viernes, 4 de septiembre de 2015

HEROÍNAS DE LA HISTORIA

                                                        HEROÍNAS DE LA HISTORIA

Mi madre fue una heroína, desde que contrajo matrimonio sabía lo que le esperaba, trabajo, criar hijos, tirar adelante con todos los inconvenientes y ventajas, que esto de por sí trae consigo. Mi padre fue un incansable trabajador, un hombre honrado al que no le daba miedo trabajar dos jornadas seguidas, con tal de colaborar con mi madre, ella marcaba el paso, jamás se arredró ante trabajo alguno, si no era cosiendo, trabajaba de verdulera, cuando eso se terminó, como muchas cosas terminan en la vida, buscó otros modos de traer dineros a casa, éramos tres hijos, y todos creciendo de día en día.
Desde este punto de vista, las madres que trabajan sin descanso para hacer precisamente eso, yo las considero heroínas de la vida, gente que deberían tener estatuas que las perpetuasen. Estas heroínas son el eje de la familia, los hombres que tienen la suerte de casarse con mujeres así, son de hecho personas afortunadas. Hoy se ve a mucha gente buscando trabajo, incluso en televisión se entrevista a esas personas, pero curiosamente, se entrevista a más mujeres que hombres. Ellas se tiran a la calle, exigiendo trabajo, manifestándose pidiendo ser consideradas como los demás ciudadanos, aun a sabiendas que en sus empleos, si llegan a tenerlos, van a ser peor pagadas que los hombres, haciendo el mismo trabajo que ellos, e incluso con más responsabilidad.
¿Se merecen o no ser consideradas heroínas…? Se las subestima en sus trabajos, no se les deja pasar ni un solo fallo, cuando es el caso, que a muchos hombres, no se les dice nada absolutamente, se pasan por alto los errores que puedan haber cometido. Si los hombres nos parásemos a contar las tareas que llevan a cabo en el hogar, aparte de sus trabajos, nos dejarían a la altura del betún. No es extraño pues, que muchas de ellas se cansen de llevar vidas absolutamente rutinarias, sencillamente, porque sus maridos esperan que hagan lo que consideran que deben hacer.
Heroínas sin nombre, anónimas almas que esperan sin recibir nada más que lo habitual, un hola como estás, un breve beso cómodo y también rutinario, que lo único que hace es que termine cansando a esa poderosas guerreras que están rodo el tiempo, de noche y de día, defendiendo el fuerte. Cierto que es difícil que ataquen los indios, ahora son seres pacíficos y viven en reservas, sin embargo hay otros muchos peligros que acechan en la oscuridad, que solo ellas saben detectar y atajar de raíz cuando quieren entrar en su territorio.
Nos falta demostrar un poco más de afecto, aprecio por todas las labores aparentemente inapreciables que llevan a cabo las auténticas heroínas de la familia, las madres. Podemos disentir de ellas en algunas cuestiones, pero hay que recordar que detrás de un buen hombre, hay siempre una gran mujer. ¡Cuántas veces nos equivocaríamos al elegir un camino sin su intervención!

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