domingo, 18 de octubre de 2015

SEISCIENTOS EUROS PARA SEIS PERSONAS

                                      SEISCIENTOS EUROS AL MES PARA SEIS PERSONAS

¡He cuidado que seiscientos euros en los tiempos que corren, pueden ser mucha pasta para según quién…! Pero desgraciadamente, para Vicente y su esposa e hijos, no son más que mera chatarra. Se comprende que en su día con el trabajo que tenía, y lo que aportaba su mujer dando clases de inglés, adquirieran una casa que salió a subasta en el banco con el que trabajaban, y la disfrutaran durante cuatro años. Pero a veces lo bueno se acaba pronto, cuatro años pasan volando, es lo que precisamente les pasó a ellos, pasaron por una etapa de negociación con el banco, el director le dio a entender a Vicente, que no estaba en su mano hacer nada que impidiera que les quitaran la casa.
Los protocolos de la banca son así Vicente, ni yo siquiera los puedo pasar por alto, trataré de hacer unas llamadas y te contesto en tres o cuatro días. Al banco no le interesa desahuciar a una familia de una casa que ya ha salido a subasta, puede que se pueda llegar a algún acuerdo, de un alquiler social.   ¡A ver que puedes hacer hombre, estoy en una situación un tanto desesperada, si no fuera así, no vendría a rogarte algún arreglo!   Bueno, no desesperes, verás como algo se arregla.
El arreglo llegó en forma de una carta, que explícitamente decía, que tenían que abandonar la vivienda en el plazo de un mes. Herminia comenzó a preparar cajas que recogía de tiendas y comercios cercanos, seleccionaba las prendas de ropa necesarias, y les dijo a sus hijos que se iban a vivir a un lugar más divertido y amplio. Los niños, todos ellos pequeños relativamente, se lo tomaron como una diversión.
Mientras tanto, Vicente, se puso como otras miles de personas a buscar entre los contenedores, algo que le pudiera ser útil, para vender a un precio razonable a los chatarreros. Hasta que le llegara la carta aprobación de los seiscientos euros de ayuda de estado, no le quedaba otra más que esperar, y como casi todo el mundo en una situación parecida… El que espera desespera. Pero el cariño parece renacer en situaciones de penuria y desaliento, Vicente y Herminia estaban más unidos que nunca.
Aun así, cuando les llegó la aprobación de esa mesada, que no ascendía más que a seiscientos euros, no les quedó otro remedio, que mudarse a casa de los padres de Herminia. Eso fue un golpe fatal para ambos, los ancianos no permitieron jamás intromisiones en sus vidas y en consecuencia en su casa. Fue el abuelo el que puso las reglas, como si su hija y Vicente, fueran dos adolescentes que se tenían que someter a la voluntad de unos padres que los consideraran meros colegiales.
Un pueblo, en el que apenas había trabajo, más que a la hora de recoger la hierba que se reservaba para los animales en tiempo de escasez. Herminia pronto dejó la casa como los chorros del oro, pero su madre no le permitía salir a trabajar.   Cuida de tus hijos, eso es lo que tienes que hacer, nada más, eso y la comida.
Con seiscientos euros para seis personas, o vives así o transiges a todos los argumentos que se te pongan por delante.

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