DERECHO A VIVIR
Aunque ahora sea un extraño próximo, sigo teniendo derecho a
vivir a mi modo y manera, ese es un derecho inalienable de todo ser humano.
Entiendo que a veces mi modo de comportarme sea extraño, incomprensible, pero
eso no significa que deba de dejarme aplastar por nadie ni por nada.
No le pido nada a nadie, que no sea capaz de pedirme a mí
mismo. Esto, dicho en boca de una persona que se considera sana mentalmente, es
plausible, sin embargo, no deja de ser chocante para muchos, considerar que
determinados comportamientos no son compatibles con la realidad de cada cual.
Si eso es así, ¿a qué viene el que esos ignorantes de la vida, que no tienen
los mismos objetivos que yo me juzguen?
Llega un momento en la vida de todo ser humano, necesita
soltar su furia y dar un grito al aire, no es que esté loco no, nada de eso, es
una necesidad pura y dura, sueltas tus inquietudes a manera de grito o de
protesta por algo que no te gusta. Puede que sea por la forma en que a uno lo
traten, con sigilo, con prudencia, no vaya a ser que se enfade ese pobre
desgraciado que está fuera de sus casillas. ¿Y quién no, decidme, quien no
siente más o menos a menudo esta sensación? ¡Que hermoso es poder compartir con
alguien próximo a ti, estas sensaciones! Pero amigo, si no tienes a nadie a tu
lado, y sigues lo que para ti es un buen hacer
-porque tu vida es tuya-, te acostumbras a determinados patrones de vida
que a si mismo uno establece, y llega alguien de tu familia por ejemplo que
cuestiona tu forma de vivir, se sorprende que sigas soltero, que no gastes el
dinero que posees, que no compartas con ellos tus sentimientos…
A ese, hay que llevarlo al médico, no rige bien su cabeza,
se está volviendo un lelo. Antes que sea demasiado tarde, debemos convencerlo
que lo haga para que no empeore. ¡Mira tú que bien, cuanto te quieren…! Es
entonces cuando debes usar tu derecho a vivir, como te salga del alma, o de
cualquier otra parte del cuerpo más localizada. La vida, es un derecho adquirido
desde que salimos del vientre de nuestra madre, nuestros padres cada cual
aportando lo suyo, nos han dado la vida, cierto es que en el transcurso de esta
pasan cosas, a veces acontecimientos que marcan nuestro futuro, puede que hasta
nos traumaticen determinadas circunstancias vividas, ¿quién no las ha sufrido,
quién se atreve a ser el paladín de alguien que a su vez necesita a otro que lo
proteja?
Nadie, todos y cada uno de nosotros, debemos como se usa coloquialmente,
la expresión “Buscarse la vida”, pero nunca a costa de otros, esa actitud es
inmoral y tremendamente dolorosa, para quién toma esta decisión. El derecho a
la vida, visto desde el contexto de un artista, un bohemio por ejemplo es lo
mejor que hay, la viven a su manera, no es cuestionable, como la vive un
político es igualmente plausible, a pesar de que esto traiga consecuencias
desastrosas para los que están bajo su mandato. En el caso de los
intelectuales, la vida adquiere otros tintes, ellos ven la vida con otras
concreciones, capitulan la forma de vida ideal desde su punto de vista.
¿Qué hay de la gente de a pie?, de los que no hemos
estudiado, que nos hemos formado a base de palos y correazos por ejemplo, pues
que vemos y aplicamos nuestra vida a nuestra formación, a nuestro modo. ¿Qué es
mejor o peor que la de los demás? Puede que sí o puede que no, ahora soy yo
quién estoy viviendo mi vida, decido como regirla, de mi vida, soy el rey. No
hay argumentos suficientes en el mundo, para juzgar la vida de alguien, salvo
que cometa un crimen, un asesinato, sea un homicida o cualquier otro asunto
penado por la ley. Pero es la ley y nadie más que ella, la que está autorizada
a que pagues un precio por determinado delito.
¡Cuidado con precipitarse…!, cuidado con juzgar a otros de
los que decíamos hace poco, eres como mi padre, te quiero mucho, etc,etc, a no,
ahora, cuando uno se equivoca, ya no sale de este círculo, eres desde un
mentiroso a un pobre hombre, desde una persona a la que se le consideraba leal
y sincera, a un desgraciado. ¡Miopes, muertos de hambre de cariño, gente falta
de afectos auténticos…! ¿Todavía no os dais cuenta de adonde vais a caer?, al
final de estos argumentos, como al final de cualquier camino, hay o un muro
infranqueable o un barranco donde si caéis, no vais a salir vivos de él.
No me gustaría seguir mi vida de ese modo, puedo ser uno de
los antes mencionados ¿por qué no?, estoy sujeto al error como los demás. La
diferencia estriba en una sola cosa, que por mi parte -creo- y a partir de ya, mismo, viviré como
quiera, del modo que quiera, con todos los problemas que esto pueda conllevar,
pero también, con todas las ganas que mis fuerzas me permitan. Como las aguas
de un rio, que a veces cuando hay sequía, no hay vida, ni peces ni movimiento alguno
que evidencie, que cuando lleguen las lluvias en las montañas, ese riachuelo se
convertirá en bastos torrentes de agua, e inundará valles enteros.
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