CUANDO LAS FUERZAS TE
ABANDONEN
¡Cuántas
razones diferentes hay para que eso nos suceda a cualquiera de nosotros…! Queremos
llegar a muchos lugares, hacer tres o cuatro cosas a la vez; y sin darnos
cuenta cuando llegamos a casa, resulta que solo pudimos hacer solo la mitad.
Miramos al cielo y nos maldecimos, no llegamos a la meta, parece a simple vista
que eso solo nos pasa a nosotros, puede que porque tenemos un cargo importante
dentro de la sociedad. Sin embargo, en ocasiones no nos paramos a pensar que es
solo asunto de mala planificación, que se puede interpretar como precipitación
a la hora de hacer planes.
Si
eso pasa en más de una ocasión, hay que pararse a pensar, recapacitar qué es lo
que ha podido hacerse mal, y daremos con la solución para corregirlo. No se
deben pasar por alto detalles que son esenciales, pedir ayuda de alguien más experimentado
es también una buena opción. Lo mismo que cuando uno no sabe que le pasa, que
su salud no mejora, vamos a un médico, hay personas que nos pueden ayudar a
analizar nuestra vida, planes y objetivos diarios.
En
el caso de la medicina, nos rectan cosas que la mayoría de las veces no
logramos comprender, pero mira tú por donde, poco a poco, ese dolor va
desapareciendo, se mitiga y de paso, pasamos a tener costumbres de comidas más
saludables, que contribuyen a que se termine con la enfermedad. Sé que muchos
no tengan demasiada confianza en los médicos, la razón principal es a menudo,
que “cada maestrillo tiene su librillo”, como reza el dicho, y claro, puede que
llegue a desconfiar de determinados medicamentos. A mí me ha pasado eso algunas
veces, pero no permito que las distintas opiniones de ellos me venzan, me
impongo curarme, a ser posible lo más rápidamente posible.
Obligatoriamente
cuando estás enfermo, tienes que pasar por esos pasos, no hay otra solución
posible, cuando estás metido durante años, dentro de este ciclo de exámenes y
revisiones, analíticas y obviamente, las consecuencias que pueden traer estas. Solo
cuando las fuerzas te abandonan del todo, cuando ya no puedes más, cuando
dependes de terceras personas, es cuando muchos tiran la toalla al rin. Aun
así, se puede seguir luchando por seguir siendo una persona luchadora, no hay
nada que el ser humano no pueda hacer si tiene la voluntad de llevarlo a cabo.
Me
lo enseñó una persona amada en su lecho de muerte, su corazón luchaba a cada
instante para sobreponerse, con una voluntad de acero, el simple deseo de
vivir. Cuando eso pasa, cuando las fuerzas nos abandonan, nuestro espíritu se
pone a gritar por dentro, ese milagroso conjunto de arterias, venas, fibras,
órganos vitales se quejan, y el cuerpo entero comienza a alterarse, aunque el
corazón nos dice que todavía puede funcionar, hasta que este músculo no deja
ser alimentado por la sangre necesaria, hay esperanza.
Las
fuerzas no nos dejan solos jamás, el cuerpo humano está preparado para
sobrevivir, para defenderse de los ataques externos, estamos equipados con la
mejor armadura que jamás se haya construido. Hay que apreciarla en la medida
que vale, costó treinta y seis semanas que se formara en el seno de la madre,
ella sufrió lo suyo para traernos al mundo, pero cuando salimos de nuestro
envoltorio dentro de sus entrañas, nos cuidó, nos alimentó y nos hizo personas
fuertes, con el único propósito de que llegáramos a determinadas metas en la
vida.
Dejarnos
vencer sin luchar por los problemas que tenemos en la vida, sería despreciar de
alguna forma, todo lo que nuestros padres han hecho por nosotros. No podemos
dejar que las fuerzas nos abandonen, eso jamás.
----------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario