LAS FLORES TAMBIÉN SE MUEREN
¡Que
delicia sería que algunas flores no murieran nunca…! Me encantaría por ejemplo,
que de todas las especies de orquídeas, pudiera disfrutar de la mitad de ellas,
en persona, no solo verlas en los reportajes de National Geographic, deleitarme
en ver aunque fuera por unas horas, los dibujos naturales que las adornan,
sería el no va más. También hay otras flores mucho más sencillas pero que son
un poco más difíciles de observar, las bromelias, lo mismo que sucede con las
orquídeas, las hay de diferentes especies, ver en vivo y en directo el
crecimiento de estas flores, los colores de sus hojas, la composición de su
flor interior… variada y simple a la vez, pero de cualquier modo, particular
cada una de ellas.
Hay
flores que sin embargo pasan desapercibidas, a menudo porque son incluso
venenosas para la salud tocarlas, hay algunas que llevan venenos poderosos,
capaces de matar a una persona. Andar por determinados caminos o selvas, sin
alguien que te dirija, puede ser mortal. Cuando uno se enfrenta a lo
desconocido, hay que ser temeroso, lo contrario de temerario por mucho que le
guste a alguien ser un aventurero.
Las
flores son pasajeras lo mismo que las personas, no hay porqué desear que esas
flores mueran, no, eso sería una inmoralidad, un atentado contra nuestra propia
vida. Pero en cualquier caso podemos ser selectivos, no dejar que nos impregnen
con su veneno, si apreciamos en algo nuestra vida. Creo que muchos de nosotros
nos hemos encontrado con personas de este talante, hay que huir, marcharnos lejos,
lo más lejos posible, nuestra integridad está en juego. Haya aquel que
quiera curiosear con ellas, es posible
que nos precipitemos en un abismo del que no tengamos retorno.
Las
veces que he querido ir por libre en la vida, he salido trasquilado, es posible
que sea una persona gafada, como se suele decir comúnmente. A lo peor es, que
me he buscado las consecuencias de mis decisiones, sé que parte de mi familia
piensan eso de mí, es posible que no les falte razón, he pagado un alto precio
por ello, os lo aseguro. Crees conocer a alguien lo suficiente como para
depositar tu confianza en esa persona, y resulta que luego te sale rana,
también es una expresión común esa. No somos adivinos, a diferencia de observar
sin peligro determinadas flores, que sabemos que van a desaparecer después de
un tiempo, tratar con personas que en apariencia son amigos, hasta familia y
confiar en ellos, las quieres acariciar y van y te sueltan el veneno que llevan
dentro.
Todo
y todos tenemos un principio y un final en la vida, lo mismo que mueren las
flores, o los animales, morimos los seres humanos, esto me da que pensar y
mucho, no por el simple temor a la muerte, no es eso, por lo menos este factor,
creo que lo tengo asumido. Nadie se queda plantado para renacer polinizado como
muchas plantas hermosas y flores.
Mientras
estamos vivos, debemos ser buenos observadores, prudentes, y ante todo
selectivos. Para que cuando la muerte nos alcance, se pueda decir de nosotros
que algo de nuestras raíces ha quedado plantado en terreno fructífero.
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