                  AQUEL LAGO

Allí, en la alta montaña, donde el sol lo hace relucir cual si de una perla azul se tratara, se encuentra ella, paseando entre las sombras y las luces que su cuerpo produce. No es un lugar cualquiera, lo era hasta que ella se sumergió en esas aguas, descendió cual sirena que anuncia…, he llegado a tomar posesión del lugar.
Quiero que me llevéis a este lago, deseo vivir a manera de espíritu, en ese lugar, cerca de vosotros, para seguir protegiéndoos a mi modo, si en alguna ocasión me necesitáis, invocadme y acudiré en vuestro auxilio. No temáis por mí, no tengo frío alguno, vuestro recuerdo me alienta, el sentiros vivos me calienta, del mismo modo que cuando os llevaba en mi seno, y crecíais dentro de mis entrañas.
Ahora soy poca cosa ya, pero aún me quedan suspiros dentro de mi espíritu, de un modo que quizás no alcancéis a comprender, porque formo parte del limo del fondo del lago, sabed que ese es nuestro lago. No quiero que os entristezca el hecho de que estoy ahí, cuando paséis por los alrededores, a pesar de no verme, yo sí que os veo a vosotros, estoy aprendiendo a convivir en este delicioso ambiente de paz.
Veo vuestros rostros a través de las luces que me revelan vuestra presencia. Ahí me tendréis para siempre, y como cuando era parte de la vida física, sigo abrazándoos como mis adorados hijos.


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sábado, 24 de octubre de 2015

EL OJO DE DIOS

                                                                   EL OJO DE DIOS

¡Me he preguntado tantas veces si dios lo ve todo, es más, si es cierto que nos presta atención…! Jamás he podido constatar que hay en algún lugar del espacio infinito, un ojo que nos vigila, que controla nuestras acciones. No se puede creer a ciegas en algo así, porque determinadas religiones te lo quieran razonar, no es lógico. Si uno quiere creer en algo, nadie puede impedírselo, es un asunto entre él y ese ojo que algunos consideran todopoderoso.
No deja de ser curioso, que haya personas que alzan su mirada al cielo y hasta se golpean el pecho, porque saben que están haciendo algún mal y creen que yendo a confesar sus pecados el ojo divino, porque nadie lo ve, los perdonará. Lo contrario también es cierto, hay quién se harta de hacer cosas buenas, acciones que ayudan a terceras personas a ser mejores, y recibir el auxilio necesario para seguir vivos. Estos últimos, se compadecen del prójimo, no los estrujan hasta sacarles las entrañas, como los primeros.
He pensado, que ese ojo que flota sobre nuestras cabezas, se debe divertir al ver los acontecimientos que nos rodean, que selecciona a dedo, a aquellos que son merecedores de su gracia. ¿Hasta qué punto es flexible a la hora de elegir a aquellos que tienen su gracia? Lógicamente podemos descartar a violadores, asesinos, traficantes de drogas e incluso a aquellos que desprecian a la autoridad en todos los ámbitos. Pero seamos serios amigos, ¿puede condenar a una  persona que esconde debajo de su abrigo, un bote de leche para alimentar a sus hijos, sin pasarlo por caja? Lo ha tenido que robar porque no lo puede pagar…
Porque el hecho, es que a ese señor, el juez lo ha condenado a una multa de seiscientos euros y devolver el bote de leche al establecimiento. Eso, o cárcel de dos meses, aparte de dos semanas de servicios comunitarios. Sinceramente, si ese ojo ve bien esa condena es porque está miope perdido. Yo en un miope no confío si no se pone gafas. Bueno, puede pensar el ojo miope, a cada cual le llegará su turno, pues oye, ya estás haciendo tarde, porque cuando quieras echar mano al tema, nos estaremos devorando los unos a los otros.
Hasta he pensado que está confabulado con esa lacra del consumismo que nos corroe. Hace cosa de tres meses, me he tenido que hacer unas gafas que me han costado un huevo, son especiales, llevan incorporados microprismas, en consecuencia, las lentes deben de ser de la máxima calidad para poder ver con claridad. Si es por eso que está dejando pasar el tiempo, para meter mano a los asuntos de la humanidad, las cosas que van de mal en peor me refiero, vale más que cierre el ojo, y se eche una buena siesta.

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MAMÁ, QUIERO SER BOMBERO

                                                         MAMÁ, QUIERO SER BOMBERO

Nada, que el niño parece que nos quiere tocar lo que no suena, con el tema de ser bombero.   Déjalo mujer, todavía no sabe lo que quiere, ¿quién te dice a ti que en realidad lo que quiere es ser médico…?    Pues creo que lo diría ¿no?, el caso es que siempre que puede, le dice a los amigos que él, será bombero.   Bueno… ¿y que es lo que tiene de malo este oficio?   Nada, solo que es muy peligroso, lo que pasa es que no nos enteramos de los bomberos que se mueren.   ¡Venga mujer no seas alarmista!, se mueren como en todos los oficios del mundo, siempre son un pequeño porcentaje…   Habla un día con él Emilio… ¿Qué te cuesta querido?   Vale mañana me lo llevo de paseo y hablamos, que lo considero una tontería pero con tal de complacerte, lo haré.
Manolito ya no es Manolito, ahora es Manuel, un joven bastante alto, atlético y muy fuerte. Va a diario a correr al circuito de su ciudad, y se ha hecho socio de un gimnasio, unos compañeros suyos, que aspiran a ser bomberos como él, se ríen de un par de chicas que también se entrenan con el mismo fin, ser bomberas. En los cuatrocientos metros cronometrados los pillan a todos menos a Manolo, casi no le ve mover los pies del suelo cuando coge su velocidad máxima. Suben en el gimnasio la cuerda de nudos haciendo la plancha, que obligan a todos a admirarlas, en esto Manuel no es tan bueno. Tengo que superarme, no me jodas, que dos mujeres puedan  hacer esto mejor que yo es inadmisible. Cuando trepan hasta arriba de la cuerda, dan media vuelta al cuerpo y descienden boca abajo sujetando la cuerda con las piernas.
¡Me cago en todo…! Estas te pegan un gancho y te dejan seco tío, ¿has visto la fuerza que tienen en los brazos? Sí, y en las piernas, te pillan el pescuezo con ellas y te tronchan. Manolo siente el impulso de hablar con ellas, especialmente con la morena, una hermosa chica, esbelta, con el cabello corto, tiene unas piernas larguísimas y dedos de pianista, largos y delgados.    Hola ¿Qué tal? Me he estado fijando en vuestros ejercicios, me he quedado con la boca abierta, parece mentira que un ser humano pueda hacer un derroche de fuerza como la vuestra, mi nombre es Manuel, si algún día queréis que entrenemos juntos me lo decís, creo que aprendería mucho de vosotras dos.
¿Lo dices en serio…?   Absolutamente en serio, no tengo otra intención más que llegar a ser un buen bombero.   ¿Es que los hay malos?   No, no he querido decir eso, pero si te preparas con la gente que intenta superarse a diario, siempre tienes más posibilidades de éxito ¿no crees? La chica rubia no mueve ni un músculo de la cara, mientras se termina de poner la chaqueta del chándal.   Te espero fuera Olga.   Vale, salgo enseguida cariño, ya puedes arrancar el coche, salgo en un minuto.
Manuel ha tenido que esperar dos días en volverlas a ver, hasta el exbombero que los entrena sin interés alguno, se extraña. Claudio, le había preguntado al entrenador, ¿sabes algo de las chicas?, se limitó a encogerse de hombros y abrir los brazos, en señal de no saber nada. Por la tarde, aparecieron las dos sonriendo, cogidas de la mano, entraron en el vestuario de las mujeres y fuera, los hombres no entendían que era aquel barullo que se oía al otro lado de la puerta. Al salir al gimnasio, Olga le hizo un gesto a Manuel para que se acercase, él se movió como accionado por un muelle que lo llevara hasta ella.   Puedes entrenar con nosotras, vamos a ver si sigues el ritmo, hoy venimos con muchas ganas, hay que desentumecerse un poco, vamos a hacer los estiramientos habituales antes de hacer nada, ¿te parece?    Claro, es lo normal, vamos allá. Parecían puñeteras bailarinas de valet clásico, sobre el suelo, abrían las piernas hasta ponerlas en horizontal con los hombros echados hacia atrás. Si hago esto me dejo las pelotas, voy a intentar hacerlo pero hasta donde me alcancen las fuerzas, como este estiramiento hubo otros parecidos que le parecía a él que lo querían dejar fuera.   ¡Venga hombre… estira hasta que te duela el alma, después nos lo agradecerás!    Es que las mujeres sois mucho más flexibles que los hombres, estáis hechas diferentes.    ¡Vaya sorpresa…! Claro que sí, nosotras estamos hechas para poder parir y vosotros no, ¿no te fastidia…? Mi mujer dice, que los hombres podéis hacer muchas cosas, pero que nosotras podemos hacer lo mismo que vosotros y un poco más. La única diferencia, es que no se nos valora lo suficiente, ni se nos paga igual, eso está más que claro. 
Disculpa Olga, ¿has dicho tú mujer verdad?   Sí, nos casamos anteayer, fue un acontecimiento íntimo, solo asistieron las familias de las dos.   Felicidades pues, os deseo lo mejor de todo  corazón.
Esa circunstancia hizo que los tres hayan llegado a ser muy buenos amigos, a la misma vez que los alejaba del resto de tíos duros de la academia de bomberos. Los tres se graduaron en la misma promoción, esa misma noche cenaron juntos. Bien pensado, y a raíz de esta circunstancia que acabo de narrar, por favor, dejad que vuestros hijos sueñen y elijan su camino, da lo mismo que quieran ser marineros, boxeadores, soldados o alquimistas, ¿Qué más da si con ello, cumplen sus sueños, y continúan siendo para todos buena gente?
No olvidemos que también hacen falta, basureros y dentistas, banqueros y policías. Ningún oficio es desdeñable si con ello, se cumple un propósito dentro de la sociedad.


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viernes, 23 de octubre de 2015

SI ME DAS, TE MUERDO

                                                          SI ME DAS, TE MUERDO

¡Que cosa oye, parece que vivamos en  un mundo lleno de vampiros…! No sé vosotros, pero en lo que a mí se refiere, enciendo la televisión y lo que más se escucha es de mordidas, no le presto demasiada atención la verdad, ya sé sobradamente lo que son los vampiros y a qué se dedican. El caso es que cuando se habla de mordeduras, hablan de seres humanos, ¡coño… esto es nuevo para mí! Ya se sabe que los vampiros no vuelan, se arrastran cual si fueran cualquier especie de otras alimañas, suben silenciosas hasta determinado lugar donde te la clavan, los dientes, y se ponen ciegos de sangre.
De quienes yo hablo son vampiros trajeados la mayoría de ellos, cuando las evidencias los señalan como los causantes de las heridas producidas en determinados animales, que pacen tranquilamente en sus cuadras, esquivan el bulto, la culpa diciendo que no han sido ellos, que no tienen los dientes tan afilados. A ver quién tiene huevos de comparar las dentelladas que llevan las víctimas, imposible, “no ha lugar a llevar a cabo esta prueba…”, dicen otros vampiros que son del mismo clan. ¿Sabes que pasa…? Que si no duermen en la misma cama, se dan patadas y mordiscos, al principio cada cual encuentra su sitio, pero con el tiempo, cada cual se quiere acomodar del mejor modo posible, empiezan a tener, no se sabe muy bien porque, su propio espacio, entonces comienzan a recriminarse cosas, a tirarse los platos a la cabeza.
Ineludiblemente, cuando pasa esto se amenazan… “Mira que si me das, te muerdo, y ya sabes, que yo muerdo más fuerte que tú” Claro, este hecho en sí, en la vida de la selva, pasa desapercibido, pero no es así cuando esto pasa cada día con vampiros vestidos con traje y corbata, ¿Qué pasa…? Que salen  en todas las televisiones, y ahí se monta el follón. Ya se sabe cómo son los periodistas… unos buscan la fama, otros quieren decir la verdad a cualquier precio. Al final siempre sale a relucir quién ha sido el más perjudicado, y todavía digo más, jamás se llega saber quién es el que ha mordido. ¿Quién es el mordido, y quién el vampiro?
Como no me fio de nadie de estos bichos repugnantes, salgo de casa a plena luz del día y me recojo pronto. Pienso… para casa nene, que es la hora de los vampiros, a ver si sucede que por pasar sin saber al lado de uno de esos bicharracos te llevas tú el chupetón y te dejan señalado.

