DESDE LA IGNORANCIA
Se
pueden hacer cosas buenas y cosas no tan buenas, te puedes dejar manipular y
hasta que te embolsen como las alas de pollo que venden en el súper, o que
tomes una decisión de la que ya no puedas echarte atrás, porque has aprobado,
te has dejado dirigir, los demás han decidido por ti.
Ser
ignorante no es obligadamente malo, los más ignorantes pueden tener toda una
serie de argumentos que sean tan válidos, como los del más grande sabio que uno
pudiera imaginar. La ignorancia es simplemente relativa, ¿Qué es lo más necesario
saber? ¿Hace falta saber leer para ser una persona inteligente? ¿Qué es lo que
necesitamos que sea imprescindible para vivir con dignidad?
Cualidades,
cualidades que aunque vienen descritas en los libros, muchos de ellos de
autoayuda, no nos revelan lo que para muchos es la clave de la sabiduría. Esta
se manifiesta en nuestro comportamiento, en nuestro trato con el prójimo, en la
observación de la naturaleza, en el aprecio de los animales, sean estos grandes
o pequeños. Hay quién dice que sin moscas viviríamos mejor, pero no se paran a
pensar en el gran beneficio que nos hacen a los humanos, quién dice las moscas
dice las abejas, son junto a otros muchos otros insectos y pequeños pájaros,
los que polinizan las plantas para nuestra supervivencia.
Desde
mi propia ignorancia sobre estos temas, no soy biólogo ni tengo carrera alguna,
entiendo lo que veo, y eso es lo que precisamente me hace ser cauto, observador
y sobre todo seguir educando la humildad, que a todos nos conviene tanto tener
para seguir vivos.
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