viernes, 4 de septiembre de 2015

CEMENTO Y MADERA

                                                            CEMENTO Y MADERA

Un día de verano, este mismo año, comparé en mi imaginación, a qué sabían los helados esos que son una mera barra de hielo coloreado con un buen helado de vainilla, bien elaborado por un maestro heladero. Llegué a la conclusión que eran incomparables, no tienen nada que ver el uno con el otro, son refrescantes sí, pero no satisfacen de la misma forma.
Algo así me pasó cuando llegué a vivir al lugar donde estoy actualmente, hay cemento claro, las casas están construidas de este material, aun así debo decir que en algunas calles se conservan vestigios de las típicas casas de adobe, tierra y piedras mezcladas, que conservan un carácter especial. Lo mejor de todo desde mi punto de vista es, que cuando abro cualquiera de las ventanas de la casa, todo es verdor, árboles inmensos, que se balancean con el viento que llega de la sierra.
Vacas paciendo en los prados cercanos, ovejas que pasan por algunas de las calles, que junto a sus pastores, bien acompañados por sus perros, emprenden camino de lugares donde pueden alimentarse mejor para dar mejor carne, es curioso ver llegar de nuevo a las ovejas del vecino con unos cuantos corderillos nuevos, nacidos por el camino en esa trashumancia, que año tras año se lleva a cabo. Gracias a ese empeño de los dueños de las ovejas, la región conserva no tan solo la fama de tener el mejor ganado del país, también las vacas dan una leche de mucha calidad. Vivo a tocar con la región asturiana, debo confesaros que es un lugar extraordinario, el pueblo en sí mismo, parece uno de estos pueblos del antiguo Far West americano, no es frecuente ver a la gente pasear por las calles, tienen mucho que hacer dentro de sus casas.
Tienen muchas cosas que hacer, mermeladas, conservas de los frutos que recogen de sus pequeños huertos, es tan grande el espacio exterior que rodea el pueblo en sí, que este parece una miniatura, como cuando uno visita los pesebres artesanos que se montan en Navidad. Buscas en Google maps el pueblo, acercas la vista desde el cielo por medio del satélite y parece una mera manchita en medio de ningún lugar.
Esto lo relato, porque he nacido y criado en una gran ciudad, rodeado de cemento por todas partes, en mitad de unos calores en verano asfixiantes, fruto de tanta construcción que se ha llevado a cabo, con el paso de los años. Prefiero ver caer la nieve de forma libre sobre los campos, llover y sentir el olor que deja a su paso sobre el terreno, después de una tormenta. No hay nada igual a eso, en cuanto a las gentes que viven en el lugar, hay de todo, personas más afables y otras que lo son menos. Forma parte del carácter de esta raza de personas, cada región tiene su propia idiosincrasia, en este caso concreto, los leoneses son así.
De cualquier modo, prefiero mil veces vivir aquí que en una ciudad, donde vivía últimamente, antes de desplazarme aquí, estaba constantemente pendiente del calor húmedo que hacía, del ventilador, del aire acondicionado, hasta salir a la calle daba miedo en verano. Rodeado de cemento, viendo siempre la misma vista cuando abría la ventana, peleas y discusiones continuas de vecinos, las casas en la ciudad, tienen paredes hechas como si fueran de papel. En este sentido me complazco en decir, que tengo una mejor calidad de vida, también hay un buen desarrollo en la zona, como en casi todas partes hay polígonos industriales que mueven a mucha gente, esa es una de las razones de porqué los jóvenes van a trabajar a grandes empresas.
Todos buscamos lo mejor en la vida, los jóvenes que quieren labrarse un futuro si pueden ganar cien, no se van a conformar con diez, eso se comprende, tienen sus planes, casarse, tener sus propias casas, etc, etc, etc. Eso sí, a dormir al pueblo… allí se descansa de verdad, sin ruidos de coches que pasan a toda mierda por la calle, sin ruidos de vecinos molestos, en mi pueblo reina la paz.
Que la madera es mejor combustible que el cemento… puede, según se vea. El cemento también arde, y depende de donde vivas, no puedes escapar fácilmente de él. Más de la mitad de la casa donde vivo es de madera, aquí cuando el frio apreta, lo hace de verdad, esa es la razón principal. Quiero pensar que de aquí, de donde vivo ahora, me sacarán pies para adelante.

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