VIVIR AQUÍ Y AHORA
¡Cuán difícil se hace entender este concepto a veces…! Puede
que incluso, nos relajemos y nos despidamos en nuestro interior, de la forma de
vida anterior, porque sencillamente, se nos hace muy complicado.
En cambio, a nuestro favor tenemos la mejor arma para
solucionar el dilema. Es sencillo: “¡Tenemos nuestra vida!” Sí, ese es el
factor que fácilmente pasamos por alto, tengo una teoría al respecto. No usamos
nuestra vida en toda nuestra dimensión, por la sencilla razón de que estamos
vivos. ¿Parece difícil de entender?, no lo es. Tenemos piernas para caminar y
movernos haya donde queramos, en cambio, sí circunscribimos nuestro caminar, a
solo dar una vuelta a la manzana, siempre pasearemos por delante del mismo
parque, las mismas tiendas y hasta nos acostumbraremos a ver a las mismas
personas.
En el mismo sentido, podemos colocar las diferentes
costumbres de nuestra vida. Llegamos a nuestra casa, lo primero que hacemos, -eso solo es a título de ejemplo- incluso
antes de encender la luz del recibidor, es ir como auténticos autómatas hacia
la tele, y la encendemos, sea que la veamos o no. Si es que sí, casi siempre
tenemos en determinadas horas, unos
programas preferidos, entonces sucede algo curioso, comenzamos a movernos, a
hacer cosas, en función de la hora que comienza determinada emisión. Nos
duchamos y cambiamos de vestimenta, sin darnos cuenta que vamos sujetos al
horario que marca la tele, nos manda, nos domina.
Dejamos de vivir, en el instante que dejamos que algo o
alguien, escoja por nosotros.
Lógicamente, los humanos tenemos que convivir con otros, nos
enamoramos, tenemos amistades a quienes queremos tener cerca, la familia es
importante, a veces vital para desarrollar nuestras funciones en la vida, es
entonces cuando nos tenemos que reforzar, armarnos de cualidades necesarias
para este funcionamiento complejo, de otra forma, solo caminaremos al paso que
nos marquen. Del mismo modo que antes hablábamos de la televisión.
Tener objetivos claros, delimitar nuestra propia parcela de
vida, nos ayuda a ganar identidad, progresamos, somos más felices y así más
auténticos. ¿Qué puede enriquecer nuestro muro, nuestra identidad?, la lectura
es un medio infalible para dar una diversidad de opinión, ayuda a saber cómo
piensan otros. En muchas de las conversaciones que podemos tener con nuestra
familia, amigos etc… puede que el tema predominante sea el fútbol, a algunos se
les va la paciencia detrás de este deporte, para otros son las carreras de
motos, o de fórmula I, pero hay muchas otras cosas hermosas que vamos sin
darnos cuenta, dejando atrás. Dejamos de vivir aquí y ahora.
No valen pretextos, no podemos excusarnos con el cansancio o
la depresión, para dejar de hacer cosas importantes, Clive Staples Lewis
describió el futuro que uno mismo construye: “El futuro es algo que cada cual
alcanza a un ritmo de sesenta minutos por hora, haga lo que haga y sea quien
sea” Hay bálsamos fantásticos, para sanar la herida que pueda causar, la falta
de motivaciones de vivir, están ahí, solo hay que salir a buscarlas, no las
recetan los médicos, no cuestan un solo céntimo. Solo hace falta variar nuestra
ruta, cambiar de paseo, ir más allá de la manzana acostumbrada, imprimir otro
ritmo a nuestras piernas, dejar de ser daltónicos por ver siempre lo mismo.
Cambiar algunos de nuestros hábitos normales de vida, y
quitar de delante de nuestra vista, de nuestro camino todo aquello que pueda
servirnos de tropiezo. Puede que caigamos, que sangremos por una herida
producida al rodar por el suelo, pero si sacamos algo positivo de ello, es
decir, si nos levantamos y buscamos un camino más accesible, podemos evitar
males mayores.
Desde la experiencia de otros que han pasado por
circunstancias parecidas, podemos vivir de nuevo, situarnos en nuestro lugar,
aquí, y aquí no pisa nadie más que yo. Y esto va a ser así a partir de ahora,
no mañana o pasado, cuando haya una circunstancia más propicia, no, eso no vale
para poder decir “Vivo aquí y ahora”
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario