IMPERDONABLE
Se
escucha esta palabra con demasiada frecuencia, imperdonable, la usamos como el
papel de cocina que sirve para limpiar y luego se desecha como un pequeño
elemento del que ya no nos vamos a servir. Pero el caso es, que al cabo de
poco, necesitamos de nuevo otra porción de papel, para limpiar cualquier otra
cosa que se nos ha derramado.
Así
es como a nivel humano a veces hacemos las cosas, decimos algo sin sentido o
con un sentimiento de certeza, y el resultado es que, ofendemos sin querer a
quién tenemos a nuestro lado. ¿Es acaso eso imperdonable? No hay nada que no se
pueda perdonar en la vida, hasta las ofensas más graves que se puedan verter sobre
alguien tienen que poderse perdonar, el no hacerlo, nos abocaría a nuestro
propio fracaso como seres humanos. El perdón es la base de la convivencia
humana, una de ellas, desde padres hacia hijos e hijos hacia padres, pasando
por un amplio círculo de personas que transitan a nuestro alrededor.
¿Qué
sería de nuestros trabajos, si no se nos perdonaran fallos que se cometen con
más o menos frecuencia? La vida la veo, como un mero trabajo mucho más complejo
de lo que a simple vista se ve, necesitamos ser perdonados y en contrapartida,
saber perdonar. Hacerlo con altruismo y de corazón, de otro modo todo nuestro
sistema, se vendría abajo, nuestro sistema humanísticamente hablando. Si por el
motivo que sea, a alguien se le hace insostenible determinada situación, hay
que parlamentar, buscar el punto de flexión para que el perdón se desarrolle
con altruismo. Si por el contrario, se quiere dejar a esa persona por
determinadas circunstancias que posiblemente ella solo conoce, y que la inquietan
hasta el punto de hacer que se continúe la relación, debe decidir después de
hablar y terminar sean cuales sean las consecuencias.
Aquel
que determina que determinada circunstancia que le ha afectado hasta el punto
de que no puede perdonar… tiene un serio problema, no cabe en la sociedad
humana, no siempre le van a estar perdonando a él todo cuanto hace y dice, “un bocazas con mal
talento”, decía un amigo mío de esta clase de personas. El perdón es una de
esas cualidades que enriquece a la persona, la adorna con un hado de sinceridad,
que siempre se manifestará.
El
perdón no nace con nosotros, hay que cultivarlo, abonar y regar con frecuencia,
solo de ese modo, a base de practicarlo cuando crece, nos asiste, hace que lo
imperdonable pase a un segundo término en la vida. Es lo más importante que
tenemos, la vida, ¿por qué desperdiciarla haciendo un uso indebido de las
tremendas cualidades que tenemos a nuestro alcance?
--------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario