viernes, 9 de octubre de 2015

CUANDO LAS FUERZAS TE ABANDONEN

                                               CUANDO LAS FUERZAS TE ABANDONEN

¡Cuántas razones diferentes hay para que eso nos suceda a cualquiera de nosotros…! Queremos llegar a muchos lugares, hacer tres o cuatro cosas a la vez; y sin darnos cuenta cuando llegamos a casa, resulta que solo pudimos hacer solo la mitad. Miramos al cielo y nos maldecimos, no llegamos a la meta, parece a simple vista que eso solo nos pasa a nosotros, puede que porque tenemos un cargo importante dentro de la sociedad. Sin embargo, en ocasiones no nos paramos a pensar que es solo asunto de mala planificación, que se puede interpretar como precipitación a la hora de hacer planes.
Si eso pasa en más de una ocasión, hay que pararse a pensar, recapacitar qué es lo que ha podido hacerse mal, y daremos con la solución para corregirlo. No se deben pasar por alto detalles que son esenciales, pedir ayuda de alguien más experimentado es también una buena opción. Lo mismo que cuando uno no sabe que le pasa, que su salud no mejora, vamos a un médico, hay personas que nos pueden ayudar a analizar nuestra vida, planes y objetivos diarios.
En el caso de la medicina, nos rectan cosas que la mayoría de las veces no logramos comprender, pero mira tú por donde, poco a poco, ese dolor va desapareciendo, se mitiga y de paso, pasamos a tener costumbres de comidas más saludables, que contribuyen a que se termine con la enfermedad. Sé que muchos no tengan demasiada confianza en los médicos, la razón principal es a menudo, que “cada maestrillo tiene su librillo”, como reza el dicho, y claro, puede que llegue a desconfiar de determinados medicamentos. A mí me ha pasado eso algunas veces, pero no permito que las distintas opiniones de ellos me venzan, me impongo curarme, a ser posible lo más rápidamente posible.
Obligatoriamente cuando estás enfermo, tienes que pasar por esos pasos, no hay otra solución posible, cuando estás metido durante años, dentro de este ciclo de exámenes y revisiones, analíticas y obviamente, las consecuencias que pueden traer estas. Solo cuando las fuerzas te abandonan del todo, cuando ya no puedes más, cuando dependes de terceras personas, es cuando muchos tiran la toalla al rin. Aun así, se puede seguir luchando por seguir siendo una persona luchadora, no hay nada que el ser humano no pueda hacer si tiene la voluntad de llevarlo a cabo.
Me lo enseñó una persona amada en su lecho de muerte, su corazón luchaba a cada instante para sobreponerse, con una voluntad de acero, el simple deseo de vivir. Cuando eso pasa, cuando las fuerzas nos abandonan, nuestro espíritu se pone a gritar por dentro, ese milagroso conjunto de arterias, venas, fibras, órganos vitales se quejan, y el cuerpo entero comienza a alterarse, aunque el corazón nos dice que todavía puede funcionar, hasta que este músculo no deja ser alimentado por la sangre necesaria, hay esperanza.
Las fuerzas no nos dejan solos jamás, el cuerpo humano está preparado para sobrevivir, para defenderse de los ataques externos, estamos equipados con la mejor armadura que jamás se haya construido. Hay que apreciarla en la medida que vale, costó treinta y seis semanas que se formara en el seno de la madre, ella sufrió lo suyo para traernos al mundo, pero cuando salimos de nuestro envoltorio dentro de sus entrañas, nos cuidó, nos alimentó y nos hizo personas fuertes, con el único propósito de que llegáramos a determinadas metas en la vida.
Dejarnos vencer sin luchar por los problemas que tenemos en la vida, sería despreciar de alguna forma, todo lo que nuestros padres han hecho por nosotros. No podemos dejar que las fuerzas nos abandonen, eso jamás.


                                                                ----------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario