GENIOS DE LAS VENTAS
Oye que ya sé que no soy ningún lumbreras, de otra forma no estaría por ahí reguntando a la gente como se instalan determinados programas comprados oficialmente para instalarlos en mi ordenador. Si hombre... si tienes las claves que te piden lo instalas en un momento, me ha dicho un sabio de esos que los ordenadores es como patinar sobre hielo haciendo piruetas... pues ¿sabes? yo lo intenté una vez y me pegué una leche que todavía me dura el dolor de rabadilla.
Soy un negado para el tema de los ordenadores, pero eso no quita que deba negarme a usarlo y escribir en él, en un blog por ejemplo, que todos tenemos derecho a tenerlo, al fin de cuentas, es gratuito.
Me trae a las veinticuatro horas el producto devidamente descontado del banco, es decir, previamente pagado. Me digo cuando abro el paquete... ¡que fácil es instalar esto, cuatro pasos y listo! Una mierda para mí, tengo que comenzar a llamar por teléfono a números de la casa que me ha vendido el paquete. Oiga, que resulta que no puedo instalar el producto que he comprado a ustedes... Ha nosotros no podemos ayudarle, tiene usted que llamar a un 902......... allí le darán la información que necesita.
Comienzo a calentarme, ¡me cago en la leche...! llamo al 902......., mire que.... Si necesita información para comprar un producto marque el número uno, si quiere que le ayudemos a solucionar problemas relacionados con la instalación de estos productos que ahora le enumeramos marque el 2, si es eso otro lo que quiere el número 3, ahora siga las indicaciones de la operadora. Es mentira tío, te contesta una máquina, que a toda mierda te dice que marques determinados dígitos para saber si el producto es el de ellos. Esta conversación será grabada para toda la comunidad internacional, especialmente en Estados Unidos. Por mí como si te la bufan con una caña de bambú, el caso es que no he podido cargar el programa.
De manera que sigo trabajando con el programa gratuito de Word Pad y que se vayan a hacer puñetas... y si no que te hablen más claro aunque más bajito que ya enchufaré los altavoces.
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