PLAN B
Tenía
que tener un plan B en su cabeza, todo apuntaba a que tarde o temprano lo
tendría que utilizar, en primer lugar porque su condición humana se iba
depauperando, la ayuda que recibía no era la adecuada, vivía con un miedo
continuo que no le dejaba descansar adecuadamente. Pensó que tenía que hacer
algo al respecto, tenía que reorganizar su vida y costumbres, su mente estaba
confusa, no podía pensar con claridad, y mucho menos racionalizar la forma de
vivir que cualquier persona debería tener.
Quizá
si las cosas me hubieran ido mejor cuando era joven, no hubiera hecho tantas
locuras como hice, podría despedirme de este mundo de una forma digna, hasta
mis amigos habrían ido a mi entierro. Ahora, lejos de todos los seres que he
amado, lejos de una realidad que me era necesaria, sin parientes que me lloren
o que por el contrario me estimulen, tengo que echar mano del plan B.
El
plan es ni más ni menos que residir en algún lugar donde pueda estar atendido y
que lo tenga hecho todo de forma meticulosa, sin tener que dejar mis aficiones,
mis planes, que tampoco son demasiado ambiciosos, de forma diaria. No tendré
que cocinar, me preparan la comida con una diera que yo escoja y de este modo,
podré hacer más o menos, todo lo que yo quiero. Tendré mis libros siempre a
mano, estudiaré como siempre he hecho y nadaré en la piscina del centro al que
me voy a ir a vivir. Ha, sin olvidar que me obligaré a hacer gimnasia de forma
diaria, más que nada para mantener la forma. Y lo más importante… hablaré con
quién quiera, no me obligaré a escuchar siempre los mismos cuentos de personas,
que tienen la cabeza del revés. Aunque me medico bastante, todavía razono con
claridad suficiente, como para saber distinguir entre los entrometidos y los
que simplemente quieren simpatizar con uno.
Ese
es mi plan B, si este no sale bien, todavía queda el C, que estudiaré cuando
esté saturado del B si es que me llego a hartar de determinadas monotonías, que
no van conmigo. Me tengo por una persona adaptable, agradable pero también
sincera, el caso es, que me han querido joder tanto en la vida, que ahora ya no
estoy dispuesto a soportar más putadas de nadie. El plan B lo tengo claro en mi
cabeza, una habitación un poco amplia, donde pueda tener Internet para escribir
en mi blog lo que pienso, una baño seguro y un espacio libre desde donde vea el
sol cada día, ver caer la lluvia o la nieve sobre los tejados.
Tampoco
es que pida demasiado, estoy dispuesto a pagar por ello, en su justa medida
claro. Hace tiempo, en determinadas circunstancias tuve que ingresar a la
fuerza en una residencia, duré dos meses, aquello era un moritorio, la gente
caían como pajarillos congelados de las ramas de los árboles, una vez, lo
recuerdo como si fuera ayer, una mujer con muy escasa movilidad, se quedó
muerta sentada en la butaca de un pasillo y se pasó allí más de medio día, las
cuidadoras pensaba que dormía.
No
me gustaría echar mano del plan C, eso significaría que el fracaso se ha
adueñado de mí y no tengo razón alguna para seguir vivo.
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