HE CAÍDO HASTA EL VALLE PROFUNDO
He
recorrido una gran distancia hasta llegar a este vasto valle lleno de vida, a
pesar de no aparentar vida alguna desde cierta perspectiva, parece que ese
valle es secreto todavía para muchos de
los que conozco, no lo saben ubicar a pesar de precisarles el lugar y el
entorno.
A
menudo el tener determinadas pistas sobre los lugares, algunas pistas notorias,
pueden hacer que alguno de ellos diga de
pronto… ¡¡¡ Haaa hombre ya sé dónde está, una vez pasamos por ahí cuando fuimos
a visitar a unos primos que tenían una finca de naranjas!!! Pero era un poco
oscuro, casi de noche y no se podía ver casi nada. Ahora la gente sale a otros
lugares a disfrutar de los fines de semana y los momentos de ocio, no les
interesan los sitios especiales, los profundos valles donde el silencio es el rey y señor de todo lo que es capaz de
dominar con su larga vista.
En
cambio, en determinados momentos, e ruido se hace presente y cual si fuera un
reloj de precisión, marca los compases de las tareas cotidianas. Solo es eso
ese valle, un lugar donde el tiempo pasa, de modo diferente, y creo firmemente,
que eso debe de seguir siendo así. En los pueblos de ese valle, el terreno es
accidentado por la propia geología del terreno, los lugareños han labrado sus
campos y también sus calles, luego, establecido ya el sistema de desagüe
natural de las aguas pluviales, han construido sus casas, y procuran hacerlo en
lugares seguros. He descubierto este magnífico valle y lógicamente, no pienso
dejar de rondarlo, pasearme por él, saciarme de sus aromas y hablar con la
gente que ha hecho de ese valle, su auténtica fortaleza.
Me gustaría tanto enseñaros como es este sitio,
un lugar de ensueño, sí se debe subir y
bajar pequeñas calles para acceder a los lugares a los que deseas llegar, pero
vale la pena hacer el esfuerzo necesario para conocer a esas gentes. No se
acercan a mí con el solo deseo de curiosidad, de saber quién soy y conocer al
catalán que ha venido a vivir con su hija y ser cuidado con ella. Apenas he
salido esta mañana a la puerta del garaje con mi Abi, y casi al instante,
cuatro personas diferentes se han acercado a la reja de la cancela, para
saludar y conocerme.
¿Sabéis
que os digo amigos…? La muerte de mi primera esposa me ha espoleado de tal
modo, que ahora, aprecio por causa de esta dramática situación, estar abrazando
a mi hija después de controversias y puntos de vista diferenciados, acerca de
un sinfín de asuntos en los que yo no estoy autorizado a meterme, mi meta, mi
deber está claro, apoyarla en todo aquello que pueda como padre y amigo. En la
última conversación telefónica que tuvimos antes de emprender el viaje a
Andalucía, mis causas de salud empeoran y debo protegerme, dejamos claros, los
últimos tonos que pudieran haber hecho que nuestro encuentro, no se hubiera
podido llevar a cabo.
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