martes, 17 de noviembre de 2015

MITAD POR MITAD

                                                                MITAD POR MITAD

Supongo que es como deben de ir así las cosas, es lo natural, lo aceptado, lo auténtico. Menos más que vamos a favor de la rotación de la Tierra, corriendo unos detrás de los otros. Sí, a medida que pasa el tiempo, me doy cuenta que la mitad de la humanidad corre detrás la otra media, no sé, debemos de estar todos medio locos, o locos de remate.
Sea por el poder, el dinero, las drogas, o por guerras religiosas, unos se persiguen a otros, ¡vaya una mierda…! Antes si eso te preocupaba te podías esconder en un pueblo perdido o lo que era mejor, vivir en mitad de una gran ciudad, en un bloque de pisos de veinte plantas, con diez apartamentos por planta. Ahora ya no, no te libras ni cuando sales a la calle a comprar al súper. Salir hay que salir, esto está claro, pero cuantos te vienen detrás, es otro cantar.
Hace no mucho de esto, sucedió que la poli iba detrás de unos terroristas, se pensaban que se habían metido en una boca de metro para escapar de la autoridad, detrás de nadie en concreto entraron los antidisturbios en la estación, la gente esperaban a su tren para volver a sus casas unos, otros a trabajar, ya se sabe que con el sistema de trabajo unos entran de día y otros de noche. Oye, estaban tranquilamente la gente leyendo, esperando cuando de pronto los forraron a porrazos.   “¡Al suelo hijo puta y las manos donde yo las vea…!”  ¿A que es alucinante? Pues eso pasa hoy día cada dos por tres. Gente con la cabeza abierta, huesos rotos y más cosas inexplicables.
No dieron con el “supuesto” terrorista, había sido un error, las documentaciones en la vía del tren, los portafolios igual, ahora ve y quéjate, que a lo mejor te dan más de lo mismo. El “supuesto” terrorista ya estaba en un piso rezando a su dios, dándole las gracias, por haberlo bendecido por haber matado a no se sabe cuantos infieles. No me refiero a personas de diferente religión, todos rezan a dios, unos lo llaman de una manera, los otros de otra. Es más, aquí mismo en Europa, personas que adoran al mismo dios, se han matado en nombre del mismo dios, con el mismo nombre, se sentían con derecho a matar a gente a bombazo limpio, francotiradores disparaban a paisanos en nombre de dios.
Que hay razones políticas de por medio, seguro, pero hombre… no hace falta ser tan bestia, como para ir saltando por los tejados, matando a gente inocente. ¿A quién debe bendecir dios de todos los bandos que supuestamente lo representan? Y cuidado que la carrera acaba de comenzar, como todos se calcen las zapatillas para correr que les corresponde, dentro de cuatro días nos faltará mundo para correr. Con el DNI en la boca o el pasaporte a cruzar fronteras para huir de la masacre, alguien lo parará, pero me temo que los políticos no harán gran cosa para evitar esta loca carrera. Los políticos están para lo que están, para dar discursos, encerrarse en una habitación y no tomar decisiones efectivas, ¿sabéis por qué?
Porque el odio engendra odio, por eso es mejor no dejarse ver más que en los funerales, y condenar con sendos discursos que esa gente, esa panda de asesinos acabarán en las manos de la justicia. Eso es cojonudo, te pillan robando una barra de pan porque te mueres de hambre y te caen seis meses de cárcel por gilipollas, pillan a un asesino y como de momento es solo un “presunto” asesino, lo encierran unos meses lo mismo que al que robó la barra de pan, con la diferencia de que le retienen el pasaporte para que no escape y lo dejan suelto con cargos.
Mitad por mitad, de alguna forma eso significa, que a unos les cae todo el peso de la ley, mientras que a otros se les devuelven las zapatillas para que sigan corriendo detrás de otros. Hace pocos días, después de un tremendo atentado que hubo en Paris, en un plató de televisión, a unos expertos se les preguntaba acerca de cuantos terroristas estaban localizados por la policía en nuestro país. El experto contestaba que ciento y pico…   ¿Y en Francia? preguntaba el periodista…   Pues del orden de cuatrocientos y pico. La misma pregunta se les hacía respecto a otros países de la unión europea, y daban cifras estimadas. ¡Coño…!  ¿Y que hacen esta gente que está vigilada por la policía, porque no se les trinca?
Todos hemos visto lo que hace la policía cuando tienen sospechas de que hay movimiento de drogas en determinados puntos de capitales importantes, van los GEOS tiran las puertas abajo y lo decomisan todo. Evasores de impuestos, llega la policía judicial y menean todo lo que pueden, no llegan al meollo de la cuestión, o llegan bien pocas veces, y mientras… pasan y pasan los meses, los años…   ¡Hostia, el delito ya ha prescrito, me cago en todo! Los que perseguían a estos ladrones de guante blanco se quedan frustrados, llegan otros por detrás de ellos y les pisan el cuello, y cuando los han superado, les enseñan a todo el mundo el dedo corazón por la ventanilla del coche.
No es de extrañar que algún periodista serio acabe en un frenopático, hay para eso y para más. Mientras desde la ventana enrejada de su habitación ve pasar a un montón de gente con garrotes y pistolas, y a otros que corren delante como condenados. De pronto se escucha en la lejanía… ¡BUUUMMM!

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