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lunes, 19 de octubre de 2015

LA RESIDENCIA

                                                                 LA RESIDENCIA

A mi buen amigo Matías lo han metido en una residencia, los hijos todos ellos trabajadores y con responsabilidades tremendas, que exageran, a la hora de hacerse cargo de una persona mayor y que comienza a manifestar cierto grado de demencia. Uno de esos días primaverales, de los que apetece salir a pasear, pasar el día fuera de casa, he decidido ir a visitarlo. ¡No veas lo contento que se ha puesto cuando me ha visto…! Me lo he encontrado sentado delante de una gran cristalera, con el periódico sobre una mesita de mimbre, hablaba solo a media voz, señalando no sé muy bien qué de una de las páginas del periódico local.   ¡La madre que me parió…! ¿Qué haces tú aquí, no me digas que también me vienes a hacer compañía?  No Matías, solo he venido a hacerte compañía un rato hasta la hora de la merienda, a las seis sale el bus de vuelta a mi casa, pero no podía dejar pasar esta oportunidad, somos amigos de toda la vida, ¿recuerdas…?   Hombre, claro que no lo he olvidado.
Me dio un poco de pena, verlo en esas circunstancias, hizo que mi corazón llorara por dentro. La residencia es una pasada, todo está impoluto, la gente que aquí trabaja son amables, hasta dos señores que parece que están exclusivamente pendientes de los enfermos o residentes, son como armarios empotrados, imaginaba que serían necesarios en determinadas ocasiones, al contrario de mi amigo de Matías que es un palillo, poco más de sesenta kilos, siempre fue igual de delgado y de peleón, recuerdo haberle pegado una paliza a un tío, que pesaba sobradamente el doble que él, porque se metió con su novia, la que con el tiempo fuera su mujer, que ya falleció.
Hablamos de diferentes cosas, procuré recordar con él acontecimientos que recordara, hasta el momento todo iba como una seda, el momento en el que echando marcha atrás, traté de recordarle que su mujer era mi hermana… estalló como una pequeña bomba, tiró el periódico, insultó sin razón alguna al hombre que estaba a su lado, se abalanzó sobre mí, uno de los gigantes lo sujetó con cuidado, se lo llevó a su habitación hablando por una pequeña emisora que llevaba en el bolsillo.
A los cinco minutos salió una enfermera, me dijo que para hoy ya no podía recibir más visitas. Se interesó por saber quién era yo. Le expliqué que éramos amigos de la infancia, ella me contestó que había momentos en los que los recuerdos le afectaban demasiado.   La próxima vez que venga usted, trátelo como si fuera uno más de los residentes, es lo más recomendable, si es preciso le dice que usted está en la habitación número trece por ejemplo, al minuto se le olvidará.
No tuve oportunidad de volver a verlo, lo cambiaron de residencia, se conoce que entró en una fase más grave de la enfermedad, los hijos no creyeron necesario mantenerlo allí, costaba un dineral cada mes, ellos se hicieron casas mejores, en urbanizaciones de lujo cerca de la capital. Si ni sientes ni padeces, da lo mismo que te metan en un pozo, será siempre lo más cómodo, no sabes, no experimentas sufrimiento.
Esta circunstancia me recordaba de vuelta a casa, un reportaje de televisión, en el que una reportera, era guiada por una familia que vivían en un cementerio, los dueños de las tumbas y pequeños mausoleos, los dejaban vivir allí, con el fin de que cuidaran de sus parientes muertos.   ¿Y vuestros cuatro hijos… dónde fueron concebidos?   Aquí señalaba el hombre, el techo de la tumba donde estaban enterrados los más viejos de la familia.  Luego cuando ya tuvimos a nuestros hijos, la familia nos dejó techar esta parte entre las tumbas, para que pudiéramos vivir todos, dormimos y vivimos todos juntos, pero por lo menos estamos todos en el mismo lugar. Por la noche la policía cierra las puertas a determinada hora, estamos seguros, no nos podemos quejar, los niños por la mañana van a la escuela, y yo salgo a buscarme la vida, recojo materiales que otros desechan y me voy a la otra punta de la ciudad para venderlos. Unas veces gano más y otras menos, para arroz y maíz, y algún que otro pollo al mes, tenemos lo suficiente.
Se debe hacer todo lo posible por los vivos mientras estos respiran, se les tiene que querer, amar, ellos lo habrían hecho por nosotros, si estuvieran vivos. Aun la demencia, no es motivo para descalificar a nuestros mayores, verlos como seres inferiores, inservibles, ajenos a la vida, son seres humanos y por esa misma razón les debemos todo lo que se pueda hacer por ellos. Mi amigo Matías estaba entrando en una fase sin retorno, cierto, pero un escalofrío me recorrió la espalda, cuando pensé en lo que sería de mí, sí me llegara una circunstancia parecida, con una pensión de setecientos euros… ¿Dónde iría a parar en un caso parecido al de mi amigo Matías?

