NO SE PUEDE HUIR
Es
imposible, se puede, es más se debe huir de las peleas, discusiones que no
llevan a nada, protegerse de tormentas, de volcanes en erupción. Pero no se
puede huir del pasado, de las cosas que uno ha perdido por el camino, de circunstancias
que de forma improvisada te llegan y te pueden consumir.
He
tenido la suerte de poder hacer frente a
estas situaciones, no a todas está claro, algunas veces pierdes. Cuando llevas
una vida tranquila, normalmente no tienes motivos para huir de nada ni nadie,
pero reconozco que a veces, estas situaciones no son las más frecuentes. Los
seres humanos somos inquietos, demasiado valientes si es que ésta es la palabra
adecuada, nos atrevemos con todo y eso nos hace que estemos confiados.
Va
a caracteres, algunas personas nacen ya con la desconfianza marcada en los
genes, otros en cambio, es a fuerza de pasar por experiencias dolorosas que
aprendemos. Unas veces la causa es el amor lo que nos pierde, amamos demasiado,
todo lo que nos rodea nos parece que debe ser amado, desde una mujer a un lugar
en concreto.
Bien,
pues es con el tiempo, que nos damos cuenta que estamos equivocados, y cuando
queremos huir de estas situaciones en concreto, nos damos cuenta que ya no
estamos a tiempo de huir. Tampoco queremos hacer frente a las consecuencias,
nos perjudican, y eso, no le gusta a nadie. Bien pudiera ser, que no sopesamos
con suficiente discernimiento en qué nos hemos metido, nos volvemos recelosos,
pero en el fondo, no va con nosotros ser así, de forma que nos volvemos en
personas que huimos, sin saber bien, donde vamos.
Es
lamentable llegar a esta situación, perdemos la potencia necesaria para poder
decidir, y con ella, la confianza en nosotros mismos.
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