domingo, 4 de octubre de 2015

IMPERDONABLE

                                                                IMPERDONABLE

Se escucha esta palabra con demasiada frecuencia, imperdonable, la usamos como el papel de cocina que sirve para limpiar y luego se desecha como un pequeño elemento del que ya no nos vamos a servir. Pero el caso es, que al cabo de poco, necesitamos de nuevo otra porción de papel, para limpiar cualquier otra cosa que se nos ha derramado.
Así es como a nivel humano a veces hacemos las cosas, decimos algo sin sentido o con un sentimiento de certeza, y el resultado es que, ofendemos sin querer a quién tenemos a nuestro lado. ¿Es acaso eso imperdonable? No hay nada que no se pueda perdonar en la vida, hasta las ofensas más graves que se puedan verter sobre alguien tienen que poderse perdonar, el no hacerlo, nos abocaría a nuestro propio fracaso como seres humanos. El perdón es la base de la convivencia humana, una de ellas, desde padres hacia hijos e hijos hacia padres, pasando por un amplio círculo de personas que transitan a nuestro alrededor.
¿Qué sería de nuestros trabajos, si no se nos perdonaran fallos que se cometen con más o menos frecuencia? La vida la veo, como un mero trabajo mucho más complejo de lo que a simple vista se ve, necesitamos ser perdonados y en contrapartida, saber perdonar. Hacerlo con altruismo y de corazón, de otro modo todo nuestro sistema, se vendría abajo, nuestro sistema humanísticamente hablando. Si por el motivo que sea, a alguien se le hace insostenible determinada situación, hay que parlamentar, buscar el punto de flexión para que el perdón se desarrolle con altruismo. Si por el contrario, se quiere dejar a esa persona por determinadas circunstancias que posiblemente ella solo conoce, y que la inquietan hasta el punto de hacer que se continúe la relación, debe decidir después de hablar y terminar sean cuales sean las consecuencias.
Aquel que determina que determinada circunstancia que le ha afectado hasta el punto de que no puede perdonar… tiene un serio problema, no cabe en la sociedad humana, no siempre le van a estar perdonando a él  todo cuanto hace y dice, “un bocazas con mal talento”, decía un amigo mío de esta clase de personas. El perdón es una de esas cualidades que enriquece a la persona, la adorna con un hado de sinceridad, que siempre se manifestará.
El perdón no nace con nosotros, hay que cultivarlo, abonar y regar con frecuencia, solo de ese modo, a base de practicarlo cuando crece, nos asiste, hace que lo imperdonable pase a un segundo término en la vida. Es lo más importante que tenemos, la vida, ¿por qué desperdiciarla haciendo un uso indebido de las tremendas cualidades que tenemos a nuestro alcance?

                                                          --------------------------------


No hay comentarios:

Publicar un comentario