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domingo, 18 de octubre de 2015

EL DÍA DEL LAPIZ

                                                                EL DÍA DEL LAPIZ

Vamos a ver… se celebra el día del padre, de la madre que parió a los niños, el día de los profesores y un largo etc de celebraciones que a veces es inexplicable. Pues bien señoras y señores, cuando llega el día de los profesores, pues eso, que todo el mundo está obligado a hacerles determinados regalos, para quedar bien más que nada, personalmente les diría a los profesores… vale, muy bien, tome su regalo pero haga el favor de explicarme por qué coño les enseña a mis hijos a escribir de la manera que lo hacen.
Les doy mi palabra señoras y señores, que a menudo les quiero ayudar a mis hijos con los deberes, y no entiendo nada absolutamente nada de lo que les exigen los maestros. Mis hijos escriben como los puñeteros médicos, y eso que todavía están en la primaria, no quiero ni pensar como lo harán cuando estén en el instituto, y ya no digamos cuando lleguen, si llegan a la universidad.
¡El día del maestro lo tendrían que borrar del calendario…! Vamos a ver hijo… ¿qué te pregunta aquí la señorita?   No lo sé papá, pero me ha dicho que si no llevo mañana solucionada esta redacción, me ponen un cero que ocupará toda la página.
Encima atemorizando a los niños, les digo la verdad señoras y señores, alguna que otra vez he ido con mi hijo al colegio, y le he preguntado a la señorita…   Oiga señorita, ¿me podría decir que dice aquí, mi hijo se ha tirado toda la noche en vela, porque está convencido de que es un borrico?   ¿A ver…? Con las gafas en la punta de la nariz, me contesta… ¿está seguro de que esto lo he escrito yo?   No me joda, mi hijo viene a su clase ¿no?   Oiga señor no hace falta ser soez, de su opinión y punto.
Sí, pero quién va a pagar los platos rotos es él, señalando a su hijo, mire, tan solo por eso, por no aclararse ni usted misma, el año que viene no espere ningún regalo de mis hijos, y si tiene ovarios los suspende por eso.

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EL VIEJO PINO

                                                                  EL VIEJO PINO

Por el camino donde está plantado, han pasado generaciones de personas, unas, meros turistas, otros, gente del pueblo cercano. El pino no sabe contar, pero desde joven cuando su copa se comenzó a ensanchar, y sus ramas comenzaron a dar sombra, muchos han sido los que se han parado bajo el sol ardiente del verano, para comer algo antes de continuar camino, o simplemente a descalzarse, para sacarse las piedras que el camino ha acumulado dentro de sus zapatos.
Así han pasado décadas, sin que nadie admire las muchas cosas que ha hecho, desde su imperturbable sombra. Algunos zagales se han subido a sus ramas, para arrancarle la piñas, que luego, tostadas a fuego lento, se abierto extrayendo de ellas los deliciosos piñones que tanto gustan a todo el mundo. Jamás se ha quejado de ellos, para eso los produce, para que sepan las gentes, que no está ahí para nada, es una de esas pequeñas bendiciones que la naturaleza regala, a los que quieran saborear de pleno, como sobrevive un pino viejo.
La idea que alguien me dio, cuando me hizo resaltar las cualidades de un árbol como aquel, es que frecuentemente, desalojamos de nuestra mente y de nuestro corazón, lo importante que es el ser un pino viejo, poco importante, puede ser, pero siempre útil.


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SEISCIENTOS EUROS PARA SEIS PERSONAS

                                      SEISCIENTOS EUROS AL MES PARA SEIS PERSONAS

¡He cuidado que seiscientos euros en los tiempos que corren, pueden ser mucha pasta para según quién…! Pero desgraciadamente, para Vicente y su esposa e hijos, no son más que mera chatarra. Se comprende que en su día con el trabajo que tenía, y lo que aportaba su mujer dando clases de inglés, adquirieran una casa que salió a subasta en el banco con el que trabajaban, y la disfrutaran durante cuatro años. Pero a veces lo bueno se acaba pronto, cuatro años pasan volando, es lo que precisamente les pasó a ellos, pasaron por una etapa de negociación con el banco, el director le dio a entender a Vicente, que no estaba en su mano hacer nada que impidiera que les quitaran la casa.
Los protocolos de la banca son así Vicente, ni yo siquiera los puedo pasar por alto, trataré de hacer unas llamadas y te contesto en tres o cuatro días. Al banco no le interesa desahuciar a una familia de una casa que ya ha salido a subasta, puede que se pueda llegar a algún acuerdo, de un alquiler social.   ¡A ver que puedes hacer hombre, estoy en una situación un tanto desesperada, si no fuera así, no vendría a rogarte algún arreglo!   Bueno, no desesperes, verás como algo se arregla.
El arreglo llegó en forma de una carta, que explícitamente decía, que tenían que abandonar la vivienda en el plazo de un mes. Herminia comenzó a preparar cajas que recogía de tiendas y comercios cercanos, seleccionaba las prendas de ropa necesarias, y les dijo a sus hijos que se iban a vivir a un lugar más divertido y amplio. Los niños, todos ellos pequeños relativamente, se lo tomaron como una diversión.
Mientras tanto, Vicente, se puso como otras miles de personas a buscar entre los contenedores, algo que le pudiera ser útil, para vender a un precio razonable a los chatarreros. Hasta que le llegara la carta aprobación de los seiscientos euros de ayuda de estado, no le quedaba otra más que esperar, y como casi todo el mundo en una situación parecida… El que espera desespera. Pero el cariño parece renacer en situaciones de penuria y desaliento, Vicente y Herminia estaban más unidos que nunca.
Aun así, cuando les llegó la aprobación de esa mesada, que no ascendía más que a seiscientos euros, no les quedó otro remedio, que mudarse a casa de los padres de Herminia. Eso fue un golpe fatal para ambos, los ancianos no permitieron jamás intromisiones en sus vidas y en consecuencia en su casa. Fue el abuelo el que puso las reglas, como si su hija y Vicente, fueran dos adolescentes que se tenían que someter a la voluntad de unos padres que los consideraran meros colegiales.
Un pueblo, en el que apenas había trabajo, más que a la hora de recoger la hierba que se reservaba para los animales en tiempo de escasez. Herminia pronto dejó la casa como los chorros del oro, pero su madre no le permitía salir a trabajar.   Cuida de tus hijos, eso es lo que tienes que hacer, nada más, eso y la comida.
Con seiscientos euros para seis personas, o vives así o transiges a todos los argumentos que se te pongan por delante.

