LE GUSTABA EL JAZZ FUSIÓN

Descubrimos tarde el uno del otro nuestras preferencias musicales, eso sí, aprovechamos cualquier momento de nuestros encuentros para bailar juntos, a veces deslizándonos por una pista de madera, como si nuestros zapatos, fueran solo un pretexto para estar presentes en aquella atmósfera un tanto elitista. Todo el mundo de los presentes sabía bailar, con diferentes variantes cada cual a la suya marcaba pasos embidiables que los demás queríamos copiar.
En la calle, llovía aquella tarde de otoño, se levantó un endiablado viento que movía a todos y todo aquello que estorvaba a su paso por la comarca. Nosotros no fuimos una excepción a aquel maldito fenómeno, ella dejó sus uñas marcadas en mis manos, no quería soltarse de ninguna manera de mí, pero el vendaval fue más fuerte que cualquier otra cosa que tuviéramos a nuestra mano. No me pude despedir de ella, la vi fugazmente gracias a que nos unía el jazz fusion. Fantástica e imaginativa música que te transporta allá donde quieras tú
Cuando a veía desde la lejanía de nuestras vidas, siempre la ví, igual que el primer día que la conocí, con esa mirada cándida y a la vez sonriente, aunque sus labios solo dibujaran una tímida sonrisa, sus ojos reían a carcajadas, creo que de ahí esa permanente huella que quedó marcada en sus párpados de forma permanente.
Río ahora cuando digo que le gustaba el jazz fusión, no es cierto, le gustaba cualquier música que me gustara a mí, se tenía que dominar a sí misma, para no comenzar a saltar y ponerse a bailar swing mientras se escuchaba de fondo un vals vienés. Aun así estaba hermosa, la gente la miraba asombrada, pero ella, imperturbable, seguía la música que le marcaba su corazón. Comprendo que en ese momento gente que no la conocía se riera de ella, pero en algunos casos, era la envidia pura, la que los llevaba a este estado, no ser capaces, de imitarla. No puedo por menos que echarla de menos muchísimo, ¡maldita tormenta aquella que nos arrebató al uno del otro!
Ahora... me río del jazz fusión, nadie lo baila como ella, y sé con toda seguridad, que si en algún moment esto, quiero decir este escrito llega a sus manos, comprenderá lo que quiero decir. No puedo más que compadecerme a mí mismo de lo sucedido, me tendría que haber dejado la vida aunque fuera hecha girones a su lado. Claro que cualquier otro podría haberme sustituído, pero nadie como yo, lo digo con toda humildad, comprendí el porqué hacía determinadas cosas que en el fondo, aun pareciendo antiestéticas, formaban parte de su personalidad.

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