sábado, 24 de octubre de 2015

MAMÁ, QUIERO SER BOMBERO

                                                         MAMÁ, QUIERO SER BOMBERO

Nada, que el niño parece que nos quiere tocar lo que no suena, con el tema de ser bombero.   Déjalo mujer, todavía no sabe lo que quiere, ¿quién te dice a ti que en realidad lo que quiere es ser médico…?    Pues creo que lo diría ¿no?, el caso es que siempre que puede, le dice a los amigos que él, será bombero.   Bueno… ¿y que es lo que tiene de malo este oficio?   Nada, solo que es muy peligroso, lo que pasa es que no nos enteramos de los bomberos que se mueren.   ¡Venga mujer no seas alarmista!, se mueren como en todos los oficios del mundo, siempre son un pequeño porcentaje…   Habla un día con él Emilio… ¿Qué te cuesta querido?   Vale mañana me lo llevo de paseo y hablamos, que lo considero una tontería pero con tal de complacerte, lo haré.
Manolito ya no es Manolito, ahora es Manuel, un joven bastante alto, atlético y muy fuerte. Va a diario a correr al circuito de su ciudad, y se ha hecho socio de un gimnasio, unos compañeros suyos, que aspiran a ser bomberos como él, se ríen de un par de chicas que también se entrenan con el mismo fin, ser bomberas. En los cuatrocientos metros cronometrados los pillan a todos menos a Manolo, casi no le ve mover los pies del suelo cuando coge su velocidad máxima. Suben en el gimnasio la cuerda de nudos haciendo la plancha, que obligan a todos a admirarlas, en esto Manuel no es tan bueno. Tengo que superarme, no me jodas, que dos mujeres puedan  hacer esto mejor que yo es inadmisible. Cuando trepan hasta arriba de la cuerda, dan media vuelta al cuerpo y descienden boca abajo sujetando la cuerda con las piernas.
¡Me cago en todo…! Estas te pegan un gancho y te dejan seco tío, ¿has visto la fuerza que tienen en los brazos? Sí, y en las piernas, te pillan el pescuezo con ellas y te tronchan. Manolo siente el impulso de hablar con ellas, especialmente con la morena, una hermosa chica, esbelta, con el cabello corto, tiene unas piernas larguísimas y dedos de pianista, largos y delgados.    Hola ¿Qué tal? Me he estado fijando en vuestros ejercicios, me he quedado con la boca abierta, parece mentira que un ser humano pueda hacer un derroche de fuerza como la vuestra, mi nombre es Manuel, si algún día queréis que entrenemos juntos me lo decís, creo que aprendería mucho de vosotras dos.
¿Lo dices en serio…?   Absolutamente en serio, no tengo otra intención más que llegar a ser un buen bombero.   ¿Es que los hay malos?   No, no he querido decir eso, pero si te preparas con la gente que intenta superarse a diario, siempre tienes más posibilidades de éxito ¿no crees? La chica rubia no mueve ni un músculo de la cara, mientras se termina de poner la chaqueta del chándal.   Te espero fuera Olga.   Vale, salgo enseguida cariño, ya puedes arrancar el coche, salgo en un minuto.
Manuel ha tenido que esperar dos días en volverlas a ver, hasta el exbombero que los entrena sin interés alguno, se extraña. Claudio, le había preguntado al entrenador, ¿sabes algo de las chicas?, se limitó a encogerse de hombros y abrir los brazos, en señal de no saber nada. Por la tarde, aparecieron las dos sonriendo, cogidas de la mano, entraron en el vestuario de las mujeres y fuera, los hombres no entendían que era aquel barullo que se oía al otro lado de la puerta. Al salir al gimnasio, Olga le hizo un gesto a Manuel para que se acercase, él se movió como accionado por un muelle que lo llevara hasta ella.   Puedes entrenar con nosotras, vamos a ver si sigues el ritmo, hoy venimos con muchas ganas, hay que desentumecerse un poco, vamos a hacer los estiramientos habituales antes de hacer nada, ¿te parece?    Claro, es lo normal, vamos allá. Parecían puñeteras bailarinas de valet clásico, sobre el suelo, abrían las piernas hasta ponerlas en horizontal con los hombros echados hacia atrás. Si hago esto me dejo las pelotas, voy a intentar hacerlo pero hasta donde me alcancen las fuerzas, como este estiramiento hubo otros parecidos que le parecía a él que lo querían dejar fuera.   ¡Venga hombre… estira hasta que te duela el alma, después nos lo agradecerás!    Es que las mujeres sois mucho más flexibles que los hombres, estáis hechas diferentes.    ¡Vaya sorpresa…! Claro que sí, nosotras estamos hechas para poder parir y vosotros no, ¿no te fastidia…? Mi mujer dice, que los hombres podéis hacer muchas cosas, pero que nosotras podemos hacer lo mismo que vosotros y un poco más. La única diferencia, es que no se nos valora lo suficiente, ni se nos paga igual, eso está más que claro. 
Disculpa Olga, ¿has dicho tú mujer verdad?   Sí, nos casamos anteayer, fue un acontecimiento íntimo, solo asistieron las familias de las dos.   Felicidades pues, os deseo lo mejor de todo  corazón.
Esa circunstancia hizo que los tres hayan llegado a ser muy buenos amigos, a la misma vez que los alejaba del resto de tíos duros de la academia de bomberos. Los tres se graduaron en la misma promoción, esa misma noche cenaron juntos. Bien pensado, y a raíz de esta circunstancia que acabo de narrar, por favor, dejad que vuestros hijos sueñen y elijan su camino, da lo mismo que quieran ser marineros, boxeadores, soldados o alquimistas, ¿Qué más da si con ello, cumplen sus sueños, y continúan siendo para todos buena gente?
No olvidemos que también hacen falta, basureros y dentistas, banqueros y policías. Ningún oficio es desdeñable si con ello, se cumple un propósito dentro de la sociedad.


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