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EL PRIMER CAFÉ DE LA MAÑANA

                                                       EL PRIMER CAFÉ DE LA MAÑANA

Con un poco de leche sin lactosa y descafeinado. Seguro que hay más de cuatro que al leer esta breve introducción piensa que para eso vale más la pena tomarse un vaso de agua caliente del grifo, pues oye, tampoco es tan mala idea, durante años mi madre ya fallecida, tenía la costumbre de tomarse un vaso de agua caliente en ayunas, y a renglón seguido, una cucharada sopera de aceite de oliva. Lo cierto es que no recuerdo qué médico le recomendó esta especie de depurativo, porque eso no tiene otras trazas de ser más que eso, un depurativo.
A lo mejor siguió el consejo de alguien que le dijo que eso era lo mejor para el cuerpo, ¡yo que sé!, pero sea quién sea quién le sugiriera esa mezcla, a lo mejor le hizo algún bien. Mi madre era toda una señora de inagotable energía y fuerza, tenía para todo el mundo, ayuda, sugerencias, ideas… no era una mujer cualquiera. Llegué a pensar que aquel “primer café del día que ella hacía”, era un inmunizador contra plagas, ¡ve a saber tú lo que llega a preparar dentro del cuerpo una mezcla balsámica o explosiva como aquella!
En cambio, solo durante los fríos meses de invierno, yo y mi padre que para entonces trabajábamos juntos en el mismo taller mecánico, salíamos de casa, doblábamos la esquina y en el bar Angeleta, nos pedíamos una barrecha, eso es un pequeño vaso de cazalla con coñac barato, oye salíamos de allí que parecíamos Superman sin capa, pero nos daba la gasolina necesaria, para hacer pasar el frio y recorrido hasta el taller. Yo no imaginaba ni de largo que aquello era una bomba para el hígado el estómago que había estado toda la noche reposando, esperando que por la mañana le echaran algo de alimento.
El desayuno llegaba a eso de las nueve y media, veinte minutos para desayunar al lado de la forja de la fábrica, engullendo, no podíamos hacerlo de otro modo, el bocadillo que necesitábamos masticar con cuidado, para una buena digestión. Ya el resto del día, transcurría con toda normalidad dentro que lo entonces se entendía normalidad, la hora de la cena era la mejor, madrugábamos bastante, en consecuencia las cenas eran ligeras y la hora de acostarse temprana, a mucho estirar, a las diez, todo el mundo a la piltra. El trabajo entonces era duro, y más en los talleres donde trabajábamos nosotros, mi padre y yo, los motores eléctricos tenían una gran competencia, pero los nuestros, eran un tanto especiales, llevaban frenos instantáneos.
Cuando un prototipo de estos se comercializaba, todos nos felicitábamos, era un logro común. Mi padre argumentaba que si no tomáramos barrechas, las cosas no hubieran salido tan bien, lo cierto es que con aquel primer café de la mañana, el nuestro me refiero, no nos podríamos haber enfrentado a los desafíos del frio y el trabajo en sí, nos inducía a movernos, como auténticos velociraptores del jurásico.
Extraño a menudo a mi padre, también a nuestros cafés de primera hora de la mañana, ahora no es más que un recuerdo, pero en su día, era el incentivo para echar a andar al trabajo.

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viernes, 16 de octubre de 2015

