viernes, 25 de septiembre de 2015

ESPACIO CON HUMOS

                                                            ESPACIO CON HUMOS

Es cojonudo, entras en un hospital y te encuentras por todos los rincones letreritos que tocan bastante las bolas en razón de lo que voy a contar ahora, y que para nadie es desconocido.
Como si quisieran hacer culpables a los desgraciados fumadores, ponen estos letreros por todos partes, hoteles de lujo, y hasta en cruceros tienen sus salas de fumadores. ¡Como si el oxígeno que respiramos fuera, en la calle fuera de verdad oxígeno…! Una mierda es lo que respiramos… sí, con mayúsculas. Pero claro siempre es mejor hacer responsables a los fumatas, porque huelen mal, les hiede el aliento, cuando llegan a sus casas se tienen que duchar y lavar la ropa rápidamente para sacar ese pestilente olor de sus vidas.
Pues que sepáis, espabilados de la vida… que la mayor parte del tiempo de nuestras vidas, estamos respirando solo residuos tóxicos  que luego se transforman en cánceres o ataques al corazón, obstrucción de las válvulas supra renales, y malfuncionamiento del hígado, con el resultado de muerte más bien a corto plazo. Pero nada, nos dejamos impresionar por los letreros de los cojones, fumar mata, no fume puede afectar a las personas de su entorno. ¡Vaya hombre… ahora, encima nos toman por imbéciles!
Que sabemos leer señores, más o menos sabemos distinguir las cosas por lo que leemos sobre ellas en Internet por ejemplo, o lo que nos cuentan personas de nuestra confianza. Lo que no sabemos distinguir, que por eso les ponen nombres científicos a las cosas, para que la gente pase, son todas las mierdas que nos recetan a fin y efecto de estar más sanos. Pues mira, te voy a decir una cosa, y que conste que no lo escribo yo porque hoy no ando ni para atrás. Un amable amigo me hace el favor de escribir por mí hoy, este relato solo.
Desde las cinco  de la mañana estoy alucinando con todas las cosas que me dan para curarme, ¡coño si voy todo el puto día drogao…! Ahora eso sí, es una maravilla, veo a la gente de colores, la mitad en verde, la otra mitad en azul marino y por cabezas llevan calabazas de colores variados. Me pincharon en el hospital porque me puse chungo, la enfermera estaba para llevársela plegada en una fiambrera y comérsela luego a trocitos, ¡Que buena estaba la ladrona…! Pero que mala cogiendo vías, me dejó el brazo izquierdo, que parece ahora que se me comienza a poner bien, el rio Mara africano. Cuando logró pillar cacho que digo yo, me metió en un gancho colgada de la camilla una bolsa, mira, cuando comenzó a quemarme aquello que me entraba por el brazo, entra mi vecina que venía a ver como estaba, así con el rabilo del ojo, leí un letrero que decía espacio sin humos, remachado a una columna metálica. ¡Que bestias oye, a lo mejor alguien se las lleva para venderlas, a saber de qué están hechas!
Me dieron el alta y en cuanto bajé del taxi, que tampoco se puede fumar, es normal, es un espacio más cerrado, le dije a mi vecina Merche que me diera un cigarrillo, hacía un frio que pelaba, pero allí me quedé, en la puerta, alucinando con lo estúpidos que somos la gente, que nos lo creemos todo, y encima decimos antes de entrar en casa, voy a respirar hondo que eso es bueno, llenar los pulmones de oxígeno del bueno. ¡JA,JA,JA!


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