lunes, 16 de marzo de 2015
DELICADA COMO LA SEDA, FUERTE COMO EL ACERO
DELICADA COMO LA SEDA, FUERTE COMO EL ACERO
Así la defino yo, me gusta la comparación porque es la que mejor se ajusta a sus características, como las más preciadas de las telas que la naturaleza puede hacer, ella es suave y delicada, en su interior lleva como si se tratara de una cualidad inherente, ese hilo sutil que unido siempre a su cualidad primero como larva, luego como pequeño gusanillo que crece a base de comer su alimento preferido, se dearrolla hasta llegar a esconderse de la vista de todos, y resurgir como una preciosa mariposa.
Ya ha hecho su trabajo, para los demás deja colgado el capullo del que saldrá una maravillosa tela hilada con el cuidado que merece, y transformarse en seda. Tela buscada, teñida de colores hermosos, cambia de color dependiendo de la luz que llegue a su superficie, la reina de todas las telas, la más preciada, la más fuerte, nada en su estado natural se puede comparar a ella. Es fuerte como el más fuerte de los aceros, soporta las más adversas condiciones, aguanta las más fuertes tormentas, y luego, cuando se seca, recobra todo el esplendor anterior, es seda, con eso queda dicho todo.
Mi mujer es así precisamente, seda pura, sin tacha alguna, decora todo cuanto la rodea, la vida a su lado es lo más precioso que nadie pudiera desear, huele a oriente, a maderas preciosas, a sándalo y a especies raras. Junto al candor que la seda le viste, ¡quién pudiera desear nada más en esta vida!
El altruismo que la distingue, es la dulzura del toque que da a todo cuanto toca y dice. Estoy prendado de esas sedas que la visten, deseo ser parte de su interior y pegado a su talle, sentir su calor, su abrazo firme. El artesano que ideó la ciencia de la seda, tuvo que pensar en ella esto es seguro, de otro modo,nadie hubiera podido inventar o descubrir por simple casualidad,que la seda cobrara el protagonismo que ella le da, cuando se desliza por su cuerpo y se para en sus caderas, toda ella resplandece como las luces del cielo quisieran asomarse a verla.
Algunos que envidian su fortaleza,dan tirones de esos vestidos que luce,con el propósito de despojarla de lo que les parece que no les corresponde. Pero sus dedos resbalan, la seda es fuerte esa es la razón del porqué solo ella la luce, se sabe la poseedora de las cosas buenas, no entra en peleas ni discusiones, está por encima de todo ello, solo camina vistiendo lo que se sabe hecho para que resplandezca, sus sedas y su carácter franco justifican sobradamente que es la reina de la seda.
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