EL BAILE DE LAS LUCES
Me gusta vuestra
presencia, esas sombras que manifiestan que estáis presentes en los
acontecimientos de mi vida; de la mía digo como en las de los demás, con las
tragedias que todo el mundo arrastra, con lo éxitos que me recomiendan que a
vosotras, luces perpetuas, me dirija, que fije en vuestro camino mi vista.
Es un consuelo enorme
para la vida, saber que estáis siempre presentes, que vais rodeando la tierra
como dos amantes que danzando, enamorados siempre, se abrazan y cambian de
vestido a capricho, cada día, en ocasiones, a cada instante. ¿Lo hacéis para
complaceros, o por mostrarnos a los mortales que sois los portadores de
nuestras felicidades? Sea cual sea el motivo, adoro vuestra luz y vuestra
danza, pues sin ella, este mundo sería desgraciado, aciaga sería la vida sin
vuestra presencia.
¡Inspiráis a los
mortales tantas cosas, que me avergüenza decir, que dependo de vuestra luz para
todo! Cuando la noche llega, tu manto de luz pálida me invita a soñar o Luna, y
al despertar… ya estás esperando en el quicio de mi puerta Sol divino, calor
inyectas en mis venas, y entonces… recuerdo lo que he soñado, Luna me invita a
sus banquetes de ocio y alguna que otra vez de pesadillas, que me aturden y
desesperan.
En algún momento de
este tránsito, mientras uno de los dos danzando dais vueltas, os abrazáis y hasta os hacéis confidencias… Mira que aquel, el que vive en el tercero,
resulta que soñaba en batallas, que enloquecía en la trinchera, en la
guerra. Bien no te apures, hoy
dedicaré más de mi calor a él, parece necesitarlo, no es bueno que se sienta
solo y desesperado.
Entonces Sol arropa a
Luna, y va a nuestro encuentro diario, nos consuela con su apoyo casi
imperceptible, con su calor divino, llegado de fuerzas sobrenaturales que no
somos capaces de calibrar, el día resulta ser un día perfecto. Apacigua
nuestras inquietudes, espera ver recompensado su esfuerzo, y entre tanto, da
vigor y fuerza, a muchos millones más, que se encuentran en situaciones gozosas
o que tienen las ideas poco claras de aquello que les espera.
Regalos gratuitos que
el Universo nos da sin tener consciencia de ello, nosotros aquí, en esta Tierra
nuestra, mostrándonos hostiles unos a otros, sin apenas percibir, que ellos nos
dan las herramientas precisas, para hacernos la vida más fácil. Bailan a
nuestro alrededor, cual si de reyes coronados fueran, solo quieren por nuestro
propio bien, que de vez en cuando, alcemos la vista al cielo, para observarlos
danzar cogidos de brazos invisibles. Además de verlos por separado, a menudo
nos hacen ver en el cielo, fenómenos espectaculares, cada cuanto nos permiten
ver el modo de amar que tienen, se cubren el uno al otro, intercambian posturas
y movimientos, que bien debieran hacernos pensar, en cómo nos comportamos los
humanos, aquellos que sin duda alguna ellos quieren.
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Se
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