LA MITAD DE NUESTRA
VIDA ES VIDA, EL RESTO… UN SIMPLE COMENTARIO
Ya
le podemos dar vueltas a la cabeza, filosofar sobre el significado de lo que es
vivir con intensidad, que es lo mejor hacer mientras estas vivo, cuáles son tus
metas, de que modo va a afectar a otros lo que tú decidas. Todo eso lleva su
tiempo, a veces precipitaciones y en ocasiones demasiadas demoras, que hacen
que se desdibujen las fórmulas que has escrito sobre el cristal. Llueve y se
desvanecen, llega alguien que no comprende lo que está escrito y con la manga
de la chaqueta lo borra.
Hay
muchas cosas que llevas en la cabeza, que las conservas a pesar de todo, pero
hay cosas que no, que se olvidan y que es posible que ella, las esté esperando
como un regalo del cielo. Pasando los años, si el amor perdura, que no es lo
mismo que la conveniencia de vivir con alguien por el mero hecho del dinero, o
de los hijos que lo mismo, que pueden unir, pueden lograr lo contrario,
distanciarnos en el más absoluto de los silencios. Existe cierta complicidad a
la hora de hacer cosas concretas, fiestas, cumpleaños, navidades, bodas y
bautizos, ¡mira que bien que lo pasamos…! No tiene por qué ser de otro modo,
para esto están diseñados estos acontecimientos, para nuestra felicidad y en la
mayoría de los casos, para que no pasen al olvido.
Ahora
con más o menos facilidad nos han llegado los cuarenta, la cosa ya va
adquiriendo otros tintes, hay dos críos que son buenos estudiantes pero
comienzan a hacerse preguntas de la clase de vida que llevan en sus casas,
observan a su padres, escuchan cosas que no les gustan, aunque no pueden opinar,
son pequeños todavía. Pero aprecian las malas actitudes de uno u otro ¡Está
comenzando la etapa de resumen de nuestra vida! No tiene por qué verse esa fase
de nuestra vida como negativa, ¡que va… muy al contrario! Pero cuando comienzan
esta clase de circunstancias, vamos a decir que alternativas en nuestra vida,
nos tenemos que centrar en lo más importante, que no siempre deben de ser los
hijos, hay quién piensa lo contrario, bueno… contra gustos no hay disputas.
Lo
importante e no pasar por alto esta regla que resumíamos al principio, una vez
alcanzados los cuarenta, cuando se supone, salvo excepciones, que uno ya lo
tiene todo cumplido, esquemáticamente hablando, los nidos y polluelos que de
ellos salen, ya saben volar, hay que estimularlos a que lo hagan, señalándoles
siempre que la vida real caduca a los cuarenta, después ya sabes… “El resto de los años que nos quedan por
vivir son un simple cometario de lo anteriormente hecho”.
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