HOLA... ¿QUE TAL ESTÁS?
Es una persona piadosa, pero entregada a las incertidumbres de la vida, según me ha explicado ella misma, y por lo que la conozco, que no son pocos años, siempre ha vivido a remolque de las circunstancias que la han rodeado. Es una mujer madura, tiene mi misma edad con unos meses de diferencia de por medio, pero siempre me pareció una mujer deseable desde todos los puntos de vista.
Una persona con una personalidad, sea la que sea, que siempre es discutible si es buena o menos buena, tarde o temprano te llega al corazón, y en su caso y por circnstancias difíciles de explicar ahora, llegó al mío. De manera que ahora, en pleno proceso de divorcio, seguimos siendo amigos, amigos en la distancia pero amgos al fin y al cabo.
Siempre he creído, que si alguien se ve con toda la razón para tomar determida decisión, es porque hay una serie de condicionantes que la eximen de cualquier responsabilidad, ese no es su caso. Tiene familia a la que cree que debe proteger a toda costa, quizás esté en lo cierto, creo que no es ese su caso, necesita ella más ayuda de la que en sí puede ofrecer, pero eso yo no lo puedo discutir, ya no estoy a tiempo de cambiar lo sucedido.
La última vez que hablé con ella por teléfono, le pregunté si podía llamarla de vez en cuando para saber que tal se encontraba, ha estado entrnado y saliendo del hospital por asuntos serios de salud, más o menos lo mismo que yo pero por otros achaques y lesiones. Su respuesta fue tajante, rápida, en su voz se denotaba sinceridad y un trasfondo de aprecio, compartimos durante años exeriencias buenas y malas a su vez. Pudimos salir de todas ellas con la cabeza alta, debo agradecerle a ella, la estabilidad que le dio a mi vida los años que compartimos juntos.
"Llámame cuando quieras...", cuando colgué el teléfono no me puse a dar saltos de alegría porque no era el caso, pero mi corazón se puso a latir con fuerza, al fin de cuentas, hemos estado casados unos años, eso me hace pensar, que todavía podemos tener la esperanza de volvernos a ver, solo eso, es un deseo que mi corazón tiene alojado en lo más profundo de mi alma.
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