lunes, 7 de septiembre de 2015

LAS FLORES TAMBIÉN SE MUEREN

                                                   LAS FLORES TAMBIÉN SE MUEREN

¡Que delicia sería que algunas flores no murieran nunca…! Me encantaría por ejemplo, que de todas las especies de orquídeas, pudiera disfrutar de la mitad de ellas, en persona, no solo verlas en los reportajes de National Geographic, deleitarme en ver aunque fuera por unas horas, los dibujos naturales que las adornan, sería el no va más. También hay otras flores mucho más sencillas pero que son un poco más difíciles de observar, las bromelias, lo mismo que sucede con las orquídeas, las hay de diferentes especies, ver en vivo y en directo el crecimiento de estas flores, los colores de sus hojas, la composición de su flor interior… variada y simple a la vez, pero de cualquier modo, particular cada una de ellas.
Hay flores que sin embargo pasan desapercibidas, a menudo porque son incluso venenosas para la salud tocarlas, hay algunas que llevan venenos poderosos, capaces de matar a una persona. Andar por determinados caminos o selvas, sin alguien que te dirija, puede ser mortal. Cuando uno se enfrenta a lo desconocido, hay que ser temeroso, lo contrario de temerario por mucho que le guste a alguien ser un aventurero.
Las flores son pasajeras lo mismo que las personas, no hay porqué desear que esas flores mueran, no, eso sería una inmoralidad, un atentado contra nuestra propia vida. Pero en cualquier caso podemos ser selectivos, no dejar que nos impregnen con su veneno, si apreciamos en algo nuestra vida. Creo que muchos de nosotros nos hemos encontrado con personas de este talante, hay que huir, marcharnos lejos, lo más lejos posible, nuestra integridad está en juego. Haya aquel que quiera  curiosear con ellas, es posible que nos precipitemos en un abismo del que no tengamos retorno.
Las veces que he querido ir por libre en la vida, he salido trasquilado, es posible que sea una persona gafada, como se suele decir comúnmente. A lo peor es, que me he buscado las consecuencias de mis decisiones, sé que parte de mi familia piensan eso de mí, es posible que no les falte razón, he pagado un alto precio por ello, os lo aseguro. Crees conocer a alguien lo suficiente como para depositar tu confianza en esa persona, y resulta que luego te sale rana, también es una expresión común esa. No somos adivinos, a diferencia de observar sin peligro determinadas flores, que sabemos que van a desaparecer después de un tiempo, tratar con personas que en apariencia son amigos, hasta familia y confiar en ellos, las quieres acariciar y van y te sueltan el veneno que llevan dentro.
Todo y todos tenemos un principio y un final en la vida, lo mismo que mueren las flores, o los animales, morimos los seres humanos, esto me da que pensar y mucho, no por el simple temor a la muerte, no es eso, por lo menos este factor, creo que lo tengo asumido. Nadie se queda plantado para renacer polinizado como muchas plantas hermosas y flores.
Mientras estamos vivos, debemos ser buenos observadores, prudentes, y ante todo selectivos. Para que cuando la muerte nos alcance, se pueda decir de nosotros que algo de nuestras raíces ha quedado plantado en terreno fructífero.


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