LÁ MEMORIA, ES MI
GRAN AMANTE
Es
de lo único que puedo echar mano cuando la vida trata de superarme, de no
hacerlo así, ahora… ¿tendría tantas cosas lejos? ¿tanta vida abandonada?
¿tantos recuerdos obsoletos? Creo que he escuchado en más de una ocasión a
personas decir, que la vida es como una bola de estas de cristal con peana de
plástico, que contienen pequeños paisajes sean estos o no nevados, que hay que
volverlos boca abajo, para luego ver lo que pasa con los personajes, y mover un
poco a tu antojo los elementos que se encuentran dentro del recipiente.
Tenía
una buena memoria, sí, en algunos aspectos, era envidiado por amigos que no
eran capaces de relacionar acontecimientos con determinados personajes, y lo
más difícil, situarlos en el mapa de la
historia con fechas precisas. Es bueno desarrollar la memoria, y no tan solo en
asuntos que forman parte del conocimiento puro y duro, la memoria queda
enriquecida si cabe todavía más, cuando la adornas con acontecimientos, que te
hacen recordar, con quién has vivido, los momentos buenos y malos que junto a
otros o solo, has podido superar, eso hace que tu memoria crezca, se
enriquezca.
Hay
muchas personas que desprecian hacer eso, las cosas pasadas, pasadas están. No
hay nada más razonable que esto, lógico, no se deben revivir situaciones, que
han amargado el desarrollo de la memoria, hasta el punto de hacernos enloquecer.
Poner todas tus experiencias en un gran saco, llevarlo a cuestas, y de vez en cuando
abrirlo, para rebuscar en él cosas que estimulen la memoria es beneficioso.
Habrá momentos en los que la tristeza inundará nuestro rostro con lágrimas, es
necesario que suceda esta reacción, forma parte de una memoria viva, ágil y
despierta, sensible y hasta amable.
Recordar
a algún pariente que ya ha fallecido, aunque puede que parezca un
contrasentido, vivifica el recuerdo, nos hace recapacitar, y ser un poco más
conscientes, de que clase de vida nos gustaría llevar, con el fin de quedar
inscritos, en la memoria de aquellos a los que en un tiempo, amamos con toda
nuestra alma. Hay quién se busca amantes sustitutos, creyendo que eso los hace
invulnerables a todo lo que sucede a nuestro alrededor, se equivoca quién
piensa que eso es así, la memoria ya te ha marcado determinada senda, que
alguien antes que ese sustituto te ha dejado marcado con una huella indeleble.
Puede
parecer una frivolidad, pero mi memoria es mi gran amante, ella me hace sentir vivo,
incluso a veces, me hace ir a lugares impresionantes a través de los sueños.
Sueños que no quiero evitar, que me gusta conservar como parte de lo ya vivido,
y que me enseña de un modo inexplicable, por donde debo caminar para no
equivocarme de nuevo.
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