sábado, 10 de octubre de 2015

AQUELLA CANCIÓN...

                                                            AQUELLA CANCIÓN…

Las canciones, ante todo en lo que tenían que ver con determinadas cosas que nos han sucedido en la vida, han sido nuestras canciones. Recuerdo como si hubiera sucedido ayer, que estaba perdidamente enamorado de una amiga que surgió del desapasionamiento que en ese momento sentía estando casado. Le dije por teléfono…  Hola, ¿me conoces…?  Claro cómo no.  Escucha esta canción que tengo puesta en mi equipo de música y luego hablamos.  De acuerdo.  Subí el volumen del aparato, y estuvimos ambos durante un espacio de unos tres minutos, una canción de Gary Moore que llevaba por título “Parisienne Walkwais”, los gemidos que este gran músico le arrancaba a su guitarra, nos conmovieron a los dos.  Le dije que sería nuestra canción, una identificación de nuestro reencuentro.
Desde aquel momento estuvimos viéndonos frecuentemente, y resonaba en nuestros oídos aquella canción cada vez que nos veíamos, incluso la tarareábamos juntos de vez en cuando. En otros casos, he tenido la oportunidad de echar mano de muchas canciones, que han sido como un nexo que ha servido de contraseña, en mitad de toda una multitud de personas extrañas. La música ha significado mucho para mí, desde muy joven me esforzaba en comprar discos ya fueran singles o long plays con el fin de enseñarlos a los amigos, que vinieran a escucharlos a mi casa, mis padre tenía un buen aparato de música de alta fidelidad, a mi madre no le gustaba que la casa estuviera siempre llena de gente, que venía únicamente a escuchar música, y picar alguna cosa con el volumen del aparato de música a toda leche.
Alguna que otra amiga nos decía que les gustaba aquel cantante, el ritmo de determinada canción, la letra. Yo les decía entonces… No te preocupes, si te gusta esta canción, la semana próxima te regalo el disco. Esto la comprometía conmigo aunque fuera de manera transitoria, ya me estaba bien, salíamos a pasear y si podía, hacía que el paseo fuera bien largo, o bien que se repitiera de nuevo.
¡Aquellas canciones…! Cuantas satisfacciones me han traído a través de la vida, y también, cuantos disgustos, alguna que otra vez.

                                                             --------------------------




No hay comentarios:

Publicar un comentario