IDA Y VUELTA

                                                                 IDA Y VUELTA

¿Cómo va a ser el billete, de ida y vuelta o solo de ida?    Solo de ida señorita, luego ya veré.   De acuerdo, entonces a partir de pasado mañana ya lo tendrá disponible en nuestra oficina.   Muy bien, gracias.
Claudio no sabe nada acerca del destino que ha elegido, tampoco sabe, en que condiciones podrá buscarse la vida cuando llegue a Argentina. Ha invertido casi todo cuanto tiene en este viaje, él le llama excursión, quizás para auto convencerse, que es solo un viaje de ojeo. Ha anotado determinadas direcciones de posibles trabajos, trabajos que sabe sobradamente que está capacitado para realizar. Es meteorólogo, también hay que añadir a esto, el master que hizo en su día de volcanología, es más que probable que alguien lo contrate, de hecho en cuanto llegue al hotel que elija, debe llamar a un teléfono para su primer contacto.
Esa es la razón principal, por la que no ha pedido un billete de ida y vuelta, es posible que se quede allí a vivir. La traición a la que le sometió su última chica, lo ha dejado un poco fuera de juego, no sabe que hacer, solo que quiere irse lo más lejos posible, sin dar dirección ni destino. Ni siquiera a los amigos les ha dado la más mínima pista de lo que piensa hacer, sabe que hacer eso, le daría pistas a su hasta entonces, queridísima Maite.
Con el jet lag a cuestas, se ha pasado todo un día durmiendo y además cuando se ha levantado, lo ha hecho cansado, le parece haber estado picando a pico y pala toda una carretera, hay personas que lo llevan mejor que otras, él lo lleva muy mal. A primera hora de la tarde ha llamado al teléfono de contacto que tiene en la agenda del móvil, le contesta una voz femenina que le pregunta con quién está hablando.   Verá vengo de España, vi un anuncio en Internet en el que decía que estaban buscando a un experto en meteorología, además tengo algunos conocimientos sobre vulcanología, creo sinceramente que les podría ser útil.
¿En que hotel se aloja señor…?   Claudio, ¿con quién tengo el placer de hablar?   Con la doctora Florinda, jefa del departamento del estado, del servicio de meteorología.   Un placer doctora, verá usted, como mis recursos son limitados, monetariamente hablando, estoy alojado en el hotel AURORA.   Tiene usted que salir de ahí, esta noche a las siete y media le envío a un chofer, recoja sus cosas, no se preocupe por el pago de la factura, nosotros nos hacemos cargo de todo, el chofer lo llevará donde estoy yo. Hasta esta tarde señor Claudio, no se olvide, a las siete y media.    No se preocupe, la puntualidad es uno de mis fuertes.
A la hora convenida, un hombre que casi no pasaba por la puerta del hotel, vio a Claudio sentado en el vestíbulo leyendo un periódico.   Hola, ¿es usted el señor Claudio? Vestía un pantalón de color melocotón, camisa hawaiana y un sombrero de paja panamá.   Sí señor, ese soy yo, Claudio.   Bien, espere un momento voy a la recepción, enseñó una placa que se sacó del bolsillo de atrás del pantalón y dándose media vuelta se dirigió de nuevo a Claudio.   Sígame por favor, deje, ya llevo yo el equipaje, súbase al Mercedes que hay en la puerta. Claudio estaba perplejo, extrañado de estas maniobras que acababa de ver.   Por favor pase al asiento de atrás, no quiero tener problemas con la doctora. Digamos que es una de las costumbres que tiene cuando voy a recoger a invitados, no le gusta que vayan en el asiento delantero, lo siento.   No pasa nada, ordenes son ordenes si le dan estas pautas hay que seguirlas. No pudo evitar mirar con cierta atención al chofer, se dio cuenta de forma inmediata que llevaba en una cartuchera de sobaco, un revolver. ¡Cojones… sí que va en serio esta gente! El chofer se dio cuenta también del descubrimiento y respondió sin alterarse lo más mínimo…  En determinados sitios de esta ciudad hay que estar atento a todo, por eso voy armado, con licencia de armas claro.
Aquel chofer, o era un suicida o se lo pasaba todo por la funda del cigüeñal no le importaba que los demás conductores le pitaran, o se cagaran en la concha de su madre. Llegamos en poco más de diez minutos a una gran verja, que se abrió de forma automática cuando el chofer tocó el claxon. Pasamos por un paseo de grava flanqueado por grandes árboles, no supe distinguir que especie era aquella, no soy biólogo. Paramos en una entrada lujosa, con dos columnas que sostenían un gran porche. No salió nadie a recibirnos, pero era natural, pensé para mí, allí nadie me conocía. El chofer igual que en el hotel sacó del maleteo mi equipaje y lo dejó bien dispuesto al lado de una habitación junto a una escalera.
Gracias Choncho, es todo por hoy, mete el coche en el garaje y ve a descansar.   A disponer doctora. Cerró la puerta y se presentó ante mí, una mujer joven de unos treinta años. Vestía unos vaqueros bermudas ajustados y una camisa de hombre anudada a la cintura, sin calzado alguno, ni sujetador que impidieran que bailaran sus pechos, me invitó a pasar.   ¿Qué tal viaje has tenido?   ¿A cuál de ellos se refiere usted, al vuelo desde España o al del hotel hasta esta casa? Soltó una tremenda carcajada… ya sé que Choncho es un bruto, pero piense que conduce así porque ha tenido unas cuantas malas experiencias. No puede evitarlo, yo lo quiero mucho, me ha sacado de más de un apuro, por favor no me trates de usted, al fin y al cabo nos dedicamos a la misma profesión, no seas tímido. Imagino que tendrás hambre, ven conmigo y cenemos un poco, yo llevo todo el día trabajando y lo cierto es que, hasta me olvido de comer.
Vamos a hacer una cosa, hoy ni una palabra de trabajo, mañana a las ocho en punto iremos al observatorio, verás lo que allí hacemos, y yo veré que es lo que sabes hacer tú, ¿te parece…?   Perfecto, que así sea. La cena fue opípara, ensalada estilo mediterránea, algo que le extrañó, vinagreras con vinagre español y aceite de oliva, no pudo evitar dejar caer un buen chorro de aquel precioso líquido sobre unas tortas recién hechas, era evidente que en aquella casa tenían servicio, y bueno además, después comieron codornices en escabeche, acompañadas de un puré hecho a base de maíz dulce buenísimo, y de postre frutos del bosque bañados con una salsa agridulce que reforzaba los sabores de aquellas frutas.   Me apetece un helado de vainilla, ¿quieres uno?   Estaría bien, aunque lo cierto, es que ya estoy más que harto.
