sábado, 28 de noviembre de 2015

INGENIEROS DE LO AJENO

                                                         INGENIEROS DE LO AJENO

Esta gente son la leche oye, tienen sus vidas hechas una mierda, la familia hecha unos zorros y van de ingenieros, sí, de gente culta que son como visionarios de los problemas que se avecinan. Estudian y hacen gráficos tridimensionales, a fin y efecto, de calcular donde llegarán los océanos dentro de cincuenta años. Nos quedaremos sin focas tío, sin pingüinos ni alcatraces, los osos polares formarán parte de la historia como los dinosaurios o los mamuts.
Calculan los efectos del impacto sobre la tierra, de un meteorito del tamaño tres veces las dimensiones de Can Barça, cayera donde cayera, no vamos a ponernos en plan remilgado, a quién le toque que se joda. Pero todo que estoy diciendo es una tontería, lo mismo que cuando desaparecieron los leones dientes de sable y otros animales raros, que eran la leche de bonitos. Respeto profundamente estas profesiones, oye que hay que dejarse mucha piel de los codos encima de la mesa, para estudiar tanos años y que al final seas uno de los elegidos.
Vale, las cosas están como están, son inevitables, pero esa misma idea, hace que los que consiguen trepar con éxito a la cúspide de la montaña, sean vistos por los demás como seres especiales, a los que se les puede pedir que pongan el mundo al revés y lo consigan, aunque solo sea para hacernos sentir cierta ilusión óptica. Les piden sus jefes que jueguen con dibujos que representan valles, montañas nevadas, tsunamis gigantescos, a fin y efecto de prepararnos para lo que sea, una invasión marciana o máquinas que salgan vomitadas de la tierra con rayos especiales, para destruir a todo bicho viviente.
He que no me estoy inventando nada nuevo, que hay un par de pelis de esas que me impactaron de cojones, tanto fue así que salí acojonado del cine. Me preguntaba… ¿Qué coño haría en una circunstancia como la que pasa Tom Cruise en la peli esa de la Guerra de los mundos? Creo que me cagaba en los pantalones y me pondría a rezar… aunque bien mirado no sé a quién, porque soy ateo. Un amigo de hace años quiso convencerme que no, que yo seguía siendo una persona amada por dios. Me argumentó que dios es universal, es de todos y está en todos nosotros, no era jesuita ni nada de eso, se conoce que iba por libre, ¡ve tú a saber! Dios, me decía está en el interior de cada uno de nosotros, nosotros formamos parte del universo, de su mundo…
No me digas más, le contesté, de manera que yo soy dios. ¡Nooo…! no lo has entendido bien, hay unos condicionantes para poder formar parte de él. No jodas… ¿Qué hay que hacerse monje cartujo o qué?   Esa discusión duró poco tiempo, al siguiente día, sentado en la terraza del bar donde iba cada día pensé “¿Tú te crees que es normal, que tenga que cambiar de manera de vivir por culpa de no querer discutir con sabios anónimos?


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