martes, 15 de septiembre de 2015

¡COMO DUERMEN ESTOS BENDITOS!

                                              ¡COMO DUERMEN ESTOS BENDITOS...!

Que hasta hace poco más de tres semanas no había quién pegara ojo por las noches, y ahora, no hay forma de dormir, del agua que está callendo. La calle donde vivo, antes era un torrente, bueno... hablo de quizás cien años atrás, desde entonces, las cosas han cambiado cosas en esta ciudad veraniega. Se han construído casas a tocar de la riera, que requiere su respeto, nunca se sabe de cierto con cuanta fuerza bajarán por ella, el próximo verano tras las lluvias.
Mira tú si la cosa está tranquila, que hasta el ayuntamiento ha cedido parte de este espacio para aparcamiento de coches, en las  pequeñas callejuelas que componen el conjunto de la ciudad, no cabe ni un clavo más que los que ya están con los espacios archivados en la memoria, y saben cuando van a poder aparcar o cuando no. Lo mismo pasa en los chiringuitos de playa, o los que dan al paseo, por cierto, han hecho unas obras que te cagas, en cuanto ha cambiado el último equipo de gobierno, antes eran los independientes los que gobernaban, ahora son convergentes. Mira a mí eso me la trae floja, porque al final todos van a lo suyo, sea quién sea el partido que gobierne, aquí y en Lima o Pernambuco.
Los inversores que han visto con buen asesoramiento el desarrollo de la zona se han puesto a construir hoteles, pero hoteles tela marinera... no te creas que son hostales ni pensiones, que de haberlas áilas también. Pues lo que decía antes, en la última semana de Agosto, comenzó a llover, una especie de chirimiri como dicen los vascos. ¡Me cago en la leche...! Estaba  viendo el telediario por la noche, a mí me gusta la sexta que quieres, será que estoy viciado a esta cadena de T.V. Como vivo en el tecero de un bloque de cinco pisos, no presté atención a los del sobreático ni a los de el primero, sí es verdad que oía voces, vecinos que se pelean, pensé para mí.
Oye, que me asomo a la galería que tengo cubierta con aluminio, con una bolsa de plástico en la cabeza y veo torrente abajo, pasar coches sin conductor, ¡la virgen...! pensé, eso es que el torrente se ha salido de madre. Los del sobreático estaban inundando, esos edificios están hechos para el verano, de manera que los constructores no piensan demasiado en los desniveles que deben tener las terrazas y les iba el agua dentro del piso. Los del primero ya habían subido al segundo pidiendo que los alojaran por favor, tenían toda la casa con los enseres flotando, en un metro de agua. Como sea que al ser tan pequeño el pueblo y en consecuencia no hay bomberos, cuando llegaron los camiones bomba no podían hacer más que achicar agua de los garajes. ¡Dios mío que tenemos el coche dentro y es nuevo...! Mira, de verdad, la gente a veces piensa con el culo, y la mayor parte de las veces, lo tienen de vacaciones.
Los más pequeñines dormían como benditos, un bebé bien mamado, alimentado quiero decir, con sus pañalitos puestos, poco le importa que caigan chuzos de punta, ellos duermen bajo la atención de sus padres, dormiditos y soñando, a veces haciendo pequeñas muecas de placer, se ríen y todo, mientras que el mundo exterior, es un espectáculo terrorífico.
Benditos sean estos dulces niños y niñas que descansan en paz ajenos a los problemas y tribulaciones de sus mayores. Ha, se me olvidaba... para Noviembre, unavez todo estaba ya en calma y límpio, la antigua riera ya estaba de nuevo, llena de coches.

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