Dieron un paseo por la propiedad, que no era en absoluto lo que aparentaba desde fuera, desde la calle. En la parte de atrás del jardín, con las luces encendidas, una piscina tremenda con formas redondeadas, daba a un cenáculo medio escondido entre la maleza, hacía calor y parece que Florinda interpretó su deseo de bañarse.   Dentro de un rato, todavía es temprano, nos daremos un chapuzón ¿Qué te parece?   Me parece bien, la temperatura es ideal, pero primero la digestión…   Claro, porque ser precipitados, nos quedan muchas cosas que hacer en los próximos días, suponiendo que tu corricolum corresponda con la realidad, soltó una sonrisa arrancó una pequeña flor que paseo por sus labios y continuaron camino. ¡Ven rápido, quiero enseñarte un lugar que es muy importante para mí! Corría monte arriba como un gamo, a Claudio le costó seguirla, se apoyaba en sus rodillas con las manos para darle más fuerzas a sus rodillas.
Por fin llegó a un pequeño altiplano, la encontró sentada en el suelo y apoyada en un árbol, probablemente con unas cuantas centurias a sus espaldas. Mira bien, ¿habías visto cosa igual en tu vida…?   No, es realmente hermoso, es difícil describirlo tienes razón.   Dentro de poco se va a celebrar la Conferencia de Suelos y Geotécnica aquí mismo en Buenos Aires, entre el quince y el dieciocho de noviembre, se llevará a cabo en esta capital. La última vez que se hizo aquí fue en el 1975, mi padre era uno de los ponentes, hace dos años que murió en Méjico, al pie del cañón, ¡que tozudo era… no daba el brazo a torcer aunque se lo rompieran…! No delegaba en nadie nada de lo que se tenía que hacer, creo que de esa experiencia trabajando con él, yo aprendí lo contrario. Me gusta que los demás aprendan de lo vamos aprendiendo.   Sí señor, eso está muy bien, en el campo de las ciencias creo que es como debe ser.
Me gustaría que participaras conmigo de esa experiencia ¿te gustaría?   Me sentiría muy honrado de poder acompañarte y aprender.   ¡Oye que se nos echa encima la hora del baño!   Tienes razón, el caso es que no sé dónde puse el bañador.   No te preocupes, yo no voy a entrar a casa para buscar el mío. Al llegar a la piscina, se desanudó la camisa y el vaquero, se descalzó, para andar por el jardín se caló unas chinelas de lona, solo un pequeño tanga cubría aquel menudo cuerpo, se dejó caer de pies en la parte más profunda de la piscina, para cuando salió de nuevo a la superficie, acompañada de una gran cantidad de burbujas, Claudio ya se había tirado como un auténtico nadador profesional desde el otro extremo, dando brazadas, sus pies parecían una hélice de motor.
¡Ha…, no hay nada como un baño como este al final del día!   Nadas muy bien Claudio, la verdad es que estoy sorprendida, me tienes que enseñar así, a mí solo se me da medianamente nadar como las ranas, pero sin meter la cabeza en el agua, eso me da un miedo horroroso.   Son los miedos lo que deben vencerse primero, tener una buena predisposición al aprendizaje.
No sentía aparentemente ningún pudor en enseñar los pechos, Claudio se imaginaba que eran gentes del Nuevo Mundo, cuando Colón llegó a esas tierras, todo el mundo iba en pelotas. Se equivocaba en cuanto a Florinda, a su edad ya había recorrido medio mundo, o más quizás. Cuando salieron de la piscina, alguien había dejado albornoces sobre unas tumbonas, era evidente a quién correspondía la medida de cada cual.   Bueno Claudio, ahora ya es hora de retirarse a descansar, ven conmigo te enseñaré cuál es tu habitación.
Su equipaje no estaba en el lugar donde Choncho lo dejó al bajar del coche, eso le hizo pensar que ya le tenían destinada una habitación. Acertó, sobre una gran banqueta antigua estaban sus cosas.   Que tengas buenas noches, ha sido un placer conocerte.  El placer ha sido mío, gracias por todo, por la cena, por tu hospitalidad y el baño, todo ha sido estupendo.   Claudio durmió como un bebé, Florinda llamó a su puerta… Venga dormilón que van a dar las siete, dentro de veinte minutos nos vamos. Saltó de la cama y fue directamente a la ducha, dejaba salir el agua a toda presión, se despejó en un minuto, se vistió y bajó a la cocina, dos mujeres, madre e hija ya estaban preparando los platos que debían llevarse al observatorio, eso significaba que no bajarían de allí en todo el día. Choncho lo metió todo de forma perfectamente empaquetado en el cofre del Jeep Wrangler y derrapando las ruedas, Florinda pisó a fondo el gas.
Pronto dejaron de lado la carretera y se adentraron en un bosque, Claudio no salía de su estupor, pudo ver, porque no era el que conducía, serpientes, a los lados del río que comenzaban a cruzar hasta salpicarse las botas, se desperezaban caimanes, bandadas de loros y cacatúas los sobrevolaban, después todo era monte vacío de toda clase de vida. De una pequeña cabaña prefabricada salió un soldado, el camino estaba vallado, les pidió la identificación y levantaron la valla. ¡Caramba con las medidas de seguridad…! soltó Claudio, que se mordió la mejilla al querer hablar con el traqueteo del todo camino.   El observatorio no es propiedad del estado, es propiedad de un conglomerado de fondos de universidades de toda latino América, hay que cuidarse de los ladrones.
Comenzaron a sincronizarse las cuatro ruedas, y aquel auto se agarró al suelo por el que circulaba, cual si fuera una oruga, Florinda fue dando volantazos a derecha e izquierda con el fin de evitar lo peor de las resbaladizas rocas mojadas por la brisa de la madrugada. Por fin llegaron a la puerta del observatorio. Llamó dos veces a intervalos y luego dio un golpe más fuerte.  Abre Camilo, soy Florinda. No presentó a Claudio, no hacía falta, el tal Camilo se pasaba toda la jornada en la puerta, en el mismo instante que ellos entraron él salió al campo. En la misma entrada, una escalera metálica que derivaba en dos diferentes direcciones, unas subían y otras bajaban a una parte inferior, aquello era inmenso. Siete personas trabajaban mirando cosas, poniendo toda su atención en los microscopios con lentes Olimpus.
