viernes, 25 de septiembre de 2015

TODOS LOS HOMBRES SON BUENOS

                                                  TODOS LOS HOMBRES SON BUENOS


Puede parecer una frase demasiado radical, antiestética y hasta para muchos otros inmoral. A la vista de genocidios llevados a cabo en todo el mundo, en diferentes épocas, puede parecer que quiera reírme de las víctimas de estos individuos. Todo lo contrario, estoy con ellos, con a gente que sintieron los efectos de las masacres, de las purgas que esta gente lleva a cabo. Pasando por alto los millones de personas que ha muerto en guerras, represalias por motivos religiosos mal entendidos, en fin, todo esto forma parte de un pasado cercano. Sigue en constante movimiento individual, la huella de todas aquellas atrocidades, muchos morirán con esa cicatriz en su corazón.
Sin lugar a dudas pienso en cambio, que todos los hombres son buenos, es cuando se les corean sus intenciones, cuando se siguen sus ideas, cuando se les soborna para que se les siga, y hasta en algunos casos, se les convence, para limpiar determinado territorio de determinadas personas que pueden llegar a ser una plaga. Resulta que según lo ven algunos, no digo que con mala intención, esas gentes son como una plaga de langostas que lo exterminan todo a su paso, por la tierra que pisan.
Unas veces por el carácter religioso que diferencia a los cristianos de los musulmanes, otras, por la diferenciación de protestantes y cristianos que los pone en pie de guerra durante siglos. ¡Sencillamente increíble! Pero… ¿Dónde está la raíz del mal, en los hombres que promueven estas idioteces, o en aquellos que como corderos seguimos lo que se nos anuncia, como el Apocalipsis? La maldad no es una falta que nazca con el ser humano, el egoísmo sí, y es este el que a menudo, divide el sentir de las personas, la forma de pensar, y de esta manera, la acción, contraria a sus propias inclinaciones.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, los aliados se ocuparon de llevar en trenes y autobuses a miles de alemanes a los campos de concentración, querían que vieran de primera mano, lo que se había hecho con los millones de personas que Hitler echó de sus casas, que los metieron en guetos donde cientos de miles de ellos murieron de hambre y a tiros. Otros trabajando como esclavos en las estructuras de guerra que preparaban para recibir los ataques del enemigo. Soldados aliados, se enorgullecían de haber quemado vivos dentro de los bunkers, a alemanes que habían sido ametrallados previamente. Francotiradores hacían muescas en las culatas de sus rifles de precisión, por cada alemán muerto… Millones de soldados cayeron en el campo de batalla, muchos millones más murieron a causa de heridas, pestes, o en los múltiples campos de concentración que se establecieron en Polonia, Austria, o Alemania.
Los hombres no pueden ser tan malos, solo somos simples hormigas obreras dominadas por la clase más alta, las guerreras, existe una jerarquía y se debe respetar, sino quieres poner en peligro a tu propia familia, a tus hijos, tus sucesores. Todas las naciones que participaron de la Segunda Guerra Mundial se propusieron que jamás volvería a suceder algo parecido por culpa de la locura de un hombre, megalómano y ambicioso como El Reich, Hitler. ¿Qué era un tarado mental…? Eso todo el mundo lo sabe, en cambio todos sin excepción lo siguieron, en sus peregrinas ideas, de ser el amo del mundo.
Las Naciones Unidas que actualmente engloban a ciento noventa y tres países miembros, otros están pendientes de incorporarse a esta alianza por motivos de guerras interiores y disputas políticas. Muchas de estas naciones forman parte de Europa, sí, la actual Europa de la que tantos se sienten orgullosos, por tener además de la misma forma teórica de sentir, los mismos intereses. En la carta magna de la ONU, se contempla, que cualquier miembro amenazado por otro que forme parte de la unión, especialmente si es por cuestión de guerra, serán acogidos por el resto de miembros de países fronterizos con el fin de que no mueran en manos de algún insurgente o tirano.
Huelgan comentarios amigos, los hombres, todos sin excepción, somos buenos, algunos no es que sean malos, sencillamente están enfermos de gravedad, que los lleva a menudo a tener, un gran poder de persuasión, como en el caso de Hitler, por poner solo un ejemplo, Sadam Hussein o Muamar el Gadafi. Puede que sea coincidencia, países los de estos líderes que formaban parte de movimientos del islamismo más radical conocido. En cambio ahora que parecía que las cosas iban un poco regular, dejando de lado a las células durmientes que hay por todo el mundo islamistas, el mundo se encuentra hoy, esta noche que para ellos en la otra parte del mundo ya les estará iluminando el sol, se encuentran cientos de miles de personas huyendo de la guerra en Siria, la poderosa mano de Bassar al-Asad, su presidente en funciones está llevando a cabo otro genocidio.
Hay una diferencia que destacar en este asunto, todos los países que rodean esta frontera, son miembros de la ONU, pero claro, como en su mayoría son musulmanes prefieren que entre discusión y discusión, con sus comilonas incluidas, sus titis y titas, esperando por la noche en sus lujosos hoteles, se conceden el tiempo necesario para tomar una decisión de cuantos se reparten a los refugiados que huyen de la guerra, que lo venden todo para pagar a las mafias con el fin de que los lleven a otro país cercano. ¡Por favor, les pagaremos lo que sea preciso con tal de que me metan en esta balsa de playa para llegar a Grecia!
Hay que reconocer que me he pasado un poco al poner por tema en el encabezamiento TODOS LOS HOMBRES SON BUENOS, es verdad que algunos no lo son. Pero me ronda por la cabeza la misma pregunta desde que leí un libro que se titulaba Holocausto. ¿Dónde está el malo, quién puñetas es ese malvado? Al final, tendré que darle la razón a algunos parientes míos, que creen que es cosa del Diablo.

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