sábado, 7 de noviembre de 2015

LA TRISTEZA SIEMPRE SE ESCRIBE CON T

                                               LA TRISTEZA SIEMPRE SE ESCRIBE CON T

Es insustituible, si buscamos en el diccionario sinónimos de tristeza encontraremos muchos, algunos de ellos relacionados con el desánimo, amargura, desazón, hasta adelgazamiento. Pues eso es lo que siento, todo junto, no puedo separar estas emociones que continuamente me golpean y me abaten. Tristeza es en definitiva, una palabra que enmarca las consecuencias del sentimiento que me tiene atado a una persona en particular, mi compañera, mi esposa, que me dio tres hijos y me potenció para luchar por ellos, por todos sin excepción.
El carácter voluble, verte alagado por todos los conocidos y conocidas, me llevo a un punto sin retorno, la perdí, los perdí, y buscando mil excusas difíciles de calificar, aunque fui yo el que me fui de casa, ella dejó que me fuera a buscar ese otro camino que me pareció bueno, seguro, amable.
Puede que alguien piense que está bien, que no es tan grave el asunto, en cambio para mí fue desastroso, pronto me di cuenta, que quién trató de atraparme, solo quería lo que no hubiera logrado de otro modo, el dinero. No puedo justificarme con mi enfermedad mental, para resguardarme tras ella, como quién se protege de una tormenta metiéndose en una cueva, no hay manera de protegerte de los embates de las olas cuando hay tormenta en alta mar, o nadas o te hundes.
Los metí en una situación difícil, muy complicada, la familia se desfragmentó, y yo con una pretendida nueva vida, arrastrando la tristeza de haber dejado lo más valioso de mi vida, lo que tanto nos costó edificar, la familia de lado. Sí, ciertamente tenía defectos, yo también tengo los míos, ahora ya no, no tiene ninguno, descansa en algún lugar del espacio infinito, que nos sirve para que sigamos disfrutando de la vida.
No le deseo mal a nadie, esto lo digo porque por mucho que quieras acertar en decisiones que tomas, siempre te encontrarás con voces críticas que opinen lo contrario. Pues bien, les digo a todos estos en voz alta, que estoy haciendo aquello que ella hubiera querido que hiciera, ¿Qué es…? Procurar volver a mis inicios, involucrarme en el desarrollo de los acontecimientos que en su día nos hicieron fuertes, hacer, no ser un simple espectador que sin sentido de las cosas, abrumado por circunstancias, que en fondo quise pero que no eran las apropiadas, tengo la oportunidad de reformar.
Allá voy, sin saber muy bien con qué me encontraré, pero con la seguridad de que alguien pueda agradecer lo que en su día les negué ciegamente.


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