A su paso, la doctora Florinda saludaba uno a uno a sus colaboradores, unos saludaban de palabra, otros simplemente levantaban el brazo al verla pasar. Claudio tú trabajarás aquí en esta mesa, los ordenadores son portátiles como verás, nos van muy bien para hacer estudios de campo, aquí tienes ya algunas previsiones que nos llegaron ayer por la mañana, estúdialas y me dices a que conclusiones has llegado.   Vaya, ya estoy en plena fase de pruebas, ¡venga Claudio que de esto sabes un rato largo! Al cabo de media jornada, cuando hicieron una parada fuera de aquel bunker para reponer fuerzas, Claudio ya tenía información que pasar a Florinda. Comieron e hicieron las presentaciones de modo más normal, un hombre algo mayor le preguntó si lo habían contratado. Lo cierto es, que estoy en una especie de estado de prueba, veremos a ver.   Ese asunto no debería preocuparte ¿no te parece Elías? Está aquí bajo mi responsabilidad, es cosa mía decidir quién se va y quién se queda ¿no te parece?, no olvides que tú también estás con un contrato temporal.   Tiene usted razón, disculpe doctora.
Claudio trataba a Florinda de doctora delante de los demás.   Doctora, cuando tenga un momento me gustaría que se acercara usted aquí, hay algo que me gustaría que viera.  Voy en un momento… colgó el teléfono y tomó unas notas en un cuaderno de piel.   ¿Qué hay…?  Fíjese en la parte inferior de estas cuadrículas, más abajo de donde se juntan Atlántico y Pacífico, está casi fuera de nuestro alcance, pero eso… es tremendo.   Tienes razón, El Niño llega de forma anticipada y además revoltoso, ¡madre del cielo!   Escuchen todos, centren su atención en las cartas que tenemos de la vecina Chile, zona sur del país, de ayer a hoy se han producido unos cambios que no son los normales para este tiempo, estoy segura que allí deben de haberse dado cuenta del tema pero hay que advertirlos, está rotando al revés, y eso no es nada normal, al trabajo señores.  Venga a mi despacho Claudio quiero hablar con usted.  ¿Cómo se te ha ocurrido dirigir la mirada ahí?   Todo lo que afecta a la Tierra viene del mar ¿no es eso? Pues me he limitado a inspeccionar los peligros y sorpresas que a menudo llegan del mar, al fin de cuentas, estamos rodeados por el cuarenta y cinco de agua, ha sido fácil, en la universidad me enseñaron, que ha causa del calentamiento global, el peligro llega del mar, crece milímetro a milímetro y eso… nos tiene que afectar de una forma u otra.
Esta vez la costa Atlántica está en serio peligro, dijo Florinda, mucho más que la zona del Pacífico. Bien hecho Claudio, vuelve a tu lugar y sigue averiguando, lo que tengas que decirme a partir de ahora sobre este particular, ven y dímelo a mí personalmente.   Yo sabía que aquello, el fenómeno natural que se estaba gestando, no era un acontecimiento normal como el que cada año se espera que suceda por el fenómeno de El Niño, iba in crescendo, se magnificaba cada dos o tres horas que pasaban. No es extraño deducir que la gente del observatorio comenzó a preocuparse seriamente, siguieron los comentarios del desastre que esto causaría.
Mientras siguen ustedes cuchicheando, dejan las cosas más importantes al amparo de la suerte, podemos salvar vidas, si nos concentramos en hacer nuestro trabajo con la máxima concentración posible, ¿estamos de acuerdo todos en esto, o hay alguna sugerencia que deba escuchar de alguien? Doctora, entro dentro, dijo Camilo porque ahí afuera se está poniendo el tiempo muy raro, se ha puesto a llover o algo por el estilo.   ¿Cómo que algo por el estilo…?   Salga usted y véalo usted misma. Florinda notó al salir de la estación que el tiempo no era nada habitual, una ráfaga de viento la dejó sentada en el suelo, Camilo la levantó cogiéndola por debajo de las axilas.   Entremos dentro, saltó por la baranda de la escalera que la llevaba a su despacho y descolgó el teléfono.
Claudio no pudo saber con quien hablaba, esta vez cerró la puerta de su despacho a diferencia de otras ocasiones en las que la puerta acristalada, siempre estaba abierta. Solo pudo adivinar que hablaba con una mujer, tenía cara de preocupación y no paraba de hacerle preguntas.
¿Otra meteoróloga…? Preguntó sin malicia alguna a Florinda.   No, estaba hablando con mi amante que está de vuelta de Hawai, necesito que me de determinadas opiniones, está formada en Harvard y conoce mucho mejor que yo estos fenómenos, además la necesito a mi lado, no hay cosa peor que tener lejos a la persona que amas cuando estás en una circunstancia de máximo stress.   Ya, lo imagino, yo también me he sentido así muchas veces, con la diferencia de que ella, nunca supo comprender la presión a la que estaba sometido. Supongo que eso le pasa a toda la gente de una forma u otra.
Eres una mujer fantástica Florinda, te envidio con una envidia sana, al saber que tienes a alguien a quién amas, y que dicho sea de paso, te preocupas por ella, eso es lo más hermoso del mundo. Al cabo de un mes, pasadas ya las alertas que afectaban sobre todo a Chile con aquel fenómeno, mal llamado El niño, Claudio llamó al aeropuerto he hizo una reserva de vuelo de vuelta a España. Florinda le dio dinero para que pudiera  hacer el viaje a su manera, en Madrid alquiló un automóvil hasta Santander, allí tenía a un amigo de universidad, con quién siempre mantuvieron una buena relación de amistad. Desde entonces nunca dejó de llamar a Florinda para interesarse por su salud.
¿Qué te parece Josechu?, lo que tenía que ser mi destino, según creía yo, ahora se ha convertido en un sueño que nunca puedo olvidar, ¡que necedad…!

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