miércoles, 23 de septiembre de 2015

SEÑORA NEURÓLOGA, NO PUEDO DORMIR

                                            SEÑORA NEURÓLOGA, NO PUEDO DORMIR

Lo que tiene que hacer es tranquilizarse, ser positivo y sobre todo con tanto medicamento que se toma diariamente… procure hacer cosas que le cansen, que se entretenga en aquello que le guste, participe con otras personas en actividades lúdicas.  Escúcheme un momento por favor doctora… en el lugar donde vivo no se ve a nadie paseando por las calles, no hay gente joven, y los que hay, todos curran en polígonos cercanos. No puedo salir de paseo por temor a pegarme un leñazo con lo que tengo, ahora, sabiendo esto, dígame ¿Qué haría usted…?
Escriba o lea, ¿no le gusta leer?  Me encanta, pero los libros que tengo ya me los sé de memoria y no crea… que libros tengo. Le digo más, la mayoría me los he releído dos o tres veces, también escribo con mi ordenador, tengo seguidores en un blog, pero que quiere que le diga… aun así me aburro una cosa mala. Encima con el rollo de que duermo tan mal, de golpe y porrazo me da un ataque de sueño, y caigo en la cama como si hiciera meses que no toco un buen colchón.
Pues yo más medicación no le puedo dar… ya está usted diagnosticado, lo que tiene es una enfermedad que no tiene cura, pero también le puedo decir, que en la medida que usted se esfuerce en establecerse unos horarios metódicos, todo le irá mejor, se lo aseguro.
Los médicos hablan con sentido de propiedad, con autoridad, saben porque para eso han estudiado, no recelo de los consejos que me dan, solo que con el tiempo, cuando ves que estás cada vez más jodido, y cuentas las cápsulas y pastillas que te recetan, se te cae el alma a los pies. Me pregunto… ¿oye nene, no será que están haciendo experimentos contigo? Digo esto, porque yo conocía a un amigo que dejó de serlo por no compartir sus ideas, que era visitador médico. Ya se sabe de qué va el tema este, vender lo suyo que es lo mejor para  determinadas enfermedades, alguna que otra vez en nuestros encuentros de cenas y comidas en familia, me decía… Mis laboratorios me han regalado un crucero por las islas griegas, soy quién más ha vendido dentro de mi grupo.
¡Ole tus huevos…! En su casa estaban orgullosos de él, no sin razón claro, vendía todo lo que ponían en la cartera, y estudiaba con cuidado en su despacho, para recomendarlo a los médicos al día siguiente. Lo que se dice un figura vamos, hasta nos daba consejos particulares acerca de qué tomar o no dependiendo de las circunstancias.
Hubo sin embargo un acontecimiento que a mí me alarmó, me cambié de provincia, temas de familia, puntos de vista diferentes sobre determinadas cosas que estaban sucediendo, a consecuencia de mi enfermedad progresiva. Total, que para no malmeter me fui, en el informe médico que me hizo el último neurólogo que me trató, me puntualizó, que sobre todo, determinados medicamentos que tengo que tomar de por vida, no fueran bajo ningún pretexto genéricos, ha amigos míos, este es otro tema. Alguna que otra vez, he tenido discusiones acaloradas sobre este tema con la doctora del pueblo.  Pero si es lo mismo una cosa que la otra, lleva los mismos componentes… no sea usted cazurro hombre.
Pues por sus bemoles, me ha recetado tres medicamentos que son genéricos, supongo que será cosa de presupuesto, digo yo vamos.


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