HEROÍNAS DE LA HISTORIA
Mi madre fue una
heroína, desde que contrajo matrimonio sabía lo que le esperaba, trabajo, criar
hijos, tirar adelante con todos los inconvenientes y ventajas, que esto de por
sí trae consigo. Mi padre fue un incansable trabajador, un hombre honrado al
que no le daba miedo trabajar dos jornadas seguidas, con tal de colaborar con
mi madre, ella marcaba el paso, jamás se arredró ante trabajo alguno, si no era
cosiendo, trabajaba de verdulera, cuando eso se terminó, como muchas cosas terminan
en la vida, buscó otros modos de traer dineros a casa, éramos tres hijos, y
todos creciendo de día en día.
Desde este punto de
vista, las madres que trabajan sin descanso para hacer precisamente eso, yo las
considero heroínas de la vida, gente que deberían tener estatuas que las
perpetuasen. Estas heroínas son el eje de la familia, los hombres que tienen la
suerte de casarse con mujeres así, son de hecho personas afortunadas. Hoy se ve
a mucha gente buscando trabajo, incluso en televisión se entrevista a esas
personas, pero curiosamente, se entrevista a más mujeres que hombres. Ellas se
tiran a la calle, exigiendo trabajo, manifestándose pidiendo ser consideradas
como los demás ciudadanos, aun a sabiendas que en sus empleos, si llegan a
tenerlos, van a ser peor pagadas que los hombres, haciendo el mismo trabajo que
ellos, e incluso con más responsabilidad.
¿Se merecen o no
ser consideradas heroínas…? Se las subestima en sus trabajos, no se les deja
pasar ni un solo fallo, cuando es el caso, que a muchos hombres, no se les dice
nada absolutamente, se pasan por alto los errores que puedan haber cometido. Si
los hombres nos parásemos a contar las tareas que llevan a cabo en el hogar,
aparte de sus trabajos, nos dejarían a la altura del betún. No es extraño pues,
que muchas de ellas se cansen de llevar vidas absolutamente rutinarias,
sencillamente, porque sus maridos esperan que hagan lo que consideran que deben
hacer.
Heroínas sin
nombre, anónimas almas que esperan sin recibir nada más que lo habitual, un
hola como estás, un breve beso cómodo y también rutinario, que lo único que
hace es que termine cansando a esa poderosas guerreras que están rodo el
tiempo, de noche y de día, defendiendo el fuerte. Cierto que es difícil que
ataquen los indios, ahora son seres pacíficos y viven en reservas, sin embargo
hay otros muchos peligros que acechan en la oscuridad, que solo ellas saben
detectar y atajar de raíz cuando quieren entrar en su territorio.
Nos falta demostrar
un poco más de afecto, aprecio por todas las labores aparentemente
inapreciables que llevan a cabo las auténticas heroínas de la familia, las
madres. Podemos disentir de ellas en algunas cuestiones, pero hay que recordar
que detrás de un buen hombre, hay siempre una gran mujer. ¡Cuántas veces nos
equivocaríamos al elegir un camino sin su intervención!
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