miércoles, 23 de septiembre de 2015

FIDELIDAD A TRAVES DE LOS AÑOS

                                           FIDELIDAD A TRAVES DEL TIEMPO Y LOS AÑOS

Si nunca fuiste capaz de ser una persona fiel… venga hombre, no me vengas ahora con estas. Mira, no quiero discutir de este asunto en este momento, pero… ¿podría poner yo las manos en el fuego por ti respecto a ser fiel? Pues mira cada cual tiene sus propios secretos, y algunos de los míos no te los voy  a contar; ¿Qué, que miras con esa cara de espanto? Coño, pues que eso no me lo esperaba… o sea ¿Qué me has puesto los cuernos alguna vez? Bueno… ahora me vas a salir con el asunto de los celos, como si lo viera.
No si te parece hablaremos de la película que hemos alquilado hoy, que ya la hemos visto treinta veces. La hemos alquilado porque sale el tío este bueno, ¿cómo se llama este actor que te gusta tanto…? joder ahora no me sale el nombre, pero anda que no me lo he oído de veces… si me lo encuentro por la calle me lo como a besos, vamos eso es lo que tú siempre dices. Pues claro que sí, yo no haría como tú decías que hacías cuando eras joven, que te la meneabas mientras veías películas de artistas que te gustaban. ¿Y cuando he dicho yo tal cosa? No lo sé pero a mí me lo has contado, algún día de estos que ibas medio pedo y no sabes lo que te dices…
La fidelidad no significa nada hoy día, yo creo que depende más de saber ver este aspecto de la vida humana con filosofía. Vamos hombre, hasta ahí podíamos llegar, ahora va a resultar que hace falta ser filósofo para saber llevar bien puestos los cuernos. No, no quiero decir eso, lo que quiero significar es, que dependiendo del grado de amor y cariño que se tienen dos personas, o los objetivos comunes que tienen, las infidelidades se pueden ver de una u otra manera, hasta puede que dejen de ser infidelidades y llegar a ser un elemento en común que ambos tengan.  Pues tú dirás lo que quieras, pero yo me entero que mi mujer me es infiel, y la troncho la cabeza como a una col plantada en el huerto.  No has entendido nada de lo que te quiero decir, vamos a ver… ¿estás seguro que a lo largo de esos treinta y pico de años que lleváis casados, no te ha puesto los cuernos con alguien, no digo permanentemente, alguien que en algún momento le haya hecho gracia y se la haya beneficiado?
No, eso no lo sé, ¿Qué quieres que vaya y se lo pregunte…?   No, yo no quiero nada, pero de cualquier forma serías el último en enterarte, las cosas esas son así. La gente no te dirá nada, cierto, pero cuando pases por la calle, o vayas con tu familia en el coche, dirán… Mira ahí va ese cuernudo con la familia.  ¡Eso es que te ha pasado a ti…! porque te voy a decir una cosa, no te digo esto para que te cabrees, de tu Gabriela cuentan lo que no está escrito.  Bueno, por lo menos lo que se diga de nosotros, sea o no cierto, lo tengo asumido.
La mitad del mundo habla del otro medio, esta es una realidad innegable. De modo que yo veo la fidelidad más encarada hacia las personas desposeídas de todo, que lo que los demás puedan decir o imaginar que pasa en mi casa. La fidelidad entre dos personas, bien mirado es como el pan, que cuando te olvidas comerlo en el día que lo hacen en el horno, se vuelve duro y lo tienes que usar o para hacer migas, o dárselo de comer a las gallinas.

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