sábado, 26 de septiembre de 2015

Trampas para palomas

                                                        TRAMPAS PARA PALOMAS

Que estoy un día de sol sentado en un banco del Paseo de Gracia, y por la acera llega un vehículo de esos de la limpieza, de esos eléctricos que no contaminan ni hacen ruido, y se paran a cinco metros de donde yo estaba, leyendo un periódico. Dejo de leer y me pongo a mirar que iban a limpiar, hacía menos de media hora que pasaron los cacharros recogiendo con los rodillos esos que llevan en la parte de delante, recogieron hojas y restos que la gente deja por los alrededores de lo que es la Casa Batlló, y los bloques de pisos adyacentes que son propiedad de la burguesía catalana.
Bueno pues llegan estos operarios, al fin y al cabo son unos mandados, como todos nosotros, los que vivimos en las grandes ciudades, sacan del vehículo aquel unas escopetas, bueno escopetas no, eran como pequeños bazookas. Un maestro en este numerito, se pone de rodillas… ¡oye que susto hostias…! Disparó aquel aparato que no hace ruido ni nada salió una red de dentro del aparatejo aquel y lo llenó de palomas.
Por curiosisdad le pregunté que a santo de qué cazaban de esta forma a las pobres palomas…  Señor, ¿sabe usted la cantidad de enfermedades que levan estos bichos? Lo hacemos, para dejar la ciudad más limpia de parásitos, de malaltías contagiosas.
Mira me estiré en el banco de la risa que me dio, se me cayó el periódico al suelo, y encima de tanto reír, me mee encima. Paré un taxi, y poniéndome el periódico debajo del culo para no mojar la tapicería del taxi, no paré de reír hasta que abrí la puerta de casa. Cuando me duché y cambié de ropa, subí al palomar que tengo en la azotea y dejé que volaran mis palomas, las tengo todas anilladas y pintadas de determinados colores.
Como no vuelva una de ellas al palomar dentro de media hora, se van a enterar esos